Justo debajo de las hileras de bebidas energéticas y kombucha de Westside Market, una tienda de delicatesen del barrio de Chelsea, en Manhattan, hay unas cuantas botellas de cristal de Vybes. La bebida, que viene en sabores como fresa lavanda y lima naranja, está hecha con cannabidiol, más comúnmente conocido como CBD.
Pero la falta de normas federales y el revoltijo de regulaciones estatales han hecho imposible que Vybes sea distribuida por un minorista nacional como Target o Walmart. Eso ha obstaculizado el crecimiento potencial de la bebida, señaló Jonathan Eppers, quien dejó la industria de la tecnología para crear Vybes en 2018.
"Durante los primeros dos años, estábamos montados en un cohete", aseguró Eppers. "Pero el mosaico de leyes y regulaciones en torno a este espacio ha dificultado el crecimiento de nuestro negocio".
Hace poco más de seis años, el CBD, el componente no tóxico derivado del cannabis o el cáñamo, estaba a punto de convertirse en el próximo gran ingrediente de moda, como parte de una oleada de bebidas y alimentos que se promocionaban por sus beneficios para la salud o la relajación. Las empresas emergentes inundaron el mercado con productos, muchos de los cuales prometían calmar el estrés y la ansiedad de los consumidores.
En su apogeo alrededor de 2018, el CBD estaba en todas partes y se encontraba en botellas de agua, barras de chocolate, tinturas, gomitas y sueros para la piel. Los consumidores podían comprar ropa deportiva infundida con aceite de CBD y alimentar a sus nerviosos cachorros con productos masticables y aperitivos de CBD. Las grandes empresas también se sumaron. Molson Coors se asoció con una empresa canadiense de cannabis para crear una línea de bebidas con infusión de CBD. Constellation Brands, fabricante de la cerveza Modelo, invirtió 4000 millones de dólares en una empresa de cannabis que cotiza en bolsa. Ben & Jerry's empezó a analizar la creación de helados con CBD.
Sin embargo, en los dos últimos años, el sector se ha estancado. Molson Coors puso fin a su empresa conjunta y Constellation ha amortizado más de 1000 millones de dólares de sus inversiones en cannabis. Las grandes empresas han dado carpetazo a sus planes de fabricar productos con CBD, y cientos de nuevas empresas han cerrado sus puertas y optado por otros ingredientes o simplemente han moderado sus proyecciones de crecimiento.
Las esperanzas de resucitar el mercado a través de los esfuerzos de la industria para incluir la regulación federal del CBD en una nueva ley agrícola se desvanecieron cuando el Congreso aprobó una extensión de la versión 2018 de la ley en otoño.
La precipitada caída de la industria también se debe a que mucha gente no sabe qué es el CBD, si es legal o si te hace sentir drogado.
El compuesto procede de la planta de cannabis. Las plantas de cannabis que contienen altos niveles de tetrahidrocannabinol, o THC, son marihuana y pueden tener efectos psicotrópicos. Las plantas de cannabis con niveles más bajos de THC se conocen como cáñamo.
Hace cinco años, el Congreso legalizó el CBD a base de cáñamo, aunque el CBD elaborado con niveles más altos de THC seguía siendo ilegal a nivel federal. Sin embargo, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) se ha negado a crear normas que permitan el uso del CBD en suplementos dietéticos o alimentos convencionales. La agencia afirmó que debía crearse una nueva vía de regulación para el CBD y que no había pruebas suficientes para determinar qué cantidad podía consumirse y durante cuánto tiempo. (La FDA ya aprobó un medicamento que contiene CBD y se utiliza para tratar algunos ataques epilépticos).
Al igual que la marihuana, que sigue siendo ilegal a nivel federal, el CBD ha sido legalizado por muchos estados, lo que ha creado una maraña de normas diversas y problemas para los fabricantes.
"Vi las señales de lo que venía a finales de 2019 y 2020. Se necesitaría mucho más tiempo para que se establecieran regulaciones federales para el CBD", explicó Ben Witte, quien fundó Recess en 2018 como una línea de agua gasificada que contiene CBD. Hoy, esas bebidas representan menos del diez por ciento de sus ingresos. En su lugar, se enfoca en los "mocktails" y Recess Mood, una línea de bebidas relajantes sin CBD.
Incluso antes de que se legalizara el CBD a base de cáñamo, las tiendas y los minoristas en línea estaban inundados de productos que lo contenían. Pero ninguno de ellos había sido aprobado por la FDA, y algunos hacían afirmaciones escandalosas y sin fundamento de que los productos infundidos podían hacer de todo, desde tratar la enfermedad de Alzheimer hasta curar el cáncer.
La FDA comenzó a emitir cartas de advertencia a fabricantes y minoristas por vender productos de CBD no aprobados o hacer afirmaciones sin fundamento en torno a esos productos. En 2020, la FDA descubrió en una muestra de productos que el 18 por ciento contenía bastante menos CBD del indicado en el envase, mientras que el 37 por ciento tenía bastante más.
"Creo que la pregunta más importante aquí es esta: ¿por qué agregarlo a los alimentos?", dijo Peter Lurie, presidente y director ejecutivo del grupo de vigilancia Center for Science in the Public Interest. "¿Cuál es su finalidad? ¿Qué efecto tiene ese ingrediente?".
Y añadió: "Esas empresas han podido difundir la creencia de que la sociedad necesita esos productos, pero no hay ninguna prueba de que el CBD sirva para tratar algo más que el síndrome epiléptico poco común para el que fue aprobado".
Jonathan Eppers, que dejó la industria tecnológica para crear Vybes, que produce bebidas con infusión de CBD, en Los Ángeles, el 22 de enero de 2024. (Bradley Meinz/The New York Times).
Vybes, la bebida con infusión de CBD, en una tienda de Westside Market en Manhattan, el 22 de enero de 2024. (Jeenah Moon/The New York Times).