Cómo desapareció y luego resurgió un prodigio del fútbol norcoreano

Este mes, cuando la selección varonil de fútbol de Corea del Norte saltó al campo para disputar dos partidos clasificatorios para la Copa del Mundo de 2026, los observadores cercanos se percataron de un importante cambio en la plantilla.

Han Kwang Song, un delantero de alto perfil, estaba de regreso, más de tres años después de desaparecer de la vista pública por razones que iban más allá de su control: las sanciones impuestas por Naciones Unidas a ciudadanos norcoreanos a causa del programa nuclear de Pyongyang.

La historia de Han es un caso poco común en el que las sanciones contra Corea del Norte han resonado en el fútbol profesional. También muestra cómo la ejecución de las sanciones de la ONU contra individuos varía según el país.

El gobierno de Italia no deportó a Han, quien ahora tiene 25 años, mientras jugaba fútbol profesional allí. Sin embargo, cuando se mudó a Catar, el gobierno catarí sí lo hizo.

“La historia básica tiene sentido; lo sorprendente es que Catar cumplió las resoluciones de la ONU”, afirmó Marcus Noland, experto en sanciones contra Corea del Norte y vicepresidente ejecutivo del Instituto Peterson de Economía Internacional en Washington.

El éxito temprano de Han fue, en parte, el producto de una iniciativa de Corea del Norte para cultivar el talento futbolístico. Después de asistir a una prestigiosa escuela de fútbol que fundó el líder del país, Kim Jong Un, Han entrenó en España antes de convertirse en profesional en Italia.

No tardó en causar una buena impresión en Europa como un delantero veloz con olfato goleador. En su país, la agencia de noticias oficial de Corea del Norte lo elogió tras un partido clasificatorio para la Copa Asiática de 2019 y lo llamó “el jugador al que más atención prestaron expertos y entusiastas.”

“En Corea del Norte, es un superhéroe”, afirmó Kim Heung-Tae, un profesor de Ciencias del Deporte en la Universidad de Daejin en Corea del Sur, quien sigue el programa de fútbol norcoreano.

No obstante, en 2017, como castigo por la sexta prueba de armas nucleares de Corea del Norte, el Consejo de Seguridad de la ONU ordenó repatriar a todos los ciudadanos norcoreanos que trabajaran en el extranjero antes de diciembre de 2019, una estrategia para evitar el financiamiento del Ejército de Corea del Norte.

Han, uno de los varios norcoreanos que jugaban en ligas de fútbol profesionales en el extranjero en aquel momento, estaba entre los objetivos.

Sin embargo, las autoridades italianas no repatriaron a Han antes de la fecha límite de 2019, según los informes del Consejo de Seguridad de la ONU. En cambio, a principios de 2020, la Juventus, el club italiano donde ganaba más de 500.000 euros al año, llegó a un acuerdo para enviarlo al Al-Duhail, un equipo de fútbol de Catar, con un contrato de cinco años con valor de unos 4,3 millones de euros (unos 4,7 millones de dólares).

Aunque un grupo de expertos del Consejo de Seguridad sobre Corea del Norte se puso en contacto de inmediato con Italia y Catar después de ese traspaso, este no se canceló y la Juventus aceptó una cuota de transferencia del club catarí, según la ONU. El grupo señaló en un informe que luego “le reiteró a Catar las resoluciones relevantes relativas al caso”.

Ese verano, Han dejó de aparecer con el Al-Duhail. En enero de 2021, la misión de Catar ante las Naciones Unidas afirmó en una carta al grupo de expertos de la ONU que Han había abandonado Catar después de que el club “rescindió” su contrato y que las acciones de Catar reflejaban sus compromisos con las resoluciones del Consejo de Seguridad sobre los ciudadanos norcoreanos que generan ingresos en el extranjero.

En aquel momento, la pandemia de la COVID-19 estaba arrasando y las fronteras de Corea del Norte estaban cerradas. Catar declaró en su carta, cuya copia se incluyó en un informe de la ONU, que Han había salido del país en el vuelo 131 de Catar Airways, un vuelo sin escalas a Roma.

Los detalles sobre los movimientos de Han desde que abandonó Catar, incluidos los tiempos y las circunstancias de su regreso a Corea del Norte, siguen siendo limitados. Según Transfermarkt, un sitio web que realiza un seguimiento de los futbolistas y sus contratos, Han no ha jugado en un club profesional desde julio de 2021.

Tampoco está claro si alguna de las ganancias de Han llegó a manos del gobierno norcoreano.

Han firmó un acuerdo en 2020 con un banco catarí, donde tenía una cuenta en ese momento, en el que se comprometía a no transferir dinero a su país de origen, según un informe de la ONU.

No obstante, según Kim, lo más probable es que los agentes norcoreanos hayan acompañado a Han a todas partes y restringieran la manera en que gastaba sus ingresos.

Ni la FIFA, el órgano rector del fútbol; los ministerios del Exterior de Italia o Catar; la asociación de fútbol de Corea del Norte ni la Confederación Asiática de Fútbol respondieron de inmediato a las solicitudes para ofrecer comentarios. Tampoco lo hicieron el Al-Duhail, la Juventus ni el Cagliari, otro equipo en el que Han jugó en Italia.

CNN y el sitio web NK News, entre otros medios, ya informaron del regreso de Han a competir este mes.

Kim mencionó que era probable que la pandemia hubiera limitado muchos eventos atléticos en Corea del Norte, donde un prolongado cierre de fronteras paralizó la economía de la nación. No obstante, el fútbol es el deporte más popular del país y Kim señaló que era probable que se hubieran celebrado competencias nacionales con regularidad en los últimos meses.

En cuanto a Han, Kim comentó que “es probable que haya entrenado todo este tiempo”.

(c) The New York Times