Chita Rivera, mítica estrella de Broadway, ha muerto a los 91 años

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Fue parte de un sinnúmero de producciones teatrales, deslumbró al público durante casi seis décadas y su carrera brilló de manera memorable como Anita en "Amor sin barreras" y Velma Kelly en "Chicago".

Chita Rivera, la bailarina, cantante y actriz de fuego y hielo que llegó a la fama con la producción original de Broadway de Amor sin barreras y deslumbró al público durante casi siete décadas como una estrella tutelar puertorriqueña del teatro musical estadounidense, murió el martes en Nueva York. Tenía 91 años.

La muerte fue anunciada en un comunicado por su hija, Lisa Mordente. No se dieron más detalles.

Para varias generaciones de entusiastas de los musicales, Rivera fue una fuerza elemental de la danza que giraba y saltaba; una cantante cautivadora de baladas humeantes y jazz abrasador; y una actriz propulsiva de energía vodevilesca. Apareció en un sinfín de producciones teatrales en Nueva York y Londres, acumuló cientos de miles de kilómetros en giras de cabaret y actuó en decenas de películas y programas de televisión.

En Broadway, creó una serie de mujeres memorables y fuertes: Anita en Amor sin barreras (1957), Rosie en Bye Bye Birdie (1960), la asesina Velma Kelly en Chicago (1975) y el papel principal en El beso de la mujer araña (1993). Cantó números perdurables en esos papeles: "America" en Amor sin barreras, "One Boy" y "Spanish Rose" en Bye Bye Birdie y "All That Jazz" en Chicago.

Los críticos tuvieron que recurrir a diccionarios de sinónimos para buscar hipérboles entusiastas que describieran sus pirotecnias. En 2005, Newsweek la definió como "la mejor bailarina de teatro musical de todos los tiempos". Al comentar su actuación en Bye Bye Birdie en The New York Times, Brooks Atkinson la llamó "una cantante inflamable y una bailarina giróscopica". De su papel ganador del Tony como Anna en The Rink (1984), Richard Corliss en Time magazine escribió: "Con 30 años de experiencia en Broadway en el cuerpo de una adolescente vivaz, la artista de 51 años podría venderle canciones a los sordos".

Rivera fue una perfeccionista que trabajaba duro y que rara vez perdía un compás, y mucho menos una actuación. Formada en el ballet clásico antes de entrar al escenario musical, fue una figura muy querida en Broadway, donde comenzó a actuar a principios de la década de 1950. Con su voz deslumbrante y un lenguaje corporal expresivo, irradiaba un carisma sustentado en técnicas sólidas de canto y baile y en el placer que obtenía de ellas.

Como cantante y actriz, Rivera fue en gran parte autodidacta, aunque recibió formación práctica de algunos de los pedagogos más destacados en la industria: los coreógrafos Bob Fosse y Jerome Robbins, el compositor Leonard Bernstein, el dúo de compositores John Kander y Fred Ebb y el dramaturgo Terrence McNally.

En 1986, Rivera tuvo que suspender su vida de bailarina cuando un taxi chocó contra su automóvil en Manhattan, un incidente en el que su pierna izquierda se destrozó en una decena de lugares. Se sometió a dos cirugías, con tornillos y placas utilizadas para reconectar sus huesos, seguido por meses de rehabilitación. Para muchos bailarines, las lesiones podrían haber sido el fin de su carrera, pero casi un año después del accidente, comenzó a bailar de nuevo, facilitando su regreso con actos de cabaret que la mantuvieron durante años.

Nunca se recuperó del todo. "Nunca me verás con zapatillas de ballet otra vez porque no tengo mi tendón de Aquiles", le dijo al Times en 1993, cuando regresó a Broadway después de una ausencia de siete años para protagonizar El beso de la mujer araña. Agregó: "No puedo hacer el estiramiento completo. Pero ya no tengo ningún dolor. El único problema es que mi pierna activa los detectores de metales en los aeropuertos".

En Chita Rivera: The Dancer's Life, una retrospectiva autobiográfica presentada en Broadway en 2005, interpretó un tango sobre los hombres de su pasado, una secuencia de baile para Fosse, Robbins y otros coreógrafos y un popurrí de sus momentos musicales más destacados, incluyendo "A Boy Like That" de Amor sin barreras y "All That Jazz" de Chicago.

"A los 72 años, todavía tiene la voz, la actitud y --oh, sí-- las piernas para magnetizar todas las miradas en una audiencia", escribió Ben Brantley en una reseña para el Times. "Es una profesional entre profesionales en un mundo de juicios exigentes y estándares míticos. Parece adecuado que The Dancer's Life la presente como la gitana definitiva hecha y derecha, la talentosa actriz que consiguió las oportunidades correctas".

Una década después, Rivera seguía siendo una estrella principal y protagonizó una adaptación musical de 2015 de The Visit, el musical de Kander-Ebb-McNally basado en la obra satírica de Friedrich Dürrenmatt sobre la avaricia y la venganza. En ella interpretó a una viuda adinerada que regresa a su deprimente ciudad natal con una oferta de dinero para el asesinato de un antiguo amor que la traicionó hace mucho tiempo.

La producción se presentó en Broadway durante 11 semanas, incluyendo los preestrenos, recaudó dos millones de dólares y recibió cinco nominaciones al Tony. El Times informó que "la audiencia de la noche de estreno estaba de pie, su aplauso tan estruendoso y sostenido que Rivera tuvo que hacerlo bajar con un gesto magistral de su mano".

Rivera fue colmada de honores durante su larga carrera. Ganó dos premios Tony a la mejor actriz en un musical, por The Rink y El beso de la mujer araña; fue nominada para otros ocho; y en 2018 recibió un Tony especial por logros de toda una vida. En 2002, se convirtió en la primera mujer hispanoamericana en recibir los honores del Kennedy Center, la versión de la capital estadounidense de los Oscar, en un grupo que incluía a Elizabeth Taylor, James Earl Jones y Paul Simon.

En 2009, recibió la Medalla Presidencial de la Libertad, el honor civil más alto de Estados Unidos, de manos del presidente Barack Obama en una ceremonia en la Casa Blanca.

Fue la culminación de una odisea que comenzó a pocos kilómetros de distancia en Washington el 23 de enero de 1933, con el nacimiento de Dolores Conchita Figueroa del Rivero, la tercera de cinco hijos de Pedro Julio y Katherine (Anderson) del Rivero.

Su padre, nacido en Puerto Rico, tocaba el clarinete y el saxofón con la Banda de la Marina de EE. UU. y la Orquesta de Harry James. Murió cuando Conchita tenía 7 años. Su madre, de ascendencia escocesa, irlandesa y puertorriqueña, y que también tuvo antepasados afroamericanos, lo que descubrió tarde en su vida, se convirtió en empleada en el Pentágono e inscribió a Conchita en clases de canto, baile y piano. El baile se convirtió en su pasión. Siguiendo el consejo de su profesora, hizo una audición para George Balanchine y ganó una beca para su Escuela de Ballet Estadounidense en la ciudad de Nueva York.

Viviendo con la familia de un tío en el Bronx, se graduó de la William Howard Taft High School en 1951. En una convocatoria abierta para bailarines, ganó un papel con una compañía nacional itinerante de Call Me Madam de Irving Berlin. Después de 10 meses en la carretera, reemplazó a Onna White como bailarina principal en Guys and Dolls en Nueva York. En los años siguientes, bailó en Seventh Heaven, Shoestring Revue y Mr. Wonderful. Su carrera avanzó. Acortó su nombre a un pegajoso Chita Rivera.

En 1953, consiguió un trabajo en Broadway como bailarina del coro en Can-Can, el musical de Cole Porter-Abe Burrows protagonizado por Gwen Verdon, quien animó a Rivera a buscar ser una actriz principal. Consiguió un papel en Mr. Wonderful y tuvo un romance con su estrella, Sammy Davis Jr.

Rivera alcanzó la fama en 1957 como Anita en Amor sin barreras, la historia de Romeo y Julieta ambientada en el Manhattan de la posguerra, donde los amantes desventurados María y Tony están en medio de una guerra mortal de pandillas callejeras. Como Anita, cantó un dúo conmovedor con Carol Lawrence, quien interpretaba a María, "A Boy Like That/I Have a Love", y un mágico "Tonight", así como lideró un coro vibrante en "America".

Con música de Leonard Bernstein, letras de Stephen Sondheim, coreografía de Robbins y un libro de Arthur Laurents, el musical cosechó excelentes críticas y duró 732 representaciones antes de salir de gira, y tuvo una temporada aún más larga en Londres.

En 1957, Rivera se casó con Anthony Mordente, un bailarín en Amor sin barreras. Se divorciaron en 1966. Además de su hija, Lisa, le sobreviven dos hermanos, Julio y Armando; y una hermana, Lola del Rivero. Rivera vivía en el condado de Rockland, Nueva York.

Otros triunfos siguieron, comenzando con la producción original de Bye Bye Birdie, en 1960, una comedia musical que giraba en torno a un personaje basado en Elvis Presley y sus movimientos de cadera. Parodiaba una era del rock and roll de la década de 1950 que iba desapareciendo, la cultura de la celebridad, el poder de la televisión en las pequeñas ciudades estadounidenses y el negocio del espectáculo en general. Presentó a Rivera como la secretaria de un compositor que convierte la pérdida de la estrella de su agencia, Conrad Birdie, quien está siendo reclutado por el ejército, en un golpe de efecto al organizar un concurso nacional de despedida para admiradoras embelesadas. Rivera, nominada a su primer Tony, fue aclamada en The Guardian: "Su personalidad es tan magnética que tendemos a olvidar la trama y solo esperamos que Rivera tome el centro del escenario".

Consiguió otra nominación al Tony en 1976 por la producción original de Broadway de Chicago, el musical irónicamente cínico sobre el vicio en la década de 1920. Rivera interpretó a Velma Kelly frente a la Roxie Hart de Verdon, rivales asesinas en la cárcel del condado de Cook compitiendo por publicidades escabrosas y los servicios del abogado Billy Flynn, interpretado por Jerry Orbach, un hombre histriónico que nunca pierde. Duró 936 representaciones.

La carrera de Rivera en Broadway rara vez se relajó, y cuando encontraba tiempo, lo llenaba con trabajo internacional de cabaret y aparecía en películas y en dramas y comedias de televisión y en los programas de variedades de Ed Sullivan, Dinah Shore, Garry Moore, Sid Caesar y Carol Burnett.

Sus películas incluyeron media decena de documentales sobre Broadway y sus estrellas. También hizo una aparición especial en el largometraje de 2021 de Lin-Manuel Miranda, Tick, Tick… ¡Boom!, un drama musical biográfico basado en el musical teatral del mismo nombre de Jonathan Larson.

En 2017, los premios Astaire, nombrados por Fred y Adele Astaire, quienes aparecieron en 10 musicales de Broadway entre 1917 y 1931, fueron rebautizados como los premios Chita Rivera para la danza y la coreografía.

En 2015, Broadway se maravilló cuando Rivera, a los 82 años, estrenó The Visit.

¿No había considerado jubilarse?

"Dios mío, no", le dijo a BroadwayDirect.com. "Eso depende de Dios. Pero mientras tanto, la vida es fabulosa y tengo la suerte de haber vivido mucho tiempo rodeada de las personas creativas más grandes. Todavía tengo mucho para bailar y cantar, y demasiada gente para entretener".

Su largamente esperada autobiografía, Chita: A Memoir, escrita con el periodista Patrick Pacheco, fue publicada en la primavera de 2023. Rastreó su vida "con la claridad y despreocupación de una veterana", y reveló dos lados distintos de la personalidad de Rivera, Juan A. Ramírez escribió en el Times.

Mientras que Chita es la mujer dulce "que trata de unir todo, resolver problemas y le gusta reír", escribió Rivera, su "rebelde interior", llamada Dolores, "no se contiene y consigue sus trabajos. Fue ella quien me protegió".

Alex Traub colaboró con reportería.

Robert D. McFadden es un autor sénior de la sección Obituarios y ganador del Pulitzer de 1996 por reportajes de noticias de última hora. Se unió al Times en mayo de 1961 y también es coautor de dos libros. Más de Robert D. McFadden

Alex Traub colaboró con reportería.

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