Una fiesta 'casi desnuda' en Rusia indigna a los conservadores

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Putin, Vladimir V

Putin ha intentado mantener una sensación de normalidad en las ciudades más adineradas del país, a pesar de la guerra. La indignación ante la fiesta erótica de una influente en Moscú desafía la doble moral.

Disculpas llorosas, patrocinios revocados, actuaciones canceladas y dos semanas de cárcel por llevar un calcetín en los genitales.

La severidad de la represión contra los participantes en una fiesta erótica de famosos en Moscú subraya el avance veloz del giro conservador en un país donde durante mucho tiempo el hedonismo se ha tolerado a cambio de la aceptación de unas libertades políticas cada vez menores.

El escándalo estalló la semana pasada, cuando una presentadora de televisión y bloguera rusa, Anastasia Ivleyeva, recibió a algunas personalidades del mundo del espectáculo del país en una fiesta privada en el popular club Mutabor. Ivleyeva, que tiene 18 millones de seguidores en Instagram, dijo que el evento era el estreno de su proyecto fotográfico, encargado originalmente por la oficina local de la revista Playboy.

Dijo que el código de vestimenta era "casi desnudo", y que los invitados tenían libertad para interpretarlo como les pareciera.

Las fotos y videos insinuantes que aparecieron poco después en las redes sociales no tenían nada de particular. Sin embargo, la reacción fue inmediata y severa.

"El país está en guerra y esta escoria, bestias, montan esto", escribió en su canal de Telegram Vladimir Solovyov, uno de los propagandistas más destacados del país, horas después del suceso. "Animales a los que les importa un bledo lo que está pasando".

Algunos conservadores destacados fueron más allá, afirmando, sin ofrecer pruebas, que la fiesta era un ritual satánico porque ocurrió, según sus cálculos, el día 666 de la guerra en Ucrania.

"Dejen de pisotear nuestros corazones con sus pezuñas", dijo Vadim Tsyganov, productor musical, en un video en el que aparecía con su esposa, Viktoria Tsyganova, destacada cantante pop rusa conocida por su activismo religioso y ultranacionalista.

A medida que se acumulaba la indignación conservadora, la policía hizo una redada en Mutabor el 21 de diciembre. Poco después de la fiesta, algunos participantes famosos dijeron que habían perdido patrocinios, que les habían cancelado actuaciones e incluso que les habían eliminado de programas de televisión pregrabados para las fiestas.

Una destacada activista conservadora rusa, Ekaterina Mizulina, afirmó que las autoridades fiscales del país habían abierto una auditoría a Ivleyeva, y los medios de comunicación locales informaron que otro grupo de activistas la había demandado por millones de dólares. A través de un portavoz, Ivleyeva declinó hacer comentarios.

El mayor castigo ha recaído hasta ahora sobre un rapero de 25 años, Nikolai Vasilyev, que actúa con el nombre artístico de Vacío. Fue condenado a 15 días de cárcel en virtud de la nueva ley antigay del país por haber asistido a la fiesta llevando solo un calcetín en los genitales.

Aleksandr Baunov, experto en política rusa del Carnegie Russia Eurasia Center en Berlín, afirmó que la represión pone de manifiesto las contradicciones de la visión que el presidente Vladimir Putin tenía del país en tiempos de guerra.

Putin ha intentado movilizar a la sociedad rusa para lo que presenta como un conflicto existencial y prolongado contra Occidente en Ucrania. Pero también ha intentado mantener una sensación de normalidad, sobre todo en las ciudades más ricas, y ha permitido a las élites rusas seguir con sus vidas mientras no cuestionen la guerra.

"Esta fiesta ha puesto de manifiesto el doble estándar", dijo Baunov. "Ha dado la impresión de que hay un conjunto de normas para los ciudadanos comunes y otro para las élites".

El escándalo posterior supuso una clara victoria para los ultraconservadores del país, que llevan mucho tiempo pidiendo que los rusos se impliquen más en el esfuerzo bélico. La naturaleza coordinada de la represión apunta a que cuenta con la aprobación directa de Putin, dijo Baunov, y refleja la creciente influencia que ejercen los ultraconservadores en el presidente.

Desde que invadió Ucrania, Putin también ha ampliado sus llamamientos a lo que él denomina "valores tradicionales", en su intento de vender al mundo una visión ideológica alternativa a la de Occidente. La invasión ha ido acompañada de una represión de los derechos de los homosexuales y de crecientes llamados a restringir el aborto, aunque Putin ha rechazado en público los límites los derechos reproductivos de las mujeres.

Desde entonces, al menos seis asistentes a la fiesta han emitido pedidos de disculpas en público, desde súplicas llorosas de perdón hasta excusas inverosímiles.

"En la vida de toda persona llega un momento en el que entra por una puerta equivocada", dijo uno de los cantantes pop más destacados de Rusia, Philipp Kirkorov, que asistió a la fiesta con un brillante mono transparente y calzoncillos.

Tras defender inicialmente su evento, Ivleyeva, de 32 años, ha pedido disculpas públicamente en dos videos publicados en las redes sociales.

"Dicen que Rusia puede perdonar", dijo en su segundo video, de 21 minutos. "Si esto es cierto, me gustaría mucho pedirles una segunda oportunidad a ustedes, al pueblo ruso".

Alina Lobzina colaboró con la reportería.

Anatoly Kurmanaev es corresponsal internacional y cubre la transformación de Rusia tras la invasión a Ucrania. Más de Anatoly Kurmanaev

Alina Lobzina colaboró con la reportería.

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