A pesar de la guerra, los extranjeros que convirtieron a Ucrania en su hogar permanecen ahí

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KIEV, Ucrania -- Habían pasado solo tres meses de la invasión rusa a Ucrania a principios de 2022, pero Marwa Yehea quería regresar a su hogar en Kiev.

Yehea, de 31 años y originaria de Siria, había escapado de la capital ucraniana con sus dos hijas en febrero cuando la guerra comenzó. En esos primeros días de incertidumbre, Yehea estaba embarazada de su tercer hijo y pasaron algunas semanas en Alemania.

No obstante, la mujer estaba determinada a regresar a casa antes de que naciera su hijo. Para mayo de 2022, habían retornado a Kiev en tiempo para el alumbramiento.

Este verano, durante una entrevista realizada en Kiev, Yehea comentó: "La guerra no ha terminado y el costo psicológico es agotador. Pero te acostumbras a ello. Además, nosotros en particular, como sirios que sobrevivimos una guerra, pues... aquí estamos a salvo".

En las décadas previas a la invasión rusa, Kiev se había convertido cada vez más en una ciudad cosmopolita, un destino para los estudiantes y los profesionistas internacionales que deseaban construir una vida en Europa. Antes de la guerra, alrededor de 293.600 extranjeros residían de manera permanente en Ucrania, según cifras del gobierno en 2020.

Algunos han tomado la insólita decisión de seguir viviendo aquí, incluso cuando la guerra azota al país y millones han huido. En algunos casos, regresar a su país de origen es imposible y se han quedado en Ucrania en lugar de convertirse en refugiados por segunda vez. Otros simplemente no están dispuestos a abandonar las vidas que han construido en el país.

Yehea, que ha vivido en Ucrania desde 2012, comentó: "Éramos felices aquí, nuestras vidas aquí eran buenas, alabado sea Dios. Hemos tenido una vida cómoda aquí".

Los estudiantes universitarios internacionales también han regresado, tras sopesar el valor de una educación asequible frente a los riesgos de la guerra.

Wang Zheng, de 23 años, originario de China, había estudiado en Ucrania desde 2017 y apenas iniciaba su maestría cuando comenzó la guerra. Regresó a China y continuó sus estudios en línea, pero regresó a Kiev la primavera pasada. El estudiante señaló que su educación "es lo más importante" y agregó: "No puedo rendirme".

Kiev es donde conoció a su novia, Wang Danyang, de 26 años, una cantante de ópera de formación que también es oriunda de China. Ella regresó a Kiev en julio y comenzaron a vivir juntos. La cantante afirma que quieren construir su vida aquí.

Él manifestó: "Siento que esta es mi segunda patria".

Alrededor de 76.500 estudiantes extranjeros estaban inscritos en universidades ucranianas en 2020 y el porcentaje más grande provenía de India.

Dos estudiantes de ese país, Jaanvi, de 20 años, cuyo nombre legal se compone solo de esa palabra, y su compañera de cuarto Mary Fiona, de 22, estudiaban Medicina en Kiev cuando estalló la guerra. Jaanvi llegó en diciembre de 2021, tan solo meses antes de que comenzara la invasión rusa, y huyó cuatro días después del inicio de los combates.

En enero de 2023, ambas mujeres regresaron a Ucrania, impertérritas por los ataques aéreos.

Jaanvi opinó: "Si vas a morir, también puedes hacerlo en tu casa. Todo está en manos del destino. Hay búnkeres y aquí también viven ucranianos".

Zyad Hakim, de 24 años, estudiaba Ingeniería Mecánica en el Instituto Politécnico de Kiev desde hacía 5 años cuando comenzó la guerra y no estaba dispuesto a abandonar el trabajo que había completado.

Hakim, originario de Marruecos, regresó a su país al principio de la guerra, pero luego, en enero de 2023, retornó a Kiev para terminar su último semestre. El joven terminó su carrera este verano y regresó a Marruecos.

En Kiev, pocos días antes de partir, Hakim explicó: "Necesitaba venir aquí y completarla. De lo contrario, todo mi esfuerzo se iría a la basura, al olvido".

Incluso algunos cuya vida en Ucrania no ha sido ideal todavía dicen que el país es su hogar.

Abdullah Hossein al-Rabii, de 40 años, propietario de un popular restaurante en Kiev cerca del Centro Islámico, se mudó ahí en 2013, después de huir de la guerra civil en Siria. Al-Rabii sirve faláfeles, hummus, shawarmas y otros platos del Medio Oriente y habitualmente se le puede encontrar en la parrilla en el frente, donde saluda a sus clientes, en su mayoría ucranianos, con una cálida sonrisa mientras el humo se arremolina alrededor de ellos.

Al-Rabii indicó: "No estoy varado en Ucrania. No quiero irme".

No obstante, Al-Rabii vive en un limbo, al igual que miles de otros sirios que llegaron aquí. Ucrania nunca les otorgó el estatus pleno de refugiados, sino que les brindó "protección complementaria", que es temporal y no proporciona ningún camino hacia la residencia permanente.

El pasaporte sirio de Al-Rabii ya expiró y no ha visto a su familia en Siria (ni ha salido de Ucrania) en una década.

Muchos sirios en Ucrania huyeron a otras partes de Europa cuando la guerra comenzó, en busca de seguridad y un futuro más estable. Sin embargo, Al-Rabii, que está casado con una mujer ucraniana, está decidido a quedarse.

Al-Rabii concluyó: "Lo peor es que antes eras un refugiado; después, escapaste, y, luego, podrías volver a serlo. Esto sería lo más doloroso".

Un servicio religioso en el Centro Islámico en Kiev, el 30 de junio de 2023. (Laura Boushnak/The New York Times)

Ali Saleh, un ciudadano de Chad que se crio en Arabia Saudita después de que su familia huyera de la guerra civil, prepara el almuerzo en la cocina de su dormitorio en Kiev, el 1 de julio de 2023. (Laura Boushnak/The New York Times)

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