Muere a los 90 años Juanita Castro, quien rechazó el régimen comunista de su hermano Fidel

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Juanita Castro, una hermana del dictador cubano Fidel Castro que rompió relaciones con él por su brutal represión de la disidencia a principios de los años sesenta (incluso colaboró con la CIA antes de huir de la isla en 1964 y nunca volvió a hablar con su hermano), murió el lunes en Miami. Tenía 90 años.

María Antonieta Collins, una periodista que ayudó a Juanita Castro a escribir sus memorias, publicadas en 2009, que revelaron por primera vez sus actividades clandestinas, confirmó la muerte en Instagram.

Castro escribió que la CIA, a la que ella tenía instrucciones de llamar "la compañía" para ocultar las sospechas, se comunicaba con ella en La Habana por radio de onda corta tocando el vals "Fascinación" todos los días a las siete de la noche seguido de un mensaje codificado. Si ese día no había mensaje, sus contactos de espionaje emitían la obertura de "Madama Butterfly".

Juanita, seis años más joven que Fidel y dos menos que su hermano Raúl, quien finalmente sucedió en el poder al enfermo Fidel, apoyó en un principio el levantamiento que derrocó al dictador cubano Fulgencio Batista en 1959. Juanita Castro recaudó fondos para la insurgencia en Estados Unidos y, tras la victoria, ayudó a construir hospitales y escuelas.

Pero se desilusionó con la decisión de Fidel de gobernar Cuba como un Estado comunista de partido único. "Traicionó la Revolución cubana, que era democrática y cubana como las palmeras, como él mismo decía", declaró Juanita Castro en una entrevista con Reuters en 2009, cuando se publicaron sus memorias, "Fidel y Raúl, mis hermanos: la historia secreta".

En ese libro, escribió que el trabajo que hizo para la CIA entre 1961 y 1964 mientras operaba bajo el nombre clave de "Donna" consistía en ayudar a disidentes anticastristas y agentes de la CIA a no ser descubiertos y capturados, por ejemplo, buscando casas seguras. Dijo que ayudó a muchas personas a escapar de la isla.

"La traición no fue mía. Fue de Fidel", afirmó.

Según Juanita Castro, ella le dijo a su reclutador original de la CIA que colaboraría con una condición: que no se le pidiera que ayudara en ningún complot violento contra sus hermanos. Esto fue poco después de la desastrosa invasión por parte de los exiliados cubanos a la bahía de Cochinos, la cual había organizado la CIA. La agencia se afanaba en urdir complots para asesinar a Fidel Castro, a veces con ayuda de la mafia.

Juanita Castro ya ayudaba en privado a los disidentes, escribió, cuando la esposa del embajador brasileño en La Habana, Virginia Leitão da Cunha, le propuso trabajar con la CIA. "No tengas miedo, Juanita, esa gente es de primera", recordó Castro que le dijo la esposa del embajador.

En junio de 1961, se organizó una reunión en Ciudad de México entre Castro y un agente de la CIA al que ella identificó como Tony Sforza, quien estaba residenciado en Cuba bajo la identidad de un jugador profesional llamado Frank Stevens. "Hablaba español a la perfección", escribió.

En su conversación inicial, Castro lamentó el rumbo que había tomado Cuba bajo el mandato de su hermano. Su primera misión fue transportar a La Habana dinero, mensajes y documentos empaquetados en latas de comida. Ella afirmó que se negaba a aceptar dinero para sí misma.

En Cuba, recogía mensajes codificados que dejaban los agentes clandestinos enterrados en la base de las señales de tráfico. En una ocasión, mientras recogía un mensaje con dos universitarias, amigas de la familia que había reclutado como colaboradoras, su auto se averió. Mientras estaban paradas en la carretera, se cruzaron por casualidad con Fidel Castro y su comitiva. Las llevó a la ciudad y remolcó el auto. "Llegamos a nuestro destino, nos despedimos de Fidel y le dimos las gracias por el servicio", escribió.

Los hermanos mayores de Castro sabían que ella se relacionaba con cubanos anticomunistas, pero no que lo hiciera con la CIA. Fidel Castro le advirtió que se alejara de los "gusanos", como llamaba a los disidentes. Las actividades de Juanita incluían enviar medicinas y alimentos a los presos políticos e intentar salvar a los condenados del pelotón de fusilamiento, según declaró más tarde.

Mientras su madre, Lina Ruz González, siguiera viva, Juanita Castro creía que Fidel no le haría daño. Pero después de que su madre falleció de un ataque al corazón en 1963, escribió Juanita Castro, "todo se estaba complicando peligrosamente".

Se exilió al año siguiente, primero a México.

"No puedo seguir indiferente ante lo que ocurre en mi país", dijo en una declaración a los medios de comunicación a su llegada a México. "Mis hermanos Fidel y Raúl lo han convertido en una enorme prisión rodeada de agua. El pueblo está clavado en una cruz de tormento impuesta por el comunismo internacional".

Al año siguiente, se trasladó al sur de Florida, donde abrió una farmacia en la Pequeña Habana en 1973 y vivió con tranquilidad durante décadas. Juanita Castro contó una vez que nunca fue del todo aceptada por los activistas anticastristas de Miami porque desconfiaban de su apellido. En 2006, vendió la farmacia a la cadena CVS y se jubiló.

Juana de la Caridad Castro Ruz nació el 6 de mayo de 1933 en Birán, un pueblo del este de Cuba. Su padre, Ángel Castro y Argiz, era agricultor y empresario. Su madre trabajaba como empleada doméstica. La pareja tuvo siete hijos: Angelita, Ramón, Fidel, Raúl, Juanita, Enma y Agustina.

Entre los supervivientes de Juanita Castro se encuentran su hermano Raúl y su hermana Enma.

Cuando Fidel Castro enfermó en 2006 antes de entregar el poder a Raúl y de nuevo cuando murió en 2016, miles de exiliados cubanos y sus descendientes celebraron espontáneamente en las calles de Miami. Pero Juanita Castro estaba descorazonada. Aunque no había hablado con su hermano en más de cinco décadas, sintió el pesar de los lazos familiares y dijo que era una falta de respeto alegrarse por la enfermedad o la muerte de alguien.

"No es necesario hacer lo que el pueblo cubano ha hecho aquí en las calles de Miami", comentó en una entrevista con The New York Times en 2016. "Eso no es cristiano. No es humano".

Juanita Castro marcha con opositores al régimen de su hermano Fidel en Manhattan, el 12 de octubre de 1979. (Sara Krulwich/The New York Times)

Juanita Castro en su casa de Miami, el 28 de noviembre de 2016. (Scott McIntyre/The New York Times)

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