La nueva normativa del gobierno del presidente Joe Biden que limita las emisiones de los tubos de escape de los autos y las camionetas livianas podría transformar el mercado automovilístico de Estados Unidos, al trazar un rumbo que se aleja del motor de combustión interna y se dirige hacia un futuro de autos eléctricos e híbridos.
Esto se debe saber sobre la medida.
Es muy importante en la lucha contra el cambio climático
En términos de la reducción de las emisiones que están calentando el planeta, esta regulación hace más que cualquier otra disposición climática que haya promulgado el gobierno federal y más que cualquier medida planeada en lo que queda del primer mandato de Biden.
Esto se debe en parte a que el transporte es la fuente más grande de gases de efecto invernadero generados en Estados Unidos. También porque la normativa es ambiciosa en términos objetivos. Se proyecta que la misma eliminará más de 7000 millones de toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera en los próximos 30 años, más que todos los gases de efecto invernadero producidos en toda la economía estadounidense en un año. Y, debido a que Estados Unidos es un enorme mercado automovilístico, los analistas proyectan que las empresas que fabriquen autos más limpios en Estados Unidos empezarán a venderlos en el mercado mundial cuando otros gobiernos promulguen o adopten regulaciones similares.
La normativa no prohíbe los vehículos de gasolina
La normativa no obliga la compra de vehículos eléctricos y los consumidores todavía pueden comprar y conducir autos impulsados por gasolina. Más bien les exige a las automotrices que cumplan unos nuevos límites estrictos para el promedio de emisiones en todas sus líneas de productos; los fabricantes deben decidir cómo cumplir esos límites.
Conforme a la Ley de Aire Limpio, la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por su sigla en inglés) puede limitar la contaminación que genera el número total de autos cada año. Según representantes de la EPA, siempre que las automotrices cumplan las normativas sobre emisiones, podrán vender una mezcla de autos de gasolina, híbridos, vehículos eléctricos u otros tipos de vehículos, como aquellos que son impulsados por hidrógeno.
La normativa no se aplica a las ventas de vehículos usados.
Penaliza a las automotrices por incumplimiento, no a los consumidores
A partir de los modelos del año 2027, cuando la normativa entre en vigor, las automotrices le comunicarán a la EPA las emisiones promedio asociadas con todos los vehículos de pasajeros que vendan. Los límites de las emisiones empezarán de manera modesta y aumentarán poco a poco en los primeros años del programa, pero aumentarán drásticamente a partir de 2030. Las empresas que no cumplan los límites de emisiones tendrán que pagar multas que podrían ascender a miles de millones de dólares.
El éxito depende del comportamiento del consumidor
El hecho de que los caminos estadounidenses se llenen de vehículos no contaminantes depende de una pregunta central: ¿los comprarán los automovilistas? Los primeros usuarios recurrieron en manada a los vehículos eléctricos, pero las ventas se han enfriado y a las automotrices les preocupa necesitar más tiempo para desarrollar el mercado. Esa es una de las razones por las que la EPA postergó los requisitos más estrictos sobre emisiones para la venta de autos hasta después de 2030, a fin de que las automotrices puedan mejorar los diseños y desarrollar modelos más asequibles, así como para construir la infraestructura de recarga de los vehículos.
Trump podría echar para atrás la normativa, pero no de manera rápida ni sencilla
Trump ha prometido "acabar" con las normativas climáticas del gobierno de Biden "el primer día". Sin embargo, ahora que la disposición para los autos es definitiva, un gobierno futuro tendrá más dificultades y necesitará más tiempo para revertirla, aunque no es imposible. Y, aunque así fuera, la Ley de Aire Limpio exige que se le remplace con otra disposición que controle la contaminación por emisiones de gases de efecto invernadero de los vehículos.
Es probable que su destino lo decida la Corte Suprema
Se espera que las normativas enfrenten una impugnación inmediata de una coalición de empresas de combustibles fósiles y fiscales generales republicanos, querellas que pueden llegar hasta la Corte Suprema. En años recientes, la mayoría conservadora (6-3) de la corte ha tomado medidas para limitar la autoridad de la EPA. En una decisión de 2022 sobre otra importante regulación climática de la EPA, la corte restringió de manera dramática, pero no anuló, la autoridad de la agencia para limitar la contaminación por la emisión de gases de efecto invernadero de las plantas eléctricas.
Vehículos eléctricos se recargan en Victorville, California, el 11 de marzo de 2024. (Lauren Justice/The New York Times)