SAN JUAN, Puerto Rico -- Hay un nuevo optimismo en esta capital caribeña. Los turistas están llegando en cantidades sin precedentes y la ciudad está recuperando la energía que perdió tras la devastación de los huracanes María e Irma en 2017; la emigración de decenas de miles al continente; una economía en bancarrota y la pandemia. En el Viejo San Juan, el enclave colonial de 500 años de arquitectura color pastel y antiguos fuertes, y más allá, restaurantes eclécticos, arte experimental y célebres bares de ambiente casual como La Factoría están avivando el espíritu puertorriqueño. La calle Cerra, en el antiguo barrio obrero de Santurce, es ahora el epicentro del movimiento de arte público de la isla, con murales gigantes y una animada vida nocturna en la que se puede participar en el chinchorreo, como se le llama aquí a ir de un bar a otro y bailar en las calles.
ITINERARIO
Viernes
3:30 p. m. | Admira la historia colonial
El Viejo San Juan se puede recorrer fácilmente a pie. Comienza por el Paseo de la Princesa, una avenida con fuentes y esculturas que recorre la bahía de San Juan y las murallas de la ciudad. Pasa junto a La Fortaleza, la mansión del gobernador construida en el siglo XVI, y llega hasta la Catedral de San Juan Bautista, donde se dice que están enterrados los huesos de Juan Ponce de León, el conquistador español que se convirtió en el primer gobernador de Puerto Rico. El trayecto termina en la Punta del Morro, un camino frente al mar que culmina al pie del Castillo San Felipe del Morro, también conocido como El Morro, una fortaleza del siglo XVI. Aún conserva algunos cañones originales orientados hacia el Atlántico. La entrada cuesta 10 dólares; las visitas de dos horas y media, 49 dólares. O solo relájate en el extenso césped verde, donde es popular volar cometas.
5 p. m. | Compra arte y baratijas
Desde El Morro, desciende por la estrecha acera de la calle del Cristo, con sus galerías, bares y cafés al aire libre. Toma un breve descanso en el sereno patio del hotel El Convento o en un banco a la sombra de un árbol en el cruce con la calle Caleta. Sigue por Cristo hasta la Galería Botello, un museo gratuito en una casa de 350 años dedicada a Ángel Botello, el artista gallego que llegó a San Juan en los años 50 y fue conocido como el Gauguin caribeño por sus pinturas de mujeres haitianas. Los grabados de Botello cuestan entre 50 y 125 dólares, y sus santos, figuras de madera tallada, se venden entre 500 y 3000 dólares. Cerca de allí, la tienda Puerto Rican Art and Crafts tiene pinturas acrílicas, cerámicas y vejigantes, máscaras folclóricas que parecen coloridos demonios con cuernos. Las máscaras cuestan entre 15 y 44 dólares.
6:30 p. m. | Relájate en un bar de vinos
Frente a la Plaza de Armas, el bar de vinos Pio Pio, un espacio reservado que declara su nombre con un cartel rosa Barbie sobre la barra, tiene platos de lujo como rollitos de langosta con caviar de esturión (32 dólares), vinos poco comunes (incluido Llopart Corpinnat Rosé, un espumoso rosado orgánico de Cataluña, España, 14 dólares la copa) y cócteles como un martini de vodka que da en el clavo con un toque de amargo de naranja (17 dólares).
8 p. m. | Saborea una bella cena
A esta hora, ya hay fila para ingresar al célebre bar La Factoría, ubicado dentro de un edificio centenario. Vale la pena esperar para disfrutar de la exclusiva Mula de Lavanda (té de jengibre, vodka, lavanda y cítricos; 12,80 dólares) en el salón principal del bar (que ya vio pasar sus mejores días) donde solo se puede estar de pie o en uno de sus reservados más pequeños, a los que se llega a través de oscuros pasadizos. Luego baja hasta Marmalade, cuyas pálidas salas de arcos y alcobas evocan la Andalucía morisca. El tártaro de atún, sazonado con harissa (una pasta de chile norteafricana), y los bocadillos de paella servidos como rollos de sushi son memorables. Deja espacio para el Choco-L8, ocho sabores de chocolate orgánico local con toques de avellana. El menú de cinco tiempos (cada plato tiene entre ocho y diez opciones), tiene un costo de 135 dólares. Maridaje de vinos, 79 dólares por persona. Se recomienda reservar.
Sábado
8:30 a. m. | Pasea por el mar
Disfruta un espresso (1,50 dólares) con un pan mallorca recién horneado (un pan dulce en espiral; 3,50 dólares) en Sobao, una cafetería con áreas al exterior y bajo techo del AC Hotel by Marriott, y luego camina por la avenida Ashford hasta llegar a un pequeño parque llamado Ventanas al Mar, que tiene un sendero que conduce a la playa. En el vestíbulo del Hotel Condado Vanderbilt, al lado, se puede visitar Wild Side, una boutique que vende ropa de playa y joyas escultóricas de oro y plata de la artista puertorriqueña María Blondet.
11 a. m. | Visita un museo
El Museo de Arte de Puerto Rico, en un edificio neoclásico del barrio de Santurce, centro de las artes y la vida nocturna, expone las principales obras de artistas de distintas generaciones, épocas y medios (entrada, 12 dólares). Déjate cautivar por el inquietante autorretrato "Azabache", del pintor puertorriqueño Arnaldo Roche Rabell. Camina hasta otra sala para encontrar "No Crying in the Barber Shop", una instalación del tamaño de una habitación que representa una barbería del Bronx, obra del artista puertorriqueño Pepón Osorio, que explora el machismo de la cultura latina. Antes de abandonar el museo, visita el tranquilo jardín escultórico y pasa por La Tienda, la tienda del museo, donde encontrarás obras de fabricación local, como los azulejos de vivos colores que representan un bodegón de flores rojas, de Susana López Castells (40 dólares).
1:30 p. m. | Disfruta una comida castellana
Bodegas Compostela, en el barrio del Condado, es un referente entre los restaurantes de alto nivel de San Juan, con un comedor clásico y sobrio, ideal para reuniones familiares, cumpleaños y comidas de negocios. Para empezar, prueba el pulpo a la gallega, cocinado con aceite de oliva, pimentón y papas (23,95 dólares), y continúa con lechón asado, con piel crujiente y carne jugosa (74,95 dólares), y un rico suflé de chocolate (15,95 dólares) de postre. Si todo eso te parece demasiado, ordena la ensalada de langosta, fresca y ligera (42,95 dólares). Compostela también es conocido por sus buenos vinos. Prueba el Attis, un albariño español, 51,95 dólares la botella. Se recomienda reservar.
3:30 p. m. | Aprecia el arte callejero
La calle Cerra, que no hace mucho era una calle de edificios ruinosos y tiendas abandonadas, se ha convertido en un hervidero de vida nocturna y el centro del movimiento de arte urbano de la isla. Recórrela para contemplar el arte urbano, que en gran parte explora temas políticos y sociales. Un imponente mural pintado en una torre de agua muestra a un niño cargando un glaciar sobre la espalda mientras el hielo se derrite a su alrededor. Un mural de tres esqueletos hundiéndose en el mar simboliza el colonialismo y la esclavitud. Al final de una manzana, un rascacielos rosado, cubierto desde el suelo hasta el tejado de grafitis, murales, remolinos y garabatos, parece abandonado, pero está habitado. Al final de la calle, tómate un descanso en Café con Cé con un latte helado (4,50 dólares) y un pan vegano (4 dólares).
7 p. m. | Saborea las raíces de la cocina
Cena al aire libre en el patio de Cocina al Fondo, un restaurante en Santurce, cuya chef, Natalia Vallejo, el año pasado se convirtió en la primera puertorriqueña en ganar el Premio James Beard 2023 a la Mejor Chef del Sur. Prueba los platillos tradicionales favoritos, como los pastelillos de calabaza (15 dólares) y el jarrete de cerdo al caldero (42 dólares), platos familiares elaborados con un espíritu local, de la granja a la mesa. Se recomienda reservar.
9:30 p. m. | Vive el chinchorreo
Después de cenar en Cocina al Fondo, vuelve a la calle Cerra, que atrae a los amantes de los bares a sus coctelerías y salones hasta altas horas de la madrugada. Los jóvenes se reúnen en Botánico, donde un mural gigante de un rostro domina una pista de baile al aire libre. Un poco más adelante, entre gallinas que merodean libres y una vieja iglesia en la esquina, hay varios bares más, como Machete, Graziani y Galería, y el chinchorreo (como llaman los lugareños a bailar y beber en la calle) suele concentrarse en Esquina Watusi, un emblemático bar informal. Tras el bullicio de Cerra, camina o toma un taxi hasta el reservado bar de tapas Primitivo, en el cercano barrio de Miramar. Prueba el nigiri, una rodaja de atún sobre un pequeño buñuelo de alcapurria, un favorito de Puerto Rico (14 dólares), y bebe un sedoso Negroni (15 dólares).
Domingo
9 a. m. | Disfruta la vista al mar
El Parque del Indio, en el barrio Condado, es un refugio, un parque de playa de barrio en la avenida Ashford, en la calle C.F. Krug. Es el favorito de niños, paseadores de perros, jugadores de pickleball y voleibol. Renta una silla (5 dólares) y una sombrilla (10 dólares) y contempla las olas, lee un libro o da un largo paseo por una playa que se extiende a lo largo de kilómetros, junto a casas frente al mar, parrilladas informales y casas de huéspedes junto a la playa.
11:30 a. m. | A donde fueres, haz lo que vieres
Todos en San Juan conocen La Casita Blanca, uno de los restaurantes caseros más populares de la ciudad. Es tan popular que no acepta reservaciones. Los comensales esperan charlando en la acera junto al restaurante, ubicado en una modesta casa blanca con la fachada cubierta de flores, en una concurrida esquina del bullicioso barrio de Santurce, donde el tráfico es intenso. Todos los días, el restaurante anuncia en una pizarra entre 10 y 12 platos. El bistec encebollado (18,95 dólares) es uno de los favoritos. Otro clásico, el mofongo (puré de plátanos, 5,95 dólares) y las arepas con bacalao (12,95 dólares) parecen no haber cambiado con el paso de las décadas. Y el amable personal se despide con sonrisas y abrazos, como si fueran de la familia.
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PARADAS CLAVE
La Galería Botello, en una casa de 350 años en el Viejo San Juan, exhibe obras y una colección del artista gallego Ángel Botello.
Cocina al Fondo, comandado por una chef ganadora del Premio James Beard 2023, recrea la cocina puertorriqueña, pero se mantiene fiel a las tradiciones de la isla.
El Museo de Arte de Puerto Rico posee la colección de arte más importante de la isla de artistas puertorriqueños y caribeños.
La calle Cerra es el epicentro del arte público urbano puertorriqueño y un destino nocturno de moda.
DÓNDE COMER
Marmalade, quizá el mejor restaurante de San Juan, reinventa los platos locales, inyectándoles acentos japoneses, franceses y marroquíes.
Bodegas Compostela es un restaurante español clásico con vinos excepcionales.
Primitivo, un acogedor bar de tapas, se especializa en aperitivos nigiri y crudos y cócteles especiales.
Pio Pio, un bar de vinos frente a la Plaza de Armas en el Viejo San Juan, ofrece una sofisticación tranquila, lujosos bocadillos y vinos y cócteles especiales.
La Casita Blanca, sirve platos tradicionales puertorriqueños en un ambiente hogareño y acogedor.
La Factoría es un popular local nocturno del Viejo San Juan que alberga seis bares conectados por oscuros pasadizos.
Botánico es un bar y restaurante con platos centroamericanos y una pista de baile al aire libre.
En la Esquina Watusi suele llevarse a cabo el loco chinchorreo, para bailar y beber en la calle.
DÓNDE ALOJARSE
Hotel Condado Vanderbilt te recibe con una vista abierta al océano desde su opulento vestíbulo art déco de mármol rosa. Inaugurado en 1919, el hotel fue renovado y reabierto en 2014. Durante el mes de abril, puedes encontrar habitaciones desde 651 dólares.
O:LV Fifty-Five, una maravilla del diseño con un vestíbulo art decó de mármol blanco y negro, cuenta con una romántica azotea con piscina de inmersión y magníficas vistas desde las alturas. Solo adultos. Habitaciones desde 449 dólares.
El Convento, un monumento colonial español de color amarillo brillante, tiene un patio sereno. Habitaciones desde 278 dólares.
Para rentas de corta estancia, busca en los barrios del Viejo San Juan: Condado, Santurce y Miramar.
Jugadores de pickleball en el Parque del Indio, un parque de playa popular entre niños, paseadores de perros y jugadores de voleibol, en el barrio del Condado de San Juan, Puerto Rico, el 28 de marzo de 2024. (Scott McIntyre/The New York Times)
Visitantes del Castillo San Felipe del Morro, una fortaleza del siglo XVI en el barrio del Viejo San Juan de San Juan, Puerto Rico, el 27 de marzo de 2024. (Scott McIntyre/The New York Times)