La estrella de "Los que se quedan", Da'Vine Joy Randolph, ha tenido un recorrido encantador por la temporada de premios hasta ahora: considerada la favorita para ganar el premio Oscar a la mejor actriz de reparto, ya se ganó el Globo de Oro, el Critics Choice Award y los prestigiosos trofeos del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York y de la Asociación de Críticos de Cine de Los Ángeles.
La actriz, de 37 años, es consciente del poder de estos premios y sabe que incluso estar en la conversación sobre el Oscar puede cambiar el curso de una carrera. Pero, ¿significa eso que su temporada de premios ha sido fácil?
"Es abrumador, si he de ser franca", me dijo Randolph en una sincera conversación la semana pasada. "Realmente, haces algo que demuestra que mereces ser aceptado y respetado por los demás cuando pasas por esto de la temporada de premios".
La campaña de los Oscar, que dura un mes, puede ser más ardua de lo que la gente cree: un cúmulo de preguntas y respuestas, pruebas de vestuario, mesas redondas, sesiones fotográficas, entrevistas, alfombras rojas, ceremonias, estrenos de películas, cocteles y apariciones en festivales que exigen niveles siempre elevados de aplomo y adrenalina. Todas las personas con las que te cruzas en estos eventos quieren algo de ti --una conversación, una selfi, un autógrafo, un discurso de aceptación-- y al final de estas noches deslumbrantes y agotadoras, no queda mucho para ti.
Randolph no es ninguna novata: nominada a los Tony por su papel en "Ghost, el musical" (2012), su nombre y el premio Oscar estuvieron juntos en la misma conversación por primera vez después de su interpretación cinematográfica revelación en "Mi nombre es Dolemite" (2019) y ha trabajado sin descanso en películas como "Estados Unidos vs. Billie Holiday" (2021) y series de televisión como "Only Murders in the Building", "The Idol" y "High Fidelity". Sin embargo, nada de lo que ha vivido hasta ahora puede compararse con la atención que se ha posado sobre ella tras el estreno y los premios que ha recibido la película dirigida por Alexander Payne, y Randolph aún está tratando de adaptarse a ello.
"Con cosas que antes eran pequeñas, ahora todo está aumentado", afirmó.
En "Los que se quedan" Randolph interpreta el papel de Mary, la encargada de la cafetería de un internado que crea un vínculo con un profesor irritable (Paul Giamatti) y un estudiante problemático (Dominic Sessa) cuando se quedan en la institución durante las vacaciones de Navidad. Cada uno tiene sus propias heridas, pero la de Mary puede ser la más difícil de sanar: está de luto por el reciente fallecimiento de su hijo, que murió en la guerra de Vietnam.
"Leyendo el guion, comprendí que ella era el corazón de esta película y supe que, si interpretaba ese papel, tendría que ser intrépida", comentó Randolph. Aunque Mary no siempre es sincera sobre el dolor que siente, toda esa agonía privada estalla en una escena crucial, ambientada en la cocina de una fiesta de Navidad, en la que por fin se abre y se lamenta.
"Creo que esto es quizá lo más desnuda o vulnerable que me he mostrado nunca ante nadie y está ahí, filmado para siempre", dijo Randolph. "Pero cuando me ponía nerviosa, me animaba y pensaba que debíamos hacerlo, porque la gente se va a identificar y quizá va a poder sanar".
Quedé de verme con Randolph para comer en Los Ángeles pocos días después de su nominación al Oscar. Cálida y comunicativa, se disculpó por su voz ronca: "Cuando dicen el nombre de Paul, me vuelvo loca", dijo, refiriéndose a sus reacciones de alegría ante la nominación al Oscar de Giamatti y sus recientes victorias en los Globos de Oro y los Critics Choice Awards. ¿Le ha resultado más fácil asimilar la buena suerte de Giamatti en la temporada de premios que la suya propia?
Sí, admite Randolph. "Me alegro de poder vivir esto con gente humilde y amable, porque cuando ganan, es aún mejor", aseguró.
A continuación, fragmentos editados de nuestra conversación.
P: ¿Cómo te ha ido este día?
R: Ha estado muy ocupado. Ha sido un gran día. Es solo que no hay tiempo suficiente.
P: ¿No tienes tiempo suficiente en el día?
R: No. Siento que cuando me despierto, ya estoy retrasada. ¿Pero creo que a esto le dicen, "esposas de oro"? Es muy bueno que estos sean los problemas que debo atender.
P: A pesar de todas las cosas fantásticas que están sucediendo en este momento, uno pensaría que hay cierto grado de reconfiguración que tiene que ocurrir en tu vida.
R: Caray, no es normal. En cuestión de cuatro semanas, de una manera extraordinaria, todo mi mundo ha cambiado. Como causa y efecto, todos los que me rodean también han cambiado. Ahora tengo conversaciones con mis padres y mi familia: "No podemos contarle a todo el mundo nuestros asuntos. La gente que pensamos que solo quiere charlar puede tener otros [motivos]". Mis padres son listos, lo entienden. Pero, aun así, fue un momento en el que tuve que darme cuenta: "Vaya, esto también los afecta a ustedes". Es algo increíble.
P: ¿Y cómo procesas todo eso?
R: No soy dura conmigo misma ni con ellos. Inhalo profundamente. Y, después, solo pienso: Muy bien, ¿qué necesito de verdad en este momento? ¿Qué es lo que no me sirve? Porque ahora mi mundo es más grande, todo dentro de mí y a mi alrededor es más grande.
P: ¿Sigues encontrando esos pequeños momentos cruciales entre todo lo importante?
R: Sí. Y son las cosas más irónicas: un viaje en avión, ir al baño. He convertido en un ritual el hecho de ir a la cama, de dar importancia y valor a mi sueño y a mi autocuidado. A veces, les pregunto a otras personas que están viviendo esto conmigo: ¿es normal? ¿A ti qué te ha ayudado? Y ha sido una comunidad muy agradable de gente que me da pequeños consejos. Muchos de nosotros estamos pasando por lo mismo.
P: Durante la temporada de premios creas un verdadero vínculo con los demás nominados.
R: Ah, sí. Los veo todos los fines de semana, básicamente. Esa es en realidad la mejor parte, así que me aferro a esos momentos. Pero sí, es mucho. De verdad te ganas tus medallas en esta temporada de premios.
P: Dime más al respecto.
R: Es agotador. Entiendo por qué la gente se siente neurótica o enloquecida o llora. Creo que cuando estás en una entrega de premios, hay tantos sentimientos que luchan dentro de ti y que golpean tu cuerpo, así que en ese momento piensas: "¡Ah, es demasiado!". Pero en medio del traqueteo surgen joyas y momentos preciosos. Cuando alguien te detiene por la calle para decirte cómo le ha afectado todo el trabajo que has hecho hasta ahora, es cuando pienso: "Tranquila, Da'Vine. Es importante". Y lo sé, pero es un buen recordatorio.
P: Ese tipo de cosas es lo que se supone que representa la temporada de premios, ¿verdad?
R: Absolutamente, e intento volver siempre a eso. Me ayuda a arraigarme, me ayuda a ser capaz de pasar por todo esto.
P: ¿Ya procesaste la nominación al Oscar? ¿O todavía estás en ello?
R: Todavía lo estoy procesando, sí. Y eso está bien. Estoy tratando de tomarme las cosas con calma. Me siento muy culpable.
P: ¿Culpable de qué?
R: No es que no experimente alegría, pero todavía no me parece real. Es casi como cuando te dicen que un ser querido ha fallecido. Estoy en esa etapa.
P: ¿Has visto que a otras personas ya les parezca real?
R: Aparentemente, ¿verdad? La alegría extática. Y yo poseo todo eso, pero aún no se manifiesta de esa manera. Es abrumador, si soy de verdad honesta.
P: Han pasado cerca de dos años desde que empezaste a rodar "Los que se quedan", ¿verdad? Qué largo camino para una película pequeña.
R: Sí, de verdad. Solo lo hice porque el guion era bueno y el personaje era complejo. Nunca pensé que llegaría a esto.
P: ¿Por qué crees que ha tenido tanto éxito? ¿Es la película adecuada en el momento adecuado?
R: Creo que la oportunidad y la suerte son siempre un componente de esta industria. También creo que es un filme honesto. Especialmente desde la pandemia, pedimos autenticidad. La gente quiere la verdad, ya no quiere humo ni espejos. Arrancar la fachada. Eso da miedo, pero parece que la gente lo necesita.
P: En una de las escenas clave de la película, tu personaje sufre un colapso emocional en la cocina durante una fiesta de Navidad. ¿Qué se siente ver una escena así, después de haber hecho algo tan vulnerable en la pantalla?
R: Nunca me veo en pantalla.
P: ¿Aún no has visto "Los que se quedan"?
R: He visto la película. Me obligaron. Me dijeron: "Hay una sala de proyección, todo está preparado. Tienes que ir porque ¿de qué vas a hablar cuando hagas la rueda de prensa?". Yo pensé: Creo que recuerdo lo que mi cuerpo vivió, pero está bien. Así que me senté y la vi. Fue muy incómodo.
P: Hay un momento tranquilo y devastador en el que Mary abre una caja con la ropa de bebé de su hijo. Háblame del rodaje de esa escena.
R: Alexander filmó esa escena durante mucho tiempo. Pensé que íbamos a hacerlo en cinco minutos, pero de verdad me dejó sentarme en esas habitaciones y fue hermoso porque en cierto momento mi cerebro se olvidó y yo estaba simplemente en el espacio, perdiéndome en los quehaceres. Pero lo que hice fue escribir soliloquios para mí misma. Cuando una persona parece perdida en sus pensamientos durante el duelo, en realidad está hablando consigo misma en voz muy alta, racionalizando, tratando de averiguar cómo sucedió, en qué metí la pata. O a veces quiere consolarse y rememorar los buenos recuerdos de cuando estaban juntos.
Quise mostrar todas las etapas del duelo porque enseguida comprendí que no siempre suceden en ese cómodo orden secuencial. El duelo es muy fluido e impredecible. Estás negociando constantemente: ¿dejo que me arrastre en su poderosa ola? ¿O intento ponerme de puntitas en la arena y dejo que la ola me golpee y casi me deje inconsciente?
P: Da'Vine, ¿estás describiendo el duelo o la temporada de premios en este momento?
R: [Se ríe.] Amigo, ¿quién lo sabe a estas alturas?
Da'Vine Joy Randolph en Los Ángeles, el 4 de febrero de 2024. (Erik Carter/The New York Times)
Da'Vine Joy Randolph en Los Ángeles, el 4 de febrero de 2024. (Erik Carter/The New York Times)