¿Hay que doblar la ropa o enrollarla? ¿Es mejor una maleta de lona que una de ruedas? Aquí unos consejos para ahorrar espacio en las maletas (y gastos extra de facturación).
Para algunos viajeros, la sola idea de tener que hacer una maleta de mano puede amargarles incluso las vacaciones mejor planeadas. Pero hacer una maleta ligera también puede ser un esfuerzo creativo que ayude a crear expectativas por la próxima escapada. Y con el aumento de las tarifas de las maletas facturadas, tiene sentido desde el punto de vista económico dominar el arte de llevar una maleta de mano. Aquí algunos consejos para ahorrar espacio, y cordura.
Adopta una mentalidad minimalista
Si tiendes a empacar demasiadas cosas, en primer lugar piensa por qué viajas. Esto te ayudará a concentrarte en las vistas, los sonidos, los olores y los sabores que estás a punto de experimentar, en lugar de en la cantidad de ropa que no puedes meter en la maleta.
“Todo es cuestión de mentalidad”, afirmó Pauline Frommer, copresidenta de las guías de viaje Frommer’s y de Frommers.com, quien lleva más de 20 años sin facturar una maleta. “Cuando viajas”, explicó, “se trata más de que tú veas el mundo en lugar de que el mundo te vea a ti”.
Empaca colores que combinen entre sí para llevar menos cosas y tener más opciones, como volver a usar los mismos pantalones con varias camisas. Los colores más oscuros evitan que una mancha deje la prenda inutilizable. E invierte en ropa técnica. Este tipo de prendas abrigan sin ser voluminosas, son fáciles de llevar, tienen bolsillos para guardar cosas necesarias como gafas y celulares, y son resistentes al agua y a los olores, por lo que puedes usarlas más de una vez. Muchas marcas de ropa para actividades al aire libre (Patagonia y Arc’teryx, por nombrar algunas) confeccionan prendas ideales para el senderismo, pero lo bastante elegantes para vestirse cuando se pone el sol. Solo tienes que meter en la maleta algunos accesorios llamativos.
"Suelo añadir un collar", dijo Frommer, que se pone encima de la ropa de día "para que parezca más elegante".
Elige tu maleta
No existe el equipaje de mano perfecto para todo el mundo. Para saber cuál es la mejor para ti, pregúntate qué uso le vas a dar. ¿La llevarás largas distancias, a través de los torniquetes del metro y las calles de la ciudad? ¿O la llevarás rodando desde un avión hasta un coche? Las maletas con ruedas suelen ser menos exigentes para el cuerpo, pero si vas a utilizar el transporte público o subir escaleras, una mochila o una bolsa de viaje ligera pueden dejarte las manos libres y facilitarte las transiciones. También ten en cuenta las cosas que vas a llevar. Las maletas estructuradas y más duras suelen ser las mejores para guardar la ropa de vestir sin arrugas y organizar los objetos difíciles de manejar, como los zapatos de tacón. Dicho esto, una bolsa de viaje blanda y sin ruedas tiene más posibilidades de caber en el compartimento superior.
Nerissa Settie, quien, como mayordomo ejecutivo en el hotel Raffles Doha, de Catar, forma al equipo de mayordomos y supervisa las operaciones diarias, escribió en un correo electrónico que “cada opción ofrece una ventaja diferente”: las maletas de lona ofrecen más profundidad, y las maletas de ruedas, más compartimentos y menos tensión en los hombros. Si optas por esta última, compra una maleta con cuatro ruedas, aconsejó Settie, ya que es más fácil de maniobrar por el pasillo del avión.
Sea cual sea la maleta que elijas, conoce las normas. Las dimensiones de la maleta de mano varían según la aerolínea, así que asegúrate de comprobar los requisitos de tamaño y peso de tu aerolínea, incluidos los de las compañías de conexión.
También presta atención a tu ruta y clase de tarifa, que pueden afectar al número de maletas que puede llevar, así como a su peso. Y recuerda: aunque tu maleta cumpla la política de equipaje de mano, eso no significa necesariamente que se te permita llevarla. Por ejemplo, si estás en un grupo de embarque bajo, es más probable que tengas que facturar tu maleta. Teniendo esto en cuenta, guarda los artículos esenciales, como los medicamentos, en una bolsa pequeña que quepa fácilmente debajo del asiento de delante. Si no estás seguro de si puedes llevar un determinado artículo, consulta las páginas web gubernamentales de los lugares por los que vayas a viajar, como la página ¿Qué puedo llevar? de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA por su sigla en inglés) y la página Información para viajeros aéreos de la Comisión Europea.
Saber cuándo doblarlas
A la hora de empaquetar la ropa, la pregunta es: ¿hay que doblarla o enrollarla? Settie recomienda enrollarla porque ocupa menos espacio y se arruga menos. Con las camisetas es fácil, pero ¿y con la chaqueta de un traje? Los mayordomos del Raffles Doha utilizan una técnica que consiste en girar un hombro de la chaqueta del revés y meter el hombro opuesto por dentro, alinear las mangas y luego doblar la chaqueta por la mitad mientras está del revés, lo que minimiza las arrugas y ayuda a proteger la capa exterior de la chaqueta (Settie compartió las instrucciones aquí). O simplemente llevar tu blazer en el avión, algo que Settie sugiere porque las chaquetas y los jeans ocupan mucho espacio y pesan más. Además, dijo, hacerlo te da “el beneficio añadido de viajar con estilo”.
Al colocar los objetos en la maleta, piensa en el equilibrio. Coloca los objetos más pesados, como los zapatos, en la parte inferior (cerca de las ruedas, si la maleta las tiene). Frommer dice que ella suele llevar dos pares y guarda en ellos cosas como calcetines y joyas.
La ropa debe ir en la parte superior de la maleta para reducir las arrugas provocadas por el peso, y las chaquetas en último lugar, según Settie. También puedes añadir una capa de protección contra las arrugas metiendo las faldas y blusas en bolsas de plástico de la tintorería antes de doblarlas y colocarlas en la parte superior de la maleta.
Pedir prestado y comprar
Un poco de investigación previa puede liberar mucho espacio. Llama al hotel o al lugar de alquiler de vacaciones para averiguar si te facilitan artículos como secadores de pelo y cremas solares para que no tengas que llevar los tuyos, y pregunta si tienen lavadoras u ofrecen servicio de limpieza a precios razonables.
Y no te preocupes por hacer la maleta para cualquier eventualidad. Comprar cosas prácticas mientras estás fuera puede ser muy divertido. Es una oportunidad para hablar con los lugareños, probar productos regionales (como los asequibles elixires de belleza que se encuentran en las farmacias parisinas) y, por supuesto, llevarse unos cuantos tesoros a casa, gracias a todo el espacio que queda en tu maleta.