De la selva a TikTok: los migrantes que se vuelven influentes de redes sociales

The New York Times: Edición Español

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Las plataformas de redes sociales como Facebook, YouTube y TikTok aceleran la próxima evolución del movimiento internacional de personas.

El año pasado, Manuel Monterrosa emprendió su travesía hacia Estados Unidos con su teléfono celular y un plan: iba a grabar su recorrido por la peligrosa selva del Tapón del Darién y lo publicaría en YouTube para advertir a otros migrantes de los riesgos que podrían enfrentar.

En su serie de seis capítulos, editados completamente en el teléfono durante el camino, iba hacia el norte con una mochila y con un videoselfi llevaba a los espectadores en su paso por ríos, bosques lodosos y una montaña conocida como la Loma de la Muerte.

Al final llegó a Estados Unidos. Pero, para su sorpresa, sus videos empezaron a atraer tantas vistas y a reportarle tanto dinero procedente de YouTube que decidió que ya no necesitaba vivir en Estados Unidos.

Entonces, Monterrosa, un venezolano de 35 años, regresó a Sudamérica con un plan completamente nuevo: volver a recorrer la ruta del Darién. Pero esta vez, como ya sabía cómo ganarse la vida como un migrante perpetuo, iría en busca de contenido y clics.

"Mi público es un público que quiere un sueño", dijo Monterrosa, "la migración vende".

Desde hace décadas, los teléfonos celulares han sido herramientas indispensables para quienes abandonan su patria: les ayudan a investigar la ruta, conseguir a sus amigos y seres queridos, conectar con traficantes e incluso evadir a las autoridades.

Ahora, los celulares y las plataformas de redes sociales como Facebook, YouTube y TikTok están transformando de manera drástica la ecuación una vez más e impulsan la próxima evolución del movimiento internacional de personas.

Hoy, las personas que migran son productoras de un inmenso registro digital del camino hacia Estados Unidos. Documentan la ruta y sus dificultades con tal detalle que, en unos cuantos tramos, la gente puede conseguir el camino sola, sin coyotes.

Y, mientras van transmitiendo sus batallas y victorias a millones de personas en sus países de origen, algunos se convierten en pequeñas celebridades e influentes por derecho propio, al inspirar a otros para que también emprendan el camino.

Sus publicaciones, imágenes, videos y memes no solo están en español. También publican en una amplia variedad de lenguas habladas por migrantes de todo el mundo que, cada vez con mayor frecuencia, terminan llegando a la frontera sur de Estados Unidos.

La ruta de Sudamérica a Estados Unidos se conoce en mandarín como zouxian, o "ruta a pie". En hindi, haryanvi o punjabi, idiomas que se hablan en India, forma parte de dunki, una referencia a donkey, la palabra en inglés para burro, y que remite a una ruta informal. En el criollo haitiano, la selva del Darién se conoce como raje o zanja. Y en pashto y persa, lenguas que se hablan en Afganistán, la migración americana a menudo se conoce como un "juego".

El año pasado, Ankush Malik, un migrante influente de India, documentó su camino desde su país hasta Estados Unidos. En el inicio de su serie de varios capítulos en YouTube, se despide de su abuela con un beso. Su canal ha tenido casi siete millones de visitas de espectadores leales que lo felicitan.

"Esto se ve tan divertido. Yo también quiero hacerlo", dice uno.

"Estoy esperando con ansias la parte 16 de este video", escribe otro, "amor y bendiciones desde Gujarat".

Algunos influentes, como Monterrosa, quien estudió comunicaciones en Venezuela, ganan unos cuantos cientos de dólares al mes de empresas como YouTube, una cantidad que a menudo supera lo que ganaban en su país. Según Monterrosa, en un buen mes ha ganado 1000 dólares con estos ingresos, el cuádruple del salario mínimo de Colombia, el país donde ahora vive.

Pero el contenido puede ser más redituable para las empresas de redes sociales, que ganan dinero de las publicaciones sobre migración del mismo modo que con los videos de gatitos, según los expertos: entre más tiempo pasan los espectadores viendo o desplazándose por el contenido, más publicidad pueden mostrarles.

"Vistas = $$ para Fb", dijo Harriet Kingaby, cofundadora de la Red de Publicidad Consciente, una coalición de anunciantes, proveedores tecnológicos y otros actores.

Las publicaciones en español con la etiqueta #migracion en TikTok han alcanzado casi 2000 millones de vistas, según cifras reportadas por la empresa. Lo mismo ha sucedido con las que se identificaron con el término #darien, y que a veces aparecen entre avisos para H&M y el iPhone15.

En Facebook proliferan los grupos relacionados con temas migratorios --uno tiene más de medio millón de integrantes- generando así un mercado abierto para los coyotes que se hacen llamar "asesores" o "guías".

La empresa dice que ofrecer servicios de contrabando infringe sus políticas y que hace un gran esfuerzo por identificar y retirar ese contenido y que eso incluye también colaborar con las Naciones Unidas. No obstante, The New York Times encontró más de 900 casos en que usuarios de Facebook ofrecían el cruce a Estados Unidos.

"¡Te acompañamos en tus sueños!", decía una publicación reciente en Facebook, en donde un grupo que se hace llamar "agencia de viajes" ofrece varias rutas para atravesar el Darién.

Facebook retiró esta y cientos de otras publicaciones de traficantes que identificó el Times. Un representante de la empresa dijo que "la seguridad de nuestros usuarios" era una prioridad y reconoció que era desafiante estar al día con la cantidad "alucinante" de información del sitio.

"Tenemos todos los incentivos para eliminar contenido inapropiado de la plataforma", dijo Erin McPike, una portavoz, quien añadió que algunas de las publicaciones no infringían las normas de la empresa.

El escenario principal de esta conversación digital es el Tapón del Darién, la peligrosa selva que abarca una parte de Norte y Sudamérica y que ha pasado de ser una jungla densa y poco recorrida para convertirse en un paso migratorio.

El Darién es la única forma de cruzar al hemisferio Norte a pie. Tradicionalmente solo lo recorrían unos miles de personas al año, pero rápidamente se ha convertido en un angustioso rito de paso que solo este año atraviesan más de 500.000 migrantes --de más de 100 países--, según datos de las autoridades de Panamá, donde acaba la selva.

El aumento está siendo impulsado por la inestabilidad política y el desastre económico, pero de Colombia a Estados Unidos, las autoridades indican que los teléfonos celulares y las redes sociales sin duda actúan como aceleradores.

"Yo veía sus historias en Facebook", dijo Irismar Gutiérrez, una venezolana de 22 años a punto de aventurarse al Darién, de todas las publicaciones de amigos y familiares que habían logrado llegar a Estados Unidos.

Más adelante en el trayecto, el camino de la selva estaba lleno de gente tomándose selfis.

Gustavo Rainer Lugo, de 26 años, subía una loma resplandeciente de fango y se describía como un TikToker en ciernes que documentaba su camino hacia Estados Unidos. Motivado por lo que ya había visto del Darién en internet, dijo que quería mostrarles a sus compatriotas venezolanos las realidades del camino "Las partes positivas y negativas", dijo.

Esa noche, luego de llegar al primer campamento de la selva, se apresuró a caminar hasta un río cercano para registrar su reporte.

El Darién, que antes casi no se conocía en el mundo, ha llamado tanto la atención que pronto podría convertirse en un programa de telerrealidad con un equipo de 24 aventureros que planean una expedición en Jeep por la selva. Los productores dicen que esperan atraer "hasta 40 millones vistas al mes solo en TikTok".

Para alarma del gobierno de Biden, la cantidad de personas de Venezuela que cruzan el Darién se disparó el año pasado, al tiempo que por TikTok, Instagram y Facebook se propagaban fotografías y videos que mostraban a muchos venezolanos que lograron llegar a Estados Unidos.

Desde entonces, el universo del Darién solo ha explotado en las redes sociales. En TikTok, un videomontaje alegre y casi conmovedor del Darién que muestra a personas saludando y saltando en un río color esmeralda casi tiene 13 millones de vistas. Un usuario de Facebook con casi 500.000 seguidores llamado El Chamo, publicó videos del Darién y luego una actualización titulada "Mi primer trabajo en EEUU".

Muchos creadores de contenido sobre migración dicen que fungen como periodistas ciudadanos y ayudan a instruir a otras personas para que comprendan las exigencias del camino y tomen decisiones informadas sobre si hay que asumir el riesgo.

Monterrosa, el youtuber, dijo que su familia había huido a Venezuela en la década de 1980 para escapar de la violencia en Colombia. En 2017, él regresó a Colombia para escapar de la inestabilidad en Venezuela. Dijo que había tratado de ganarse la vida en Colombia antes de encaminarse al norte y que en algún momento se dedicó a vender chocolates y encendedores en el transporte público y durmió en el suelo de un apartamento compartido.

Él y su familia han huido de la violencia y la pobreza con tanta frecuencia que la migración forma parte de su identidad. "Es algo que llevo conmigo", comentó.

En su miniserie de la travesía a Estados Unidos pasa frente al cuerpo de un hombre que parece al borde de la muerte y sopesa la duda terrible, que casi todos los migrantes enfrentan en el camino, de si detenerse a prestar ayuda a una persona que ya no puede avanzar.

"¿Es inhumano no ayudar?", preguntó.

Algunas personas le han dicho que los inspiró a irse al norte, entre ellos, Miguel Alejandro Rojas, de 27 años, quien usó el trabajo de Monterrosa como una guía para su popular miniserie sobre el Darién.

Pero Monterrosa no considera que está incentivando la migración a gran escala.

Afirma que hay factores mucho más importantes a los que se puede responsabilizar de eso, como las crisis en los países natales de quienes migran, la demanda de mano de obra barata en Estados Unidos, políticas antimigratorias que obligan a las personas a optar por alternativas ilegales y las plataformas de redes sociales que se benefician de la avalancha de contenido nuevo.

Las personas que narran y comparten sus trayectos migratorios "somos unos sobrevivientes más de esto" en un mundo que a menudo les ofrece pocas opciones, añadió.

Buena parte del contenido sobre el Darién y el resto del camino es aspiracional, y presenta a personas comunes que superan grandes adversidades, algunas veces con música religiosa como fondo. Un video de TikTok en el que se ve a una persona con discapacidad que avanza por la selva cargado por un hombre tiene más de 10.000 comentarios.

Incluso surgió un subgénero de parodias sobre el Darién, una variante establecida en una larga tradición de usar el humor para enfrentar la tragedia. Un video en el que aparece un falso Hugo Chávez, el arquitecto de la revolución socialista venezolana, que migra a través del Darién ha sido compartido más de 23.000 veces

En el video, el falso Chávez maldice a su sucesor, el presidente Nicolás Maduro, quien se ha mantenido en el poder durante la última década. El corto lleva, entre otras, las etiquetas #hambre, #corrupción y #miedo.

Facebook y TikTok también están repletos de rostros de personas que han desaparecido o fallecido en el Darién, a menudo acompañados de peticiones desesperadas de familiares que preguntan por cualquier información sobre sus seres queridos.

"Ya tienen 34 días que no se sabe de ellos", dice una publicación en Facebook en la que aparecen las fotografías de dos jóvenes de Ecuador.

Otra publicación, con la imagen de una bebé desaparecida, pide el nombre de la niña e información sobre sus familiares porque su madre "se ahogó en un pantano".

Sasha Arteaga, de 33 años, una inmigrante venezolana en Colombia, construyó una base de seguidores en TikTok al publicar estos casos, y recorriendo internet durante horas en busca de señales de personas desaparecidas en videos de otros migrantes. Con este método, ha llegado a localizar a personas en la selva, y después le pide a la policía panameña que los rescate.

Su canal, que inició en agosto, ha ganado popularidad, aunque ella asegura que no gana dinero de él. "Apenas lo abrí, ya tenía 10.000 seguidores", dijo.

Otra serie de videos de TikTok aborda los profundos estragos del trayecto. Mirando a la cámara, Yorthin Alexander Valera y Jessica Hernández suplican por ayuda para encontrar a su hijo Ignacio, de 6 años, a quien perdieron en la selva. Temen que se haya ahogado o que haya sido secuestrado.

En un afligido video posterior, Valera le pide a Dios que lo perdone.

En la publicación, Valera dice que solo quería darle lo mejor a sus hijos, y añade: "¿Por qué, Dios?".

Y, sin embargo, el número de personas que hacen ese trayecto sigue creciendo.

YouTube aseguró en un comunicado que no permite videos que promuevan el tráfico de personas. La compañía también eliminó contenido después de que el Times los identificó.

Un representante de TikTok señaló que la compañía tenía la misma política, y que utiliza moderación automatizada y humana para identificar publicaciones que violen sus términos.

La manera en la que TikTok, que asegura que su misión es "inspirar creatividad y generar alegría", ha gestionado las imágenes de las personas que migran por terrenos peligrosos ha sido con la adición de etiquetas.

En una de esas publicaciones se ve a un niño pequeño temeroso que se agarra de manera precaria a la espalda de un hombre que atraviesa un río de aguas rápidas que le llega al cuello. El niño, empapado, llora cuando el agua se derrama sobre ellos mientras el hombre agarra con fuerza una cuerda para llegar al otro lado.

"Las acciones en este video son realizadas por profesionales o supervisadas por profesionales", se lee en la etiqueta, como si el niño o los migrantes fueran dobles profesionales. "No intentar".

Con solo unos pocos clics, los migrantes pueden pasar con facilidad de videos de TikTok a grupos vinculados con el cruce por el Darién a conversaciones por WhatsApp con traficantes, de tal manera que un trayecto hacia Estados Unidos puede ser concebido, planeado y acordado en cuestión de horas.

Esto ha representado un desafío enorme para el gobierno de Biden, que intenta contrarrestar ese flujo con sus propios mensajes en X, Instagram y Facebook. Enfatiza las consecuencias de las personas que llegan a la frontera --entre ellas, la deportación-- y ofrece una alternativa: les recuerda las vías migratorias legales.

Blas Nuñez-Neto, secretario adjunto de política fronteriza y migratoria en el Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU., dijo que "es una constante batalla diaria" intentar obstaculizar los mensajes de los traficantes de personas en internet.

"No hay duda de que el gobierno de Estados Unidos a veces no avanza con tanta rapidez como algunos de los malos actores que hemos visto que operan en línea".

Monterrosa planea irse pronto al Darién. Con el fin de ahorrar para el recorrido está produciendo nuevos videos para su canal. A veces entrevista a venezolanos que viven en Colombia sobre sus vidas. En una entrega reciente muestra a un podólogo australiano que decidió hacer el recorrido de la selva vestido de Hombre Araña y ayudar a los migrantes con sus lesiones en los pies, una travesía que grabó a lo largo del camino.

Arteaga, la venezolana que transmite las historias más trágicas de la selva, ahora tiene un nuevo proyecto: preparar su propio viaje a Estados Unidos a través del Darién.

Cuando recién llegó a Colombia ganaba dinero bailando en semáforos y luego abrió su propio estudio de danza. Pero cuando le aumentaron el alquiler tuvo que cerrarlo. Hoy vive en una casa con otras 12 personas y duerme en una habitación que comparte con seis de ellas.

"A veces uno se esfuerza tanto, tanto, tanto en salir adelante", dijo, "trabaja mucho y al final no es lo que uno espera". Tiene ya la mochila y las botas y deja a dos niños, de 13 y casi 2 años de edad.

"Muchas personas saben el peligro", dijo. "Lo hacen porque es la necesidad".

También va a grabar su viaje, dijo, con la esperanza de ayudar a las personas que resultan heridas o quedan varadas en el camino.

Federico Rios colaboró con este reportaje desde Medellín, Colombia; Simón Posada desde Bogotá, Colombia; Isayen Herrera desde Caracas, Venezuela; Harold Isaac desde Puerto Príncipe, Haití; Sabah Gurmat desde Nueva Delhi, India; Claire Fu desde Seúl, y Ruhullah Khapalwak desde Vancouver.

Julie Turkewitz es jefa del buró de los Andes, que cubre Colombia, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Perú, Surinam y Guyana. Antes de mudarse a América del Sur, fue corresponsal de temas nacionales y cubrió el oeste de Estados Unidos. @julieturkewitz

Muchas de las publicaciones en redes sociales muestran el tramo inicial del Tapón del Darién, donde el paso es más sencillo. (Federico Rios/The New York Times)

Una pareja de Venezuela, Beryomar Pérez, a la izquierda, y Alexandra Albarrán, con sus dos hijos en el Tapón del Darién, el año pasado. (Federico Rios/The New York Times)

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