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La declaración puede ser acogida con entusiasmo por los conservadores, pero se teme que se use como arma contra las personas transgénero.
El Vaticano publicó el lunes un nuevo documento aprobado por el papa Francisco en el que se afirma que la Iglesia cree que las operaciones de cambio de sexo, la fluidez de género y la maternidad subrogada constituyen afrentas a la dignidad humana.
El sexo con el que nace una persona, según el documento, es un "don irrevocable" de Dios "de ahí que toda operación de cambio de sexo, por regla general, corra el riesgo de atentar contra la dignidad única que la persona ha recibido desde el momento de la concepción". Toda persona que desea "disponer de sí mismo, como prescribe la teoría de género", corre el riesgo de ceder "a la vieja tentación de que el ser humano se convierta en Dios".
El documento también declara inequívocamente la oposición de la Iglesia católica a la maternidad subrogada, tanto si la mujer que gesta un bebé "se ve obligada a ello o decide libremente someterse", porque el niño "se convierte en un mero medio al servicio del beneficio o el deseo arbitrario de otros".
El documento pretendía ser una amplia declaración de la visión de la Iglesia sobre la dignidad humana, que incluía la explotación de los pobres, los inmigrantes, las mujeres y las personas vulnerables. Aunque lleva cinco años elaborándose, llega pocos meses después de que el papa Francisco disgustara a los sectores más conservadores de su Iglesia al permitir explícitamente que los católicos LGBTQ recibieran bendiciones de los sacerdotes y que las personas transgénero fueran bautizadas y actuaran como padrinos.
Si bien las enseñanzas de la Iglesia sobre temas de la guerra cultural, que Francisco ha evitado en gran medida, no son necesariamente nuevas, ahora era probable que su consolidación fuera abrazada por los conservadores por su línea dura contra las ideas liberales sobre el género y la maternidad subrogada.
También es probable que el documento cause profunda consternación entre los defensores de los derechos LGBTQ en la Iglesia, que temen que el documento será utilizado como un garrote para condenar a las personas transgénero, a pesar de que también advirtió de la "discriminación injusta", especialmente en los países donde son criminalizadas y encarceladas y en algunos casos condenadas a muerte o se enfrentan y la agresión o la violencia.
"El Vaticano vuelve a apoyar y propagar ideas que conducen a un daño físico real a las personas transgénero, no binarias y otras personas LGBTQ+", afirmó Francis DeBernardo, director ejecutivo de New Ways Ministry, un grupo con sede en Maryland que defiende a los católicos homosexuales. Añadió que la defensa de la dignidad humana por parte del Vaticano excluía "al segmento de la población humana que es transgénero, no binario o de género no conforme".
DeBernardo dijo que el documento presentaba una teología obsoleta basada solo en la apariencia física y era ciega a "la creciente realidad de que el género de una persona incluye los aspectos psicológicos, sociales y espirituales naturalmente presentes en sus vidas".
El documento, afirmó, mostraba una "asombrosa falta de conocimiento de la vida real de las personas transgénero y no binarias" y que sus autores ignoraban a las personas transgénero que compartían sus experiencias con la Iglesia y las tachaban "displicente" e incorrectamente de fenómeno puramente occidental.
Aunque el documento representa un claro revés para las personas LGBTQ y quienes las apoyan, el Vaticano se esforzó por encontrar un equilibrio entre la protección de la dignidad humana personal y la exposición clara de las enseñanzas de la Iglesia, lo que refleja la cuerda floja por la que Francisco ha intentado caminar en sus más de 11 años como papa.
Francisco ha convertido en una seña de identidad de su papado el reunirse con católicos homosexuales y transgénero, y ha hecho suya la misión de transmitir un mensaje a favor de una Iglesia más abierta y menos prejuiciosa. Pero se ha negado a ceder en lo que respecta a las normas y la doctrina de la Iglesia que muchos católicos homosexuales y transgénero consideran que les han alienado, lo que revela los límites de su campaña en favor de la inclusividad. La Iglesia enseña que "los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados".
El Vaticano reconoció que estaba tocando temas candentes, pero afirmó que, en una época de gran agitación en torno a estas cuestiones, era esencial, y esperaba beneficioso, que la Iglesia reafirmara sus enseñanzas sobre la centralidad de la dignidad humana.
El cardenal Víctor Manuel Fernández, que dirige el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, escribió que algunos temas "serán fácilmente compartidos por distintos sectores de nuestras sociedades, otros no tanto", en la introducción del documento, "Declaración Dignitas infinita sobre la dignidad humana", que, según dijo el lunes, era de gran importancia doctrinal, a diferencia de la reciente declaración que permitía las bendiciones para los católicos del mismo sexo, y pretendía aportar claridad.
"Sin embargo, todos nos parecen necesarios", escribió, "para que, en medio de tantas preocupaciones y angustias, no perdamos el rumbo y nos expongamos a sufrimientos más lacerantes y profundos".
Aunque receptivo a los seguidores homosexuales y transgénero, el papa también ha expresado constantemente su preocupación por lo que él llama "colonización ideológica", la noción de que las naciones ricas imponen arrogantemente puntos de vista ―ya sea sobre el género o la maternidad subrogada― a personas y tradiciones religiosas que no están necesariamente de acuerdo con ellos. El documento dice que en esa visión "ocupa un lugar central la teoría de género" y que su "consistencia científica se debate mucho en la comunidad de expertos".
Utilizando el lenguaje "por un lado" y "por otro lado", la oficina vaticana para la enseñanza y la doctrina escribe que "hay que denunciar como contrario a la dignidad humana que en algunos lugares se encarcele, torture e incluso prive del bien de la vida a no pocas personas, únicamente por su orientación sexual".
"Al mismo tiempo", continuaba, "la Iglesia destaca los decisivos elementos críticos presentes en la teoría de género".
En su introducción, Fernández describió el largo proceso de redacción de un documento sobre la dignidad humana, que comenzó en marzo de 2019, para tener en cuenta los "últimos desarrollos del tema en el ámbito académico y sus comprensiones ambivalentes en el contexto actual".
En 2023, Francisco devolvió el documento con instrucciones para "destacar temas estrechamente relacionados con el tema de la dignidad, como la pobreza, la situación de los migrantes, la violencia contra las mujeres, la trata de personas, la guerra y otros temas". Francisco firmó el documento el 25 de marzo.
El largo camino, escribió el cardenal Fernández, refleja un "considerable proceso de maduración".
Jason Horowitz es el jefe del buró en Roma; cubre Italia, Grecia y otros sitios del sur de Europa. Más de Jason Horowitz
Elisabetta Povoledo es una reportera afincada en Roma que lleva más de tres décadas escribiendo sobre Italia. Más de Elisabetta Povoledo