Los complejos turísticos de Trump le apuestan al golf, con ayuda de Arabia Saudita

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DORAL, Florida -- Golfistas aficionados hicieron fila el jueves en el hotel Trump National Doral cerca de Miami, tras acceder a pagar más de 9000 dólares por persona para jugar una ronda amistosa con algunos de los profesionales más importantes del mundo.

Las habitaciones en el centro turístico se llenarán de fanáticos el viernes cuando inicie un torneo profesional en el que participarán los nombres más reconocidos del deporte. Los restaurantes y bares del complejo atraerán más clientes y el nombre Trump se repetirá por todo el mundo en la televisión y el internet.

Detrás de este auge comercial en una de las propiedades del expresidente Donald Trump se encuentra el trato que él cerró para que sus recintos fueran sede de los torneos de LIV Golf, la liga advenediza patrocinada por el fondo soberano de riqueza de Arabia Saudita.

El entusiasmo de LIV por pagar para que Trump sea anfitrión de sus torneos en sus complejos vacacionales es solo un ejemplo más de los vínculos entre los sauditas y la familia Trump incluso ahora que busca ocupar la presidencia de nuevo, un acuerdo que sigue generando conflictos de una índole y escala únicas para Trump.

Hace poco, el exmandatario habló con el dirigente de Arabia Saudita, el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, según dos personas enteradas de la conversación; el gobierno de Biden ha estado trabajando con Arabia Saudita para elaborar un plan de paz en Medio Oriente. No está claro qué fue lo que hablaron Trump y el líder saudita. Los funcionarios que representan a Trump no respondieron a las peticiones de comentarios.

Al mismo tiempo, en los últimos meses, la firma de inversión que fundó el yerno de Trump Jared Kushner con 2000 millones de dólares en financiamiento del mismo fondo soberano saudita que financia la liga LIV Golf, ha acelerado sus convenios en Estados Unidos y en el extranjero.

Los lazos de la familia Trump con el gobierno saudita han suscitado preguntas no solo debido al regreso a la Casa Blanca que busca Trump, sino también por su intersección con la naturaleza evolutiva de los negocios del exmandatario, que antes se asociaban estrechamente con hoteles en centros urbanos, pero ahora se centran cada vez más en el golf.

Hasta finales del año pasado, la Organización Trump había perdido o vendido contratos de marca con seis hoteles de todo el mundo, más recientemente con el Trump Waikiki en Hawái y el Trump International Hotel en Washington. Los otros hoteles que abandonaron el nombre Trump se ubican en Vancouver, Toronto, Panamá y el vecindario de SoHo en la ciudad de Nueva York, que en conjunto suman un total de 1893 habitaciones.

Esto dejó a la familia Trump con solos tres hoteles en centros urbanos, en Nueva York, Chicago y Las Vegas.

El resto de sus bienes en el sector hotelero mundial, incluido el Doral en Florida, están diseñados casi por completo en torno a los campos de golf. En los últimos tres años, su posicionamiento a nivel internacional se ha fortalecido como resultado de los torneos de LIV Golf, generosamente financiados por el fondo soberano de Arabia Saudita para atraer a las estrellas más grandes como Jon Rahm, Phil Mickelson y Brooks Koepka.

En una entrevista, Eric Trump, uno de los hijos del expresidente, declaró que el cambio en los bienes hoteleros de la empresa reflejaba el rápido crecimiento de la industria del golf desde la pandemia, una tendencia que beneficia a los 11 clubes de golf de la familia dentro del país y a los 4 en el extranjero.

"El mercado de los viajes por placer ha sido el más codiciado en el mundo hotelero", afirmó, refiriéndose en particular a los complejos de golf. "Los clubes de golf están llenos".

Sin embargo, está claro que el desplome de los hoteles en centros urbanos no estaba dentro de los planes de la familia Trump. Hace una década, la familia lanzó una campaña nacional de mercadotecnia para promocionar lo que entonces llamó "la Colección de Hoteles Trump", una cadena en crecimiento de hoteles de lujo en ciudades de todo América del Norte y otras partes del mundo. Hasta inició su propio programa de estancias frecuentes llamado Trump Card.

"Nosotros ofrecemos un estilo de vida que te permite hacer más cosas, vivir más experiencias, sin límites, restricciones ni concesiones", presumía la empresa en su campaña publicitaria, en la que se enlistaban muchas de las propiedades hoteleras que ahora ya no llevan el nombre Trump.

En aquel entonces, la familia Trump contrató a un ejecutivo reconocido de la industria hotelera, Eric Danziger, para que les ayudara a diseñar una expansión importante de la marca, pues predecían que a la larga incluiría decenas de hoteles en destinos de todo el planeta. Pero Danziger se fue de la empresa, luego de que esta renunciara a sus ambiciosos planes de expansión.

Documentos preparados para la familia Trump y sus acreedores ofrecen su propia explicación sobre el declive de la marca en hoteles de centros urbanos… señalando al propio Donald Trump.

"Según la gerencia, la marca Trump se ha visto afectada negativamente por el desempeño del sujeto", dijo uno de los acreedores de Trump en un avalúo de 2021 del hotel en Doral realizado para Deutsche Bank.

"Trump es una figura polarizadora que despierta sentimientos intensos tanto en sus simpatizantes como en los partidarios de sus adversarios políticos", rezaba el avalúo. "Esto provocó que muchos grupos cancelaran eventos en la propiedad".

El avalúo, marcado como "altamente confidencial", se hizo público el año pasado como parte de los procedimientos judiciales de un caso civil en Nueva York en el que Trump fue acusado por el fiscal general del estado de inflar el valor de algunas de sus propiedades.

Un segundo avalúo elaborado en 2022 sobre el hotel en Doral --que también se dio a conocer hace poco mediante la demanda en Nueva York-- concluyó que, si la familia Trump vendiera el hotel, se podría prever que, con un nuevo operador, la ocupación y las tarifas medias diarias de las habitaciones se dispararan casi de inmediato.

Estos problemas se extienden a los hoteles Trump en otras ubicaciones.

Según un estudio de mercado elaborado para la Organización Trump, la ocupación en el Trump International Hotel & Tower Chicago durante un año hasta septiembre de 2023 se situó en una media de tan solo el 49 por ciento, 15 puntos porcentuales menos que sus rivales en Chicago.

Los datos del hotel de Chicago, compartidos con The New York Times en respuesta a una solicitud de documentos accesibles al público de parte del tasador de impuestos local, mostraron que la mayor debilidad del hotel de Trump en comparación con sus rivales eran las ventas a grupos grandes, otra señal de que las corporaciones y otras organizaciones evitan hospedarse en el hotel de la familia Trump.

Lo que complica aún más los planes de negocio de los hoteles Trump es la larga lista de proyectos que se cancelaron o retrasaron, incluidos hoteles de la marca Trump en Dubái, Emiratos Árabes Unidos; Nueva Orleans; la República Dominicana, y dos en Indonesia. Los planes para abrir dos cadenas de hoteles nuevas en Estados Unidos --que iban a llamarse Scion y American Idea-- se abandonaron mientras Trump estaba en la Casa Blanca.

Uno de los pocos proyectos hoteleros nuevos a nivel internacional que ahora mismo está avanzando rápidamente se ubica en Omán y está respaldado por una empresa inmobiliaria con sede en Arabia Saudita.

Por el contrario, los campos de golf Trump en destinos como Jupiter, Florida, Virginia del Norte, West Palm Beach, Florida, y Charlotte, Carolina del Norte, entre otros, han tenido un incremento de utilidades netas en los últimos años, según muestran registros judiciales. También han aumentado los ingresos provenientes del golf, así como de la venta de alimentos y bebidas, en el Doral de Miami.

Las cuotas de iniciación para unirse a dos de los clubes de golf Trump en Florida se han disparado hasta los 400.000 dólares, indicó Eric Trump, y las cuotas anuales también son más altas ahora.

La empresa va a añadir un segundo campo de golf a su club en Aberdeen, Escocia, y uno en Omán, como parte del proyecto auspiciado por el gobierno saudita, que el año pasado aportó su pago inicial de una licencia de 5,4 millones de dólares.

Este repunte en los ingresos derivados del golf en Bedminster, Nueva Jersey, y en Doral coincide con la decisión de LIV Golf, tomada hace tres años, de empezar a celebrar torneos en complejos de la familia Trump. Atraer a profesionales del golf ha sido una meta desde hace tiempo para el expresidente, quien ha sido desdeñado en gran medida por otras organizaciones importantes de golf profesional como la Asociación de Golfistas Profesionales de Estados Unidos (PGA, por su sigla en inglés), que canceló un torneo a celebrarse en Bedminster luego del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.

El propio Trump anunció la noticia del evento de este año en Doral, cuando en una publicación de diciembre en Truth Social escribió: "TRUMP NATIONAL DORAL, en Miami, acaba de firmar con LIV GOLF para ser la sede de un Torneo de Campeonato en abril de 2024". La liga jugó tres torneos en campos de la familia Trump el año pasado, en Florida, Nueva Jersey y Virginia, más que con cualquier otra marca de campos de golf en el mundo.

Los ejecutivos de la Organización Trump comentaron que los pagos directos de LIV Golf eran relativamente pequeños, pues solo cubrían los costos de organizar los torneos y cualquier remodelación relacionada a los campos de golf y las instalaciones. LIV Golf otorgará 25 millones de dólares en premios a los 54 jugadores profesionales.

"Quieren usar mis propiedades porque son las mejores propiedades", señaló Trump en un torneo LIV en el Trump National Golf Club Washington en mayo del año pasado, y se refirió a los pagos de LIV como "centavos para mí".

Pero los ingresos indirectos para la familia Trump podrían ser considerables. Eso quedó claro esta semana en Doral, donde la ocupación hotelera ha aumentado muchísimo. Hace apenas una semana, durante una visita de un reportero al hotel Doral, sus 643 habitaciones, salas de conferencias y restaurantes estaban relativamente vacíos, incluso durante la ajetreada temporada de vacaciones de primavera en Florida. Eric Trump afirmó que esperaban que el fin de semana llegaran decenas de miles de fanáticos del golf al complejo turístico en Doral.

El precio inicial de las habitaciones del hotel Doral se incrementó a más del doble a medida que se aproximaba la fecha del torneo, llegando a casi 1000 dólares la noche por una habitación sencilla.

Los chalés privados para ver el torneo se rentan por hasta 89.000 dólares para el evento de tres días, mientras que se puede reservar un lugar en la cabaña denominada Birdie Shack ubicada en el campo de 16 hoyos por 249 dólares, que incluyen tres bebidas y música de DJ.

La familia Trump hace poco recibió el permiso de funcionarios de la ciudad para construir hasta cinco rascacielos con un total de 1410 condominios y villas en el centro turístico Trump de Doral. Esta autorización ya aumentó el valor de reventa de los bienes de la familia Trump en Doral, aunque el hotel en sí tenga una ocupación relativamente baja. Pero todavía no hay fecha de inicio para la construcción.

Eric Trump les restó importancia a las insinuaciones de que la familia Trump tendría dificultades para obtener un préstamo bancario para construir el proyecto, dados los múltiples escollos jurídicos que enfrenta.

"Cuando el mercado sea óptimo y estemos del humor correcto, daremos el paso", concluyó.

Jugadores practican en un 'putting green' antes del torneo LIV Golf en el Trump National Doral en Doral, Florida, el 3 de abril de 2024. (Scott McIntyre/The New York Times)

Jugadores practican en un 'putting green' antes del torneo LIV Golf en el Trump National Doral en Doral, Florida, el 3 de abril de 2024. (Scott McIntyre/The New York Times)

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