Expulsaron de EEUU a un ex oficial del Ejército chileno acusado del homicidio de Víctor Jara

Pedro Barrientos, de 74 años, fue acusado de secuestro, tortura y ejecución del popular cantante días después del golpe militar de 1973

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Pedro Barrientos, deportado a Chile (via Reuters)
Pedro Barrientos, deportado a Chile (via Reuters)

Un ex oficial del ejército chileno ha sido deportado de Florida a Chile para enfrentarse a cargos por el secuestro y homicidio de un popular cantante y de un director de Gendarmería, días después del golpe militar de 1973 que depuso al presidente Salvador Allende.

El oficial del ejército, Pedro Barrientos, de 74 años, quien fue expulsado el viernes, fue informado formalmente de los cargos en los homicidios del cantante Víctor Jara, y del exdirector de Gendarmería, Littré Quiroga, y detenido temporalmente en una base del ejército mientras concluye la investigación en su contra.

El regreso de Barrientos a Chile es el último capítulo de uno de los crímenes más funestamente conocidos de la dictadura chilena, en un momento en el que el país está terminando un año emocionalmente cargado de conmemoraciones por el 50 aniversario del golpe que llevó al poder al general Augusto Pinochet en 1973. La expulsión de Estados Unidos se produce días después de la muerte de Henry Kissinger, exsecretario de Estado estadounidense que, según demuestran documentos desclasificados, fue el principal artífice de los planes encubiertos de Estados Unidos para desestabilizar al gobierno de Allende.

También se produce tras décadas de una incesante búsqueda de justicia por parte de la viuda de Jara, Joan Jara, bailarina de origen británico que presentó una demanda penal en Chile y llevó a Barrientos ante un tribunal civil de Florida. Joan Jara murió el mes pasado a los 96 años.

Barrientos es el último de los ocho oficiales chilenos acusados de las ejecuciones. Cuatro fueron condenados y empezaron a cumplir sus penas en agosto; otros dos, Nelson Haase y Juan Jara, siguen prófugos; mientras que un séptimo agente, Hernán Chacón, de 86 años, se quitó la vida cuando los detectives llegaron a su casa de Santiago para llevarlo a prisión. Un juez determinará si Barrientos es culpable de los cargos. Los casos de derechos humanos en Chile bajo el antiguo aparato judicial no implican un sistema de juicios. Una vez condenado, Barrientos puede apelar.

El ex oficial chileno Pedro Barrientos (EFE)
El ex oficial chileno Pedro Barrientos (EFE)

Jara fue un apacible y consumado director de teatro, compositor y cantante que alcanzó la fama en la década de 1960 y emergió como un icono cultural durante el gobierno de Allende en la década de 1970. Sus canciones pasaron a formar parte del repertorio musical de la oposición política durante la dictadura, y siguen siendo populares hoy en día.

Su hija, Amanda Jara, que tenía 8 años cuando mataron a su padre, lo recuerda como “un papá cálido y muy entretenido”. Pero siente que la justicia sigue siendo esquiva.

“Ha pasado tanto tiempo que no se siente como justicia”, dijo en una entrevista. “Pero creo que para el país, para nuestra historia colectiva, sí es importante”.

Jara y Quiroga, partidarios del gobierno de izquierda de Allende, fueron detenidos por los militares el día del golpe, el 11 de septiembre de 1973, y llevados al Estadio Chile de la capital —desde entonces rebautizado como Estadio Víctor Jara—, donde fueron recluidos con otros miles de prisioneros. Un tribunal determinó que fueron seleccionados por oficiales militares y que fueron interrogados y torturados durante varios días. El 15 de septiembre de 1973, ambos fueron fusilados por un grupo de oficiales; se cree que Barrientos fue uno de ellos.

“Su muerte fue a pausas”, afirmó Nelson Caucoto, abogado de las familias Jara y Quiroga. “No hubo ni un día ni una hora cuando no fueron maltratados, golpeados o torturados por el grupo de oficiales. En la investigación judicial un conscripto declaró que estaban condenados a morir, que no iban a salir vivos del estadio”.

Jara tenía dos heridas de bala en la nuca y más de 40 heridas por todo el cuerpo. Quiroga recibió 22 disparos. Sus cuerpos fueron arrojados a las afueras de un cementerio de la capital junto con los de otras tres víctimas, y finalmente fueron identificados por sus familias en la morgue.

Pedro Barrientos, asesino de Víctor Jara
Pedro Barrientos, asesino de Víctor Jara

“Ese día perdí muchas cosas”, declaró Joan Jara en una entrevista con The New York Times en 2016. “Perdí mi trabajo y mi profesión. Mis hijos dejaron su escuela, sus amigos, su casa y su país. Nunca pude volver a casarme. Había estado muy enamorada de Víctor”.

Barrientos se fue de Chile hacia Estados Unidos al final de la dictadura de Pinochet en 1990. Trabajó como paisajista y luego como cocinero en Deltona, Florida, y obtuvo la ciudadanía estadounidense.

La revelación de su tranquila vida suburbana en Florida comenzó en 2012, cuando unos periodistas chilenos lo encontraron en su casa, y el juez que investigaba los asesinatos lo acusó en ausencia y solicitó su extradición.

Al año siguiente, la familia Jara —respaldada por el Center for Justice and Accountability, con sede en San Francisco, y el despacho de abogados neoyorquino Chadbourne & Parke— presentó en Orlando una demanda civil contra Barrientos al amparo de la Ley de Protección de Víctimas de Tortura, que permite llevar a juicio a los violadores de derechos humanos que viven en Estados Unidos.

En 2016, un jurado federal estadounidense estableció que Barrientos era responsable de la tortura y ejecución extrajudicial de Jara y le concedió a la familia 28 millones de dólares.

Durante el juicio, un soldado aseguró en una declaración grabada en video que Barrientos se había jactado de haberle disparado a Jara en la cabeza, y le gustaba mostrar el arma que presuntamente había utilizado.

Aunque la justicia chilena había solicitado su extradición desde 2012, Barrientos fue detenido hace solo dos meses por agentes del Departamento de Seguridad Nacional, luego de que un tribunal de Florida determinara que Barrientos había ocultado hechos materiales relacionados con su servicio militar en su solicitud migratoria.

El tribunal le revocó la nacionalidad el pasado julio, basándose en una denuncia presentada por la Oficina de Litigios de Inmigración del Departamento de Justicia.

© The New York Times 2023

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