El número de mariposas monarca en sus áreas de hibernación en México disminuyó de manera drástica este año hasta alcanzar el segundo nivel más bajo jamás registrado, según un estudio anual. El censo, considerado un indicador de la salud de la especie, reveló que las mariposas solo ocupaban unas 0,89 hectáreas de bosque en el centro de México, un 59 por ciento menos que el año anterior. Solo en el invierno de 2013-2014 hubo menos mariposas. Los científicos afirman que el declive pareció estar motivado por las condiciones cálidas y secas en Estados Unidos y Canadá que redujeron la calidad del algodoncillo disponible, las únicas plantas que las orugas monarca pueden comer, así como la disponibilidad de néctar de muchos tipos de flores, de las que se alimentan como mariposas. “Nos dice que necesitamos intensificar las medidas de restauración y conservación”, comentó Jorge Rickards, director general del World Wildlife Fund en México, que llevó a cabo el estudio junto con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y otros socios.
Las monarcas migratorias figuran en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, la principal autoridad científica mundial sobre la situación de las especies, como vulnerables o en peligro de extinción. Inicialmente estaban clasificadas en la categoría más amenazada de en peligro de extinción, pero su estatus se ajustó en septiembre. El gobierno de Estados Unidos colocó a las monarcas en lo que en esencia es una lista de espera de protección conforme a la Ley de Especies en Peligro de Extinción (ESA, por su sigla en inglés); los funcionarios aceptan que la especie califica para protección, pero hay otras más prioritarias.
Es normal que los totales de población de insectos suban y bajen mucho, pero las disminuciones se vuelven peligrosas cuando se ven mermadas de forma crónica, como ocurre con las monarcas, explicó Karen Oberhauser, catedrática emérita de entomología de la Universidad de Wisconsin-Madison, quien lleva décadas estudiando a las monarcas. “Cuando empezamos con una cifra baja, un acontecimiento catastrófico puede hacer que la población caiga en picada y sea difícil de recuperar”, explica Oberhauser. Nunca se había producido un descenso tan grande después de una cifra tan baja como la del invierno pasado, añadió. Oberhauser también señaló que la deforestación en el hábitat invernal de las mariposas en México fue baja el año pasado, por lo que no parece ser un factor en el descenso.
El número de mariposas monarca durante la temporada de apareamiento del verano fue apenas inferior al del año pasado y en algunas zonas, como el noreste, los totales fueron superiores. Pero es probable que las condiciones de sequía en el centro-sur de Estados Unidos y el norte de México provocaron una menor disponibilidad de néctar y una migración otoñal menos exitosa, según Oberhauser. En el estudio que se dio a conocer el miércoles se midieron las monarcas orientales, que viven al este de las Montañas Rocosas. En cambio, las monarcas occidentales hibernan sobre todo en California. Su recuento anual se realiza de forma diferente y este año se contabilizaron 233.394 mariposas. La cifra es inferior a la del año anterior, pero muy superior al peligroso mínimo de menos de 2000 mariposas registrado en 2020. Aun así, las monarcas occidentales solo representaban el 5 por ciento de su población en la década de 1980, cuando su número era a menudo de millones, según la Sociedad Xerces, un grupo sin fines de lucro dedicado a la conservación de insectos que participó en ambas encuestas.
*Catrin Einhorn - ©The New York Times