SHEFFIELD, Inglaterra -- Por lo que respecta al hombre del camión de comida, el terreno que ocupa en Sheffield, Inglaterra, es lo más monótono que hay. Para él, el sitio --en el aburrido estacionamiento de una gran tienda de artículos para el hogar, con la fachada cubierta de un naranja chillón-- no es exactamente un lugar donde la historia cobre vida.
John Wilson, académico de la Escuela de Administración de la Universidad de Sheffield, observa el mismo lugar y apenas puede contener la emoción. Wilson explicó que es uno de los lugares donde nació el deporte más popular del mundo. No ve un estacionamiento. Puede ver la historia: el césped verde, los jugadores sudando, los vítores del público.
Su pasión es sincera, absoluta y la comparte con un pequeño grupo de historiadores aficionados y detectives voluntarios dedicados a devolverle a Sheffield --una ciudad más conocida por el acero, el carbón y como escenario de la película "Todo o nada"-- el lugar que le corresponde como la cuna indiscutible del fútbol codificado, organizado y reconocible.
Por ahora, sus intentos han conseguido un recorrido a pie por la ciudad, realizado por medio de una aplicación casera, y algunas placas un tanto envejecidas. No obstante, Wilson y sus compatriotas tienen una visión audaz de lo que podría producir su esfuerzo: un "museo digital" de la historia del fútbol de Sheffield, un sendero de esculturas y --más que nada-- una identidad clara y prestigiosa para una ciudad que, en los últimos tiempos, ha luchado un poco por definirse a sí misma.
Sin embargo, Wilson advirtió que, como buscan utilizar el pasado de la ciudad para darle forma a su futuro, tienen una especie de "tendencia a salirse por la tangente".
No se equivoca. En la media hora de camino hasta el estacionamiento, Wilson, de 65 años, y dos de sus entusiastas compañeros, John Stocks --de 65 años, profesor de Literatura Inglesa jubilado y escritor-- y John Clarke, ingeniero informático jubilado de 63 años, tocaron una serie de temas que incluían --pero no se limitaron a-- los patrones de migración social en la Inglaterra victoriana, la serie de Netflix "Un juego de caballeros" y la práctica de cubrir las paredes con "crozzle", un producto de desecho de los hornos de hierro.
Hablaron sobre cada digresión con regocijo y se zambulleron hasta el fondo en todos los temas. Como muchos aficionados entusiastas, se deleitaron con los detalles tanto como con la superficie.
Sin embargo, la imagen que tienen en sus mentes es clara.
"En las décadas de 1850 y 1860, había cientos de equipos que jugaban entre sí en partidos de competencias, en canchas por toda la ciudad", explicó Stocks, quien agregó que, al estudiar el legado futbolístico de Sheffield, el pasado que han desenterrado revela que la ciudad fue "el hogar de la primera verdadera cultura futbolística de todo el mundo". Creen que esto también podría ser la clave de su futuro.
No obstante, el título de "Cuna del Fútbol" --siempre con mayúscula y nunca "soccer"-- es disputado.
Se usa de manera semioficial con Wembley, el estadio situado en la interminable extensión gris del noroeste de Londres que es la sede tanto de la selección nacional inglesa como de la Asociación del Fútbol, el órgano rector del fútbol en Inglaterra.
Visit England, la oficina de turismo del país, apoya a otro contendiente. Describe Mánchester como la "Cuna del fútbol", con base en que es el hogar de dos pesos pesados de la Liga Premier y el Museo Nacional del Fútbol. Mánchester también es el lugar donde se formó la Liga de Fútbol, la primera competencia profesional del deporte.
En comparación, la candidatura de Sheffield al título sin duda es casera. En el sitio web de la oficina de turismo de Sheffield, hay un compendio breve sobre el papel de la ciudad en la formación del juego y en la sección de "estudios locales" de la biblioteca de la ciudad hay un archivo en exhibición.
"No hemos sido muy buenos para promocionarnos", opinó Richard Caborn, exlegislador de la ciudad y ministro de Deportes durante el gobierno laborista de Tony Blair. "En verdad, nunca nos hemos posicionado para explotarlo".
Sheffield Home of Football, una organización benéfica educativa que crearon Wilson y sus compañeros de viaje, ha llenado ese vacío.
"Hemos repasado la historia y tenemos la documentación", comentó Caborn. "Esto no es una afirmación. Está basado en evidencias".
El caso de Sheffield es convincente. El Sheffield FC, el club más antiguo del mundo, se fundó aquí. También el Hallam FC, el segundo más antiguo del mundo. El estadio local del Hallam, Sandygate, ha albergado partidos de fútbol desde 1860, más tiempo que cualquier otro lugar. En Sheffield, también se escribieron por primera vez las reglas del juego que se convertiría en el fútbol.
La mayor satisfacción para Stocks y sus compañeros "obsesivos" --su palabra-- proviene de encontrar las evidencias de respaldo. Es un trabajo minucioso, de búsqueda en archivos físicos y digitales, pero vale la pena, comentó.
Admiten que parte de la emoción es corregir algunas imprecisiones de lo que llaman la "historia popular" del fútbol. Sin embargo, su fuerza impulsora es el sentimiento de que sus descubrimientos pueden definir no solo lo que fue Sheffield, sino lo que todavía podría ser.
En las décadas de 1980 y 1990, Sheffield recibió un fuerte impacto a causa del declive en las industrias pesadas británicas; incluso más fuerte que una gran parte del resto del norte de Inglaterra, según Wilson.
Durante años, un ayuntamiento con tendencia de izquierda que fue una espina alegre clavada en el costado de los sucesivos gobiernos británicos dirigió la ciudad, la cual se construyó sobre acero y carbón. "La llamaban la República Socialista de Yorkshire del Sur", explicó Wilson. Con el cierre de las fábricas y las minas, Sheffield luchó tanto por las inversiones como por su identidad.
Las diversas concepciones modernas de Sheffield no han producido una nueva. La ciudad, el telón de fondo de la película "Tocando el viento", así como de "Todo o nada" y el hogar de Pulp y los Arctic Monkeys, dos de las bandas británicas definitorias del último cuarto de siglo, también desarrolló una reputación de manufactura avanzada. En ella se celebra cada año el campeonato mundial de snooker, una variante del billar.
No obstante, nada se ha resuelto del todo. "El ayuntamiento ahora se inclina bastante por la música", comentó Stocks. "Pero no durará. No somos Liverpool. No somos Londres. No somos Glasgow".
Sin embargo, el fútbol es distinto. Para él y los otros, el papel de Sheffield en la formación del deporte más popular del mundo debería ser su tarjeta de presentación, su principal activo, no necesariamente para atraer turistas, sino para encontrar su lugar en el mundo, para definir su sentido de identidad.
"La mayoría de la gente de aquí solo tiene una conciencia vaga de algunas cosas", opinó Wilson. "No saben que tenemos esta identidad única, que es algo que le hemos dado al mundo. Ninguna otra ciudad puede decir eso".
Un balón de fútbol antiguo y dos réplicas provenientes del Museo Nacional del Fútbol de Mánchester, el cual también tiene interés en el título de la "Cuna del Fútbol", en Sheffield, Inglaterra, el 6 de febrero de 2024. (Mary Turner/The New York Times)
El estadio Brammall Lane del Sheffield United, en Sheffield, Inglaterra, el 6 de febrero de 2024. (Mary Turner/The New York Times)