MELBOURNE, Australia -- Cuando es fuera del horario laboral y el jefe está al teléfono, los trabajadores australianos --que ya figuran entre los más descansados y satisfechos del mundo-- no dudan en pulsar "rechazar" para pasar tiempo en la playa.
El Senado australiano aprobó el jueves un proyecto de ley que otorga a los trabajadores el derecho a ignorar llamadas y mensajes fuera del horario laboral sin temor a represalias. Ahora el documento regresará a la Cámara de Representantes para su aprobación definitiva.
El proyecto de ley, que se espera sea aprobado en la Cámara con facilidad, permitirá a los trabajadores australianos rechazar comunicaciones profesionales "no razonables" fuera de la jornada laboral. Los centros de trabajo que castiguen a los empleados por no responder a ese tipo de demandas podrían ser multados.
"No se debería penalizar a alguien que no cobra 24 horas al día si no está conectado y disponible las 24 horas del día", declaró el primer ministro Anthony Albanese en una rueda de prensa el miércoles.
La disposición es una enmienda de última hora a un paquete de cambios legales propuestos para reforzar los derechos de los trabajadores. La legislación, que incluye protecciones para los trabajadores temporales que deseen convertirse en fijos y nuevas normas para quienes hacen trabajos temporales, como los repartidores de comida a domicilio, había sido muy debatida.
Australia sigue los pasos de naciones europeas como Francia, que en 2017 introdujo el derecho de los trabajadores a desconectarse de los empleadores mientras no estén de servicio, una medida emulada después por Alemania, Italia y Bélgica. El Parlamento Europeo también ha pedido una ley en toda la Unión Europea que alivie la presión sobre los trabajadores de que respondan a las comunicaciones fuera del horario laboral.
"El mundo está conectado, pero eso ha creado un problema", declaró Tony Burke, ministro de Trabajo y Relaciones Laborales, en una entrevista concedida el martes a la radiotelevisión pública australiana.
"Si tienes un trabajo en el que solo te pagan por las horas exactas que trabajas, algunas personas se encuentran ahora en la situación constante de tener problemas si no revisan sus correos electrónicos", añadió Burke. Es razonable que los empresarios se pongan en contacto con sus trabajadores para hablar de turnos y otros asuntos, dijo, pero los trabajadores no deberían estar obligados a responder estos mensajes durante sus horas no compensadas.
Los sindicatos y otros grupos industriales llevan mucho tiempo defendiendo que los empleados tienen derecho a desconectarse, pero el tema cobró relevancia durante la pandemia, cuando el cambio generalizado al trabajo a distancia hizo que se difuminaran aún más los límites entre la vida doméstica y la vida laboral.
Los detractores de la nueva norma, entre ellos grupos empresariales y legisladores de la oposición, la han calificado de precipitada y de extralimitación del gobierno, expresando su preocupación por que pueda dificultar el trabajo de las empresas.
"Esa legislación generará costos significativos para las empresas y se traducirá en menos puestos de trabajo y menos oportunidades", declaró mediante un comunicado Bran Black, consejero delegado del Consejo Empresarial de Australia.
"Ninguna de las medidas está diseñada para mejorar la productividad, el empleo, el crecimiento y la inversión, los ingredientes de una economía próspera", señaló Michaelia Cash, senadora del Partido Liberal, de oposición y de derecha. Y añadió: "Los trabajadores ya tienen protecciones legales contra horarios laborales irrazonables".
Otros criticaron el mecanismo de la legislación, que hace recaer en los trabajadores la responsabilidad de proteger sus derechos, en lugar de obligar a los empresarios a no ponerse en contacto con sus empleados en horas no razonables.
Unas órdenes similares, comentó Kevin Jones, experto australiano en seguridad laboral, "suelen ser utilizadas por alguien que se da cuenta de que su relación con el empleador está ahora tan manchada que no es funcional y es mejor que se vaya".
Los australianos ya disfrutan de una serie de prestaciones normalizadas, como veinte días de vacaciones anuales retribuidas, baja por enfermedad obligatoria retribuida, baja por "servicio prolongado" de seis semanas para quienes hayan permanecido en una empresa al menos siete años, dieciocho semanas de baja por maternidad retribuidas y un salario mínimo en todo el país de casi 15 dólares la hora.
El país ocupa el cuarto lugar del mundo en "conciliación de la vida laboral y familiar", por detrás de Nueva Zelanda, España y Francia, según un índice de la plataforma mundial de empleo Remote. Estados Unidos, con un salario mínimo federal de 7,25 dólares, ocupa el puesto 53.
"El equilibrio entre la vida laboral y personal es un marcador cultural para los australianos", aseguró Jones. "Bajamos a la playa, paseamos y tenemos tiempo libre".
Los acuerdos de trabajo a distancia se hicieron comunes en Australia durante la época de la pandemia, cuando se difuminó aún más una línea ya difusa entre los mundos del trabajo y del hogar. (Matthew Abbott/The New York Times)
Oficinistas en el distrito central de negocios de Sídney, Australia. (Matthew Abbott/The New York Times)