Rusia envía el mensaje de que la tortura ya no es un tabú para el país, según analistas

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Los videos que muestran la tortura de cuatro hombres acusados del atentado terrorista cerca de Moscú circularon ampliamente. Los analistas lo consideran una señal de la mayor tolerancia del Estado ruso hacia la violencia pública.

Los cuatro hombres acusados de perpetrar el atentado terrorista más mortífero de Rusia en décadas comparecieron el domingo por la noche en un tribunal de Moscú con vendajes y con heridas. Uno de ellos entró con un vendaje en la oreja, parcialmente rebanada. Otro iba en una silla de ruedas naranja, con el ojo izquierdo hinchado, la bata de hospital abierta y un catéter en el regazo.

Muchas personas de todo el mundo, incluidos los rusos, ya sabían lo que les había ocurrido. Desde el sábado, videos de los hombres siendo torturados durante el interrogatorio circularon de manera extendida por las redes sociales, una aparente represalia, de acuerdo con analistas, por el atentado en una sala de conciertos que se les acusa de haber cometido el viernes de la semana pasada, en el que murieron al menos 139 personas y otras 180 resultaron heridas.

Uno de los videos más perturbadores mostraba a uno de los acusados, identificado como Saidakrami Rajabalizoda, con parte de la oreja cortada y metida en la boca. Una fotografía que circuló por internet mostraba una batería conectada a los genitales de otro de los hombres, Shamsidin Fariduni, mientras estaba detenido.

No está claro cómo empezaron a circular los videos, pero se difundieron a través de canales de Telegram nacionalistas y favorables a la guerra, considerados cercanos a los servicios de seguridad de Rusia.

Aunque los videoclips más sangrientos no se emitieron en la televisión estatal, quedó claro el trato brutal que recibieron los acusados. Y la decisión de las autoridades rusas de mostrarlo tan públicamente en el tribunal, como casi nunca lo habían hecho antes, pretendía ser una señal de venganza y una advertencia a posibles terroristas, según los analistas.

En la historia reciente de Rusia, los videos de torturas no se mostraban en la televisión estatal, dijo Olga Sadovskaya, del Comité contra la Tortura, una organización rusa de derechos humanos.

"Había dos intenciones" en la difusión de los videos, dijo Sadovskaya. "En primer lugar, mostrar a la gente que podría planear otro atentado terrorista lo que podría ocurrirles, y en segundo lugar, mostrar a la sociedad que hay venganza por todo lo que la gente sufrió en este atentado terrorista".

Ella y otros analistas dijeron que la flagrante exhibición de los torturados demostraba algo más: hasta qué punto la sociedad rusa se ha militarizado, y se ha vuelto tolerante a la violencia, desde que comenzó la guerra en Ucrania.

"Es una señal de hasta qué punto hemos aceptado los nuevos métodos de llevar a cabo una guerra", dijo Andrei Soldatov, experto en los servicios de seguridad rusos.

Las encuestas internacionales han demostrado que las sociedades toleran la violencia contra las personas que perciben como los peores delincuentes, incluidos terroristas, asesinos en serie y autores de delitos violentos contra niños.

No obstante, Sadovskaya afirmó que los videos emitidos por televisión representan un nuevo nivel bajo para el Estado ruso.

"Esto demuestra que el Estado y las autoridades evidencian que la violencia es aceptable, que normalizan la tortura de un determinado sujeto", afirmó.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declinó hacer comentarios sobre las acusaciones de tortura el lunes, durante una reunión informativa con periodistas. Pero el expresidente Dmitri Medvédev, quien actualmente ocupa el cargo de vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, dijo: "Bien hecho a quienes los atraparon".

"¿Deberíamos matarlos? Deberíamos. Y lo haremos", escribió en Telegram el lunes. "Pero es más importante matar a todos los implicados" en el atentado. "A todos: a los que pagaron, a los que simpatizaron, a los que ayudaron".

Ivan Pavlov, un abogado que solía defender casos difíciles de seguridad nacional antes de verse obligado a huir de Rusia, dijo que la tortura se había utilizado durante mucho tiempo en casos de terrorismo y asesinato, casi siempre fuera de la vista. Una vez que las noticias sobre torturas se filtran por las cárceles, dijo, permite que "otras personas sepan que si te acusan de terrorismo, las fuerzas especiales te torturarán. Así que funciona como prevención".

Las audiencias judiciales del domingo fueron inusuales porque la tortura se expuso de forma tan abierta, dijo Pavlov.

"Antes lo ocultaban al público en general, pero ahora ya no, porque el público en general está preparado para la violencia", dijo. "Ya no es algo extremadamente desagradable para el público en general debido a la guerra".

Rusia ya no forma parte del Convenio Europeo de Derechos Humanos, pero la Constitución rusa prohíbe la tortura. También forma parte de la Convención contra la Tortura de las Naciones Unidas.

Dado que la tortura es un delito tanto según el derecho internacional como en muchos países, los abogados defensores normalmente intentarían que se desestimara cualquier testimonio extraído bajo tortura porque es muy poco confiable, dijo Scott Roehm, director de política global y defensa del Centro para las Víctimas de la Tortura, con sede en Minnesota, que trabaja en todo el mundo.

La afirmación legal de que la tortura es un delito, un aspecto fundamental de la legislación internacional sobre derechos humanos, se vio sometida a presión en Estados Unidos tras los atentados terroristas del 11 de septiembre, señaló Roehm. Por ello, las comisiones militares que se ocuparon de los casos de Guantánamo tuvieron que tener en cuenta que algunas de las pruebas estaban contaminadas por la tortura.

"Los torturadores no dedican mucho tiempo a pensar en las consecuencias de sus actos", dijo Roehm, sobre todo después de un atentado como el de Moscú. "Creo que la mentalidad de un torturador suele ser una mezcla de un buen grado de venganza y una suposición totalmente equivocada e ignorante de que se puede conseguir que alguien 'confiese' bajo tortura, y que esa confesión puede utilizarse para condenarlo".

Los juicios a extremistas en Rusia suelen celebrarse a puerta cerrada, como la mayoría de las audiencias del domingo, por lo que es imposible saber hasta qué punto los abogados defensores se han opuesto a esta práctica. La mayoría de los jueces rusos probablemente la ignorarían en cualquier caso, dijo Pavlov, porque saben de antemano lo que se espera de ellos en cuanto a la condena de los acusados.

De hecho, el juez del caso de Muhammadsobir Fayzov, de 19 años, quien por momentos parecía apenas consciente, ignoró casi por completo el hecho de que el acusado estaba en una silla de ruedas con una bata de hospital abierta y una bolsa de recolección de orina con un catéter en el regazo. La única vez que el juez lo reconoció fue al ordenar que dos médicos que acompañaban a Fayzov fueran expulsados de la sala con el resto del público cuando clausuró la audiencia, según el informe de Mediazona, un medio de noticias independiente ruso.

La flagrante exhibición el domingo de los sospechosos con señales de maltrato fue especialmente atroz, señaló Pavlov. "Son circunstancias tristes, por supuesto", dijo, "pero convirtieron el juicio en un circo".

Soldatov, experto de los servicios de seguridad, dijo que la tortura y la respuesta oficial a la misma fueron una señal para los militares de que la violencia espantosa era ahora aceptable y alentada.

Al hacer públicos los videos de las torturas, las autoridades están "enviando un mensaje de intimidación a todos los que no están del lado del Kremlin, y enviando un mensaje muy alentador a los militares y a los servicios de seguridad de que están en la misma página".

Ruslan Shaveddinov, activista y periodista de investigación afiliado al Fondo Anticorrupción de Alexéi Navalny, el opositor que murió en una cárcel rusa el mes pasado, pidió a los rusos que condenaran tanto a los terroristas como las torturas empleadas contra ellos.

"Es importante decirlo: la tortura no es normal", tuiteó el domingo. "La tortura como fenómeno no debería existir. La policía y el Estado torturan hoy a un terrorista, ven con buenos ojos este método, y mañana torturarán a un activista, a un periodista, a cualquier otra persona. No conocen otro método".

Aric Toler colaboró con reportería.

Valerie Hopkins cubre la guerra en Ucrania y cómo el conflicto está cambiando a Rusia, Ucrania, Europa y Estados Unidos. Radica en Moscú. Más de Valerie Hopkins

Neil MacFarquhar es reportero del Times desde 1995, y ha escrito sobre una amplia gama de temas, desde la guerra a la política, pasando por las artes, tanto a escala internacional como en Estados Unidos. Más de Neil MacFarquhar

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