SEÚL, Corea del Sur -- El gobierno surcoreano desató una ola de pánico en la industria del internet: la autoridad regulatoria antimonopolio del país dio a conocer que promulgaría la ley de competencia más dura fuera de Europa, lo que frenaría la influencia de las compañías tecnológicas más importantes.
La Comisión de Comercio Justo de Corea (KFTC, por su sigla en inglés), con el respaldo del presidente Yoon Suk-yeol, dio a conocer en diciembre que planeaba hacer una propuesta basada en la Ley de Mercados Digitales de 2022, la histórica legislación de la Unión Europea para frenar a los gigantes tecnológicos estadounidenses. Esta propuesta de ley parecía también tener en la mira a los conglomerados de internet de la propia Corea del Sur, al igual que a las Alphabet, Apple y Meta del resto del mundo.
La comisión declaró que la ley designaría a ciertas compañías como plataformas dominantes y limitaría su capacidad para usar empresas fuertes en un determinado negocio en línea para expandirse a nuevas áreas.
Pero luego, la semana pasada, la agencia repentinamente cambió de rumbo. Tras la reacción furiosa de los cabilderos del sector, los consumidores surcoreanos e incluso el gobierno estadounidense, la KFTC anunció que pospondría la presentación formal de la propuesta de ley para pedir más opiniones.
No queda claro cuándo avanzará la propuesta de ley o incluso si lo hará. Su presentación se ha complicado por unas elecciones generales muy importantes que se llevarán a cabo en abril. El conservador Partido del Poder Popular de Yoon busca arrebatarle el control de la legislatura al Partido Demócrata de Corea, el cual tiene una mayoría significativa. Las encuestas han revelado el apoyo público a la regulación, y gran parte del electorado al que la propuesta de ley pretende beneficiar, como los pequeños negocios y los taxistas independientes, tradicionalmente han votado por el Partido Demócrata de Corea.
La postergación fue una victoria temporal para las compañías de internet surcoreanas (dominantes en el país, pero con poca influencia global) que cabildearon con discreción contra la iniciativa de ley. Esas empresas argumentaron que la legislación no era necesaria y que beneficiaría en última instancia a los nuevos competidores provenientes de China.
Sin importar el resultado, este episodio mostró que hay un deseo creciente de regulaciones más estrictas para las firmas tecnológicas en Asia. También subrayó la preocupación de Corea del Sur, similar a las propias inquietudes de Estados Unidos respecto a la influencia de sus poderosos gigantes tecnológicos.
En Corea del Sur, Naver es el motor de búsqueda y servicio de mapas preferido, no Google. Las entregas eficientes de Coupang la han convertido en la empresa dominante en el comercio electrónico, y Kakao es un servicio de mensajería omnipresente en todo el país que controla los servicios de transporte privado.
En el pasado, eran los gigantes tecnológicos estadounidenses los que acusaban de excesos a los reguladores del país, con el argumento de que sus políticas proteccionistas fomentaban una competencia dispar. Sin embargo, en esta ocasión, las compañías surcoreanas encabezaron la protesta.
Park Seong-ho, presidente de la Asociación de Corporaciones de Internet de Corea, conocida como K-Internet, manifestó que la regulación limitaría las oportunidades de crecimiento. Entre los miembros del grupo se encuentran Naver, Kakao, Coupang y las divisiones coreanas de Alphabet y Meta.
Park afirmó: "Una plataforma dominante aquí será remplazada por otra en cuestión de años y este ciclo se repetirá. Es como evitar prematuramente que un estudiante grande y fuerte con el potencial para convertirse en atleta haga sus entrenamientos por temor de que se convierta en un acosador escolar".
La Ley de Mercados Digitales de la Unión Europea, que entrará en vigor el mes próximo, restringe la influencia de las plataformas consideradas guardianas de acceso, que ofrecen servicios tecnológicos dominantes. Compañías como Apple, Amazon, Alphabet, Meta y Microsoft han anunciado cambios en su manera de operar para cumplir con las nuevas reglas.
No obstante, a diferencia de Corea del Sur, Europa no posee gigantes tecnológicos locales prósperos cuyos negocios puedan verse afectados por la regulación.
Han Ki-jeong, presidente de la KFTC, mencionó en una declaración escrita a The New York Times que las nuevas regulaciones eran necesarias. El dirigente agregó que aunque la economía digital del país ha florecido, "detrás de los servicios innovadores y el crecimiento rápido, hay un abuso de poder frecuente por parte de un número pequeño de plataformas que monopolizan el mercado".
Naver, Kakao y Alphabet se negaron a hacer comentarios sobre la posible regulación.
Kim Min-ho, profesor de derecho de la Universidad Sungkyunkwan, comentó que el cambio en la postura de Yoon estaba probablemente relacionado con las elecciones próximas en abril, dado que su partido busca ganarse a los propietarios de pequeñas empresas, taxistas y trabajadores de servicios de entrega, quienes han apoyado la postura del partido de oposición a favor de regular a las grandes compañías tecnológicas. Algunas empresas pequeñas han demostrado su respaldo, según la Federación de Microempresas de Corea, que en una encuesta descubrió que el 84 por ciento de los participantes estaban a favor de la ley.
En la que se proyecta que será una elección cerrada, Kim aseguró que Yoon "no desea perder votantes", porque hay suficientes personas que apoyan la regulación tecnológica para cambiar el resultado.
Los reguladores coreanos también enfrentaron inconformidad de funcionarios estadounidenses. En un comunicado, la Cámara de Comercio de Estados Unidos calificó la propuesta como "profundamente defectuosa".
Esto generó más estrés a los ya tensos lazos económicos entre ambos países. Los funcionarios surcoreanos no estaban de acuerdo con dos leyes promulgadas durante el gobierno de Biden, la Ley de Reducción de la Inflación y la Ley de Chips y Ciencia, ya que aseguran que son una amenaza para un par de industrias importantes de Corea del Sur: los vehículos eléctricos y los semiconductores.
En una conferencia de prensa este mes, Jose W. Fernandez, el subsecretario de crecimiento económico, energía y medioambiente del Departamento de Estado de Estados Unidos, indicó que esperaba que Corea del Sur considerara las inquietudes de Estados Unidos respecto a su propuesta de ley, así como Washington escuchó a Seúl respecto a sus problemas con la Ley de Reducción de la Inflación y la Ley de Chips y Ciencia.
Los funcionarios antimonopolio surcoreanos puntualizaron esta semana que discutirán el proyecto de ley con la Cámara de Comercio de Estados Unidos.
Baek Woon Sub, presidente de la Organización de Vendedores en Plataformas de Corea, la cual representa a cerca de 1500 compañías de internet, expresó que las reglas "permearían" y afectarían a las empresas medianas y chicas. Estas empresas de menores dimensiones están familiarizadas con las reglas y a menudo trabajan en múltiples plataformas importantes.
Baek, quien opera una pequeña empresa de comercio electrónico llamada EG Tech, agregó: "A la larga, tendremos que enfrentar las peor parte de las consecuencias. No sobreviviremos".
Cuando se le preguntó si pensaba que la postergación era un indicio de que la agencia reduciría los alcances de la regulación o de plano la archivaría, se mostró escéptico al respecto. Baek dijo que él creía que la agencia reguladora estaba en un proceso de reorganización y dando señales de que escucha las preocupaciones del sector.
Baek concluyó: "La Comisión de Comercio Justo no cambiará de postura. Vendrá tras nosotros al final del día".
La sede de Naver en Seongnam, Corea del Sur, el 17 de octubre de 2023. (Tina Hsu/The New York Times)
Empleados en EG Tech, una compañía de comercio electrónico en Daejeon, Corea del Sur, el 5 de febrero de 2024. (Tina Hsu/The New York Times)