Durante la mayor parte de la vida de Mati Roy, las citas estuvieron muy abajo en su lista de prioridades. Aunque probó sin mucho entusiasmo aplicaciones de citas y le habría gustado tener una relación si se hubiera desarrollado de manera natural, buscar el amor no parecía merecer la pena.
Sin embargo, cuando Roy ingresó a su tercera década de vida, las prioridades empezaron a cambiar. Pasó mucho tiempo reflexionando sobre la ética de tener hijos y decidió que quería tener los suyos.
En diciembre de 2021, Roy elaboró una biografía para citas en línea, también conocida como "date-me doc", y animó a la gente a compartirla en internet. Decía que medía 1,90 metros, que no bebía, fumaba ni consumía drogas y que estaba menos interesado en pasar tiempo juntos que las parejas normales.
Los hijos eran importantes, así que, para mejorar el panorama, ofreció 2000 dólares a quien le presentara a la persona con la que acabaría coejerciendo la paternidad legalmente. (Roy eligió esa expresión para no descartar la adopción). El dinero era un experimento y la cantidad reflejaba una suma que podría motivar a la gente a involucrarse.
Roy, que ahora tiene 33 años y es gestor de proyectos en OpenAI, llamó a la recompensa una "prima de citas". Un amigo ofreció otros 1000 dólares con un requisito más sencillo: sería para quien presentara a Roy a una persona que le diera "mucha alegría" durante al menos dieciocho meses. Otro amigo, Anatoliy Zaslavskiy, conocido como Toli, añadió 500 dólares con la misma condición de dieciocho meses, por lo que la prima ascendía a 3500 dólares.
A Zaslavskiy, que ahora tiene 31 años y trabaja como ingeniero en Dropbox, le gustó tanto la idea que decidió ofrecer su propia prima: 100.000 dólares que se pagarían en un plazo de cuatro años.
"Me gustó mucho la estructura de derechos adquiridos que tienen las empresas emergentes y pensé: 'Si esto funciona en el mundo financiero, ¿por qué no puede funcionar en el mundo de las citas?'", explicó Zaslavskiy, que eligió la cantidad tras analizar sus gastos y pensar cuánto quería invertir en amor.
Tras el primer año de relación, el casamentero aficionado recibiría un pago único de 25.000 dólares. Después, la persona recibiría pagos mensuales de cerca de 2000 dólares hasta que se abonara el importe total o la pareja terminara la relación.
Para quienes tuvieran una mayor tolerancia al riesgo financiero, Zaslavskiy propuso una alternativa: una iniciativa de reparto de beneficios. Si la futura pareja aceptaba las condiciones, el casamentero recibiría el diez por ciento de los ingresos combinados de la pareja con un plan de adquisición de derechos similar. Si sus ingresos aumentaban, también lo haría la recompensa.
Zaslavskiy, al igual que Roy, publicó su recompensa en internet. A medida que circulaban los documentos, las personas que hacían comentarios se burlaban de la idea, no solo por ser inusual, sino por dar pena ajena.
Amor y dinero
El término "recompensa" evoca imágenes de carteles en los que se ofrece una cantidad de dinero por atrapar a delincuentes y recuerda a las "recompensas por fallos" que las empresas tecnológicas ofrecen a quienes detectan fallos en sus sistemas. Pero las recompensas por citas de Roy y Zaslavskiy pueden considerarse un regreso a la búsqueda de pareja a la antigua usanza.
En lugar de usar una aplicación de citas para el teléfono, quieren incentivar a los contactos para que los ayuden a encontrar pareja. Y, de hecho, esa era la principal manera de conocer parejas, afirmó Michael J. Rosenfeld, sociólogo de la Universidad de Stanford que ha investigado cómo se conocen y se mantienen unidas las parejas.
Rosenfeld cree que es sensato ofrecer una recompensa por las citas, pues los amigos y la familia tienen poca práctica a la hora de hacer presentaciones.
"Es un intento por recibir toda la ayuda posible y me parece lógico", aseguró. Además, añadió, la gente "no trata adecuadamente la soltería como una emergencia", sino más bien como un estado de vida, "así que, si quieres que tu gente trabaje en ello, necesitas darles la sensación de que es algo de verdad importante".
Para Zaslavskiy, lo raro de la idea forma parte de su atractivo. No temía que lo ridiculizaran si eso le abría más opciones para encontrar el amor y esperaba que la recompensa atrajera al tipo de persona de mente abierta con la que le gustaría salir.
En aquel momento, Zaslavskiy, que vive en Nueva York, ganaba cerca de 200.000 dólares al año, por lo que los aproximadamente 2000 dólares mensuales de recompensa habrían supuesto alrededor del doce por ciento de su salario.
"Me fijé en todas esas cosas de mi vida que no me aportan tanto valor", señaló Zaslavskiy. "En ese momento, estoy gastando quizá 13.000 dólares al mes, pero ¿necesito todas esas cosas que estoy comprando? Por supuesto que no. Si pudiera gastar 2000 dólares de eso en encontrar a alguien a quien quiero, entonces, sí que valdría la pena".
Zaslavskiy señala a Blind, una aplicación de chismes anónimos utilizada por algunos empleados de tecnología. "Es básicamente un montón de gente de tecnología quejándose de sus vidas, como dijo un compañero de trabajo", comentó. "Mucha gente gana más de 500.000 dólares al año y, sin embargo, tiene dificultades para relacionarse. Creo que la gente de Blind pagaría con gusto más del diez por ciento por tener una relación satisfactoria".
Una recompensa cobrada
Después de que Zaslavskiy publicó su recompensa, recibió cinco presentaciones, dos de las cuales se convirtieron en videollamadas, pero ninguna en cita. Tras una reunión y una ruptura con una ex, ha vuelto a tener citas y la recompensa de 100.000 dólares sigue activa. Ahora es poliamoroso, así que la recompensa se pagará a la persona que le presente a su pareja principal a largo plazo.
Roy recibió cerca de 27 presentaciones, que se convirtieron en cinco videollamadas y un encuentro en persona. Ninguna terminó en romance, pero su amiga Carrie Radomski, que ya había intentado emparejarlo antes, compartió su recompensa en su página de Facebook. Rápidamente atrajo ataques y la atención de Carissa Cassiel, amiga de Radomski en Facebook.
La honestidad y especificidad de su perfil (Roy quería al menos dos hijos y se dedicaba a la criogenización) atrajo a Cassiel, y la recompensa parecía inteligente. Pero lo más atractivo fue ver cómo se tomaba las críticas. Quienes comentaban decían que la recompensa era algo extraño, que el perfil contenía demasiada información o que Roy parecía autista, explicó Cassiel, de 39 años.
"Observé en los comentarios cómo respondía a la gente", dijo. "Era muy amable y decía: 'Es una gran observación', 'Debería cambiar eso', 'Podría añadir algo así' o 'Así no es como me siento'. Lo manejó todo de maravilla y eso me pareció muy significativo".
Cassiel decidió comentar para defender a Roy. Señaló que, como mujer soltera, le gustaba tener mucha información de fondo detallada a la hora de evaluar posibles citas.
Roy estaba en Canadá y Cassiel vivía en Georgia, pero los dos empezaron a intercambiar mensajes y, luego, a pasar tiempo juntos durante las reuniones virtuales de un amigo en común. Para averiguar si funcionarían como pareja, Roy se fue a vivir con Cassiel durante unas semanas y, después, pasó un tiempo en México con ella y Thane, el hijo de Cassiel de una relación anterior.
Al final, Roy se trasladó definitivamente a Georgia. La pareja se casó en abril y están criando juntos a Thane. Como la relación ha durado más de dieciocho meses, se han pagado 1500 dólares de la recompensa a Radomski, que tiene intención de donarlos a una organización sin fines de lucro. Roy aún no ha adoptado legalmente a Thane pero, si lo hace o si la pareja tiene un hijo biológico o adopta a otro niño, Radomski también recibiría los 2000 dólares de la recompensa original.
Roy y Cassiel están entusiasmados con el potencial de las recompensas por citas. Él cree que es una manera de que las personas que conectan con otras reciban un pago por su trabajo, que es una muestra de respeto. Cassiel cree que, sin la recompensa, Roy y ella nunca se habrían conocido.
"Me parece una idea brillante porque hace que la gente se involucre y se preocupe", afirmó. "Creo que también demuestra motivación, iniciativa y compromiso. Es un ejemplo de su personalidad. Cuando decidió que estaba preparado, cumplió su promesa".
Anatoliy Zaslavskiy con su perro, Promise, en Nueva York, el 12 de febrero de 2024. (Maansi Srivastava/The New York Times)
Carissa Cassiel muestra una foto de ella y Mati Roy con su hijo Thane, en la casa donde ella y Roy viven después de que ella respondiera a su "recompensa de citas", en Ellijay, Georgia, el 12 de febrero de 2024. (Dustin Chambers/The New York Times)