Airlines and AirplanesWhistle-BlowersAviation Accidents, Safety and DisastersFactories and ManufacturingSuits and Litigation (Civil)Boeing CompanyBarnett, JohnBoeing 737 Max Groundings and Safety Concerns (2019)
John Barnett había acusado al fabricante de aviones de tomar represalias en su contra después de que señalara problemas que observó en la fábrica de aviones 787 de Boeing en Carolina del Sur.
Un destacado informante de Boeing, quien era un exdirector de calidad que planteó dudas sobre las prácticas de fabricación en la planta del avión 787 Dreamliner en Carolina del Sur, fue hallado muerto el sábado con lo que parecía ser una herida de bala autoinfligida, según las autoridades locales.
El informante, John Barnett, estaba en Charleston para dar su declaración por una demanda en la que acusaba a Boeing de tomar represalias contra él por presentar quejas sobre calidad y seguridad.
Durante años, Boeing ha sufrido problemas de calidad en el diseño y la fabricación, sobre todo tras los accidentes de dos aviones Boeing 737 Max en 2018 y 2019, y también hace dos meses, cuando un panel del fuselaje estalló en el vuelo de un avión Max poco después del despegue.
Barnett presentó la denuncia contra Boeing ante el Departamento de Trabajo de EE. UU. en 2017, en virtud del Programa de Protección de Denunciantes AIR21, que protege a los empleados de los fabricantes de aviones que comunican información relativa a infracciones de seguridad de las compañías aéreas. Ese mismo año dejó la empresa.
El abogado de Boeing tomó la declaración de Barnett el jueves, además fue interrogado por sus propios abogados durante medio día del viernes. Estaba previsto que terminara su declaración el sábado por la mañana, dijo Robert Turkewitz, abogado de Barnett en el caso.
Cuando Barnett, de 62 años, no se presentó el sábado por la mañana y no contestó a las llamadas telefónicas, Turkewitz dijo que empezó a preocuparse y llamó al hotel de Barnett. Luego encontraron muerto a Barnett en su camioneta, que estaba en el estacionamiento del hotel.
La oficina del forense del condado de Charleston confirmó la muerte, que, según dijo, parecía ser "resultado de una herida de bala autoinfligida".
El Departamento de Policía de Charleston señaló el hallazgo del forense en un comunicado y dijo que se está realizando una investigación. "Los detectives están investigando activamente este caso y están esperando la causa formal de la muerte, junto con cualquier hallazgo adicional que pueda arrojar más luz sobre las circunstancias que rodearon la muerte de Barnett", dijo el departamento.
Turkewitz dijo que la experiencia de Barnett en Boeing lo había afectado profundamente.
"Le estaba pesando mucho lo que estaba pasando, y revivir todas esas cosas que habían ocurrido y el estrés que le había causado", dijo Turkewitz.
Un juez de derecho administrativo del Departamento de Trabajo estaba analizando el caso del denunciante, que se encontraba en la fase de presentación de pruebas. Se había fijado un juicio para junio.
Turkewitz dijo que pensaba seguir adelante con el caso de Barnett, en nombre de su familia. "Lo que John quería era que, al menos, todo eso sirviera para algo", dijo.
En un comunicado, Boeing dijo: "Nos entristece el fallecimiento de Barnett, y nuestros pensamientos están con su familia y amigos".
Conocido como Swampy por sus raíces de Luisiana, Barnett trabajó en Boeing durante casi tres décadas hasta que se jubiló en 2017. Había trabajado en la fábrica de Boeing en Everett, Washington, antes de trasladarse a una nueva fábrica en North Charleston, Carolina del Sur, en 2010 para trabajar en el 787 Dreamliner de Boeing, un avión de fuselaje ancho que fue el nuevo avión más importante de la empresa en una generación.
Después de que dos aviones 737 Max de Boeing se estrellaran en 2018 y 2019, la preocupación de Barnett por los problemas de calidad de Boeing ocupó un lugar destacado en The New York Times y otros medios de comunicación, como ejemplo de problemas generalizados en los procesos de fabricación de la empresa.
Barnett declaró al Times en 2019 que había descubierto grupos de astillas de titanio que colgaban de los cables de control de vuelo de algunos aviones. Esas astillas se producían al encajar los elementos de fijación en las tuercas.
Barnett dijo en entrevistas que había instado repetidamente a sus jefes a que retiraran las astillas, pero que se habían negado y lo trasladaron a otra parte de la planta.
En 2017, la Administración Federal de Aviación (FAA, por su sigla en inglés) exigió que los Dreamliners estuvieran limpios de astillas antes de entregarlos a las aerolíneas. Boeing dijo entonces que cumplía esa directiva y que estaba trabajando con un proveedor para mejorar el diseño de la tuerca. Pero la empresa dijo que eso no planteaba un problema de seguridad de vuelo.
Barnett también declaró al Times en 2019 que había informado a la dirección que habían desaparecido piezas defectuosas, lo que planteaba la posibilidad de que se hubieran instalado en los aviones.
Dijo que sus jefes le dijeron que terminara el papeleo de las piezas que faltaban sin averiguar adónde habían ido.
La FAA investigó y descubrió que Boeing había perdido algunas piezas dañadas.
"Como responsable de calidad en Boeing, eres la última línea de defensa antes de que un defecto llegue al público que aborda los vuelos", le dijo Barnett al Times en 2019. "Y todavía no he visto un avión salido de Charleston en el que pondría mi nombre diciendo que es seguro y aeronavegable".
Barnett, quien vivía en Pineville, Luisiana, volvió a expresar sus preocupaciones en entrevistas con el Times este año, cuando volvieron a surgir preguntas sobre problemas de calidad en Boeing tras un incidente sucedido el 5 de enero en el que un panel voló de un avión Boeing 737 Max 9 en pleno vuelo durante un vuelo de Alaska Airlines.
"A lo largo de los años, la calidad se ha ido reduciendo" en Boeing, dijo Barnett. Y añadió: "No es un problema del 737. Es un problema de Boeing".
Boeing necesita "volver a lo básico", dijo. "Tienen que regresar a la construcción de aviones 101".
La madre de Barnett, Vicky Stokes, dijo en una entrevista el martes que la experiencia de su hijo con Boeing le había pasado factura, haciéndole parecer mayor que sus tres hermanos a pesar de ser el más joven. "Llevó esto a cuestas durante muchos años", dijo.
En una entrevista en enero, Barnett dijo que ya no volaba en aviones por lo que había visto durante su época en Boeing.
"Ahora no puedo poner un pie en un avión", dijo. "Es triste. Me rompe el corazón. Me encanta Boeing. Me encanta lo que representaba".
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Sydney Ember es periodista de negocios del Times y cubre temas de economía y mercado laboral de Estados Unidos. Más de Sydney Ember