Comidistas con gran apetito y mucho dinero: las estrellas de la NBA saben adónde ir

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Si elijes una ciudad, cualquier ciudad, del circuito de 30 equipos de la NBA, Kelly Olynyk, alero del Jazz de Utah, conoce a fondo la escena gastronómica local.

Si buscas sushi de primer nivel en Boston, donde pasó sus primeras cuatro temporadas en la NBA, Olynyk recomienda Fuji en Ink Block en el South End. En Charlotte, Carolina del Norte, lo más probable es que sugiera las alitas ahumadas de Rooster's Wood-Fire Kitchen. Ya sea que tengas ganas de la mejor comida italiana en San Francisco o busques delicias en Indianápolis, Olynyk conoce un lugar. Es una versión humana de Yelp que mide 2,10 metros.

"Cada ciudad tiene lugares que amas y en los que sabes que puedes contar", dijo Olynyk, de 32 años, después de comer en miles de restaurantes durante los 10 años que jugó como profesional en cinco equipos de la NBA. "Pero parte de su interés en diferentes culturas, cocinas y restaurantes es probar nuevos lugares".

En una liga que consta de 28 ciudades, casi 450 jugadores y 1230 partidos de temporada regular cada año, los viajes de negocios de la NBA son frecuentes y de primera clase. Los equipos viajan en vuelos privados y se alojan en cadenas de hoteles de cinco estrellas como el Four Seasons y el Ritz-Carlton. Pero también comen, y mucho, y al abrazar la cultura y las instituciones locales con todo su poder adquisitivo, se han convertido en autoridades de restauración muy creíbles.

Los jugadores de la NBA son seres humanos más grandes de lo normal (su altura promedio es de casi dos metros) con salarios igual de altos (su salario promedio anual es de 8,32 millones de dólares), una combinación que da como resultado apetitos voraces y, a menudo, reservaciones en los restaurantes más famosos del país. Cada jugador también recibe, por día, 133 dólares para comprar alimentos durante el viaje.

"A veces, si estamos una sola noche en la ciudad, voy a dos cenas", admitió Olynyk.

La temporada 2023-2024 de la NBA comenzó el 24 de octubre y, en una temporada típica, cada equipo juega 41 partidos como visitante, en los que va a cada sector contrario (que incluye 27 ciudades de Estados Unidos y Toronto) al menos una vez. Hay juegos adicionales de pretemporada y eliminatorias a considerar. Los Golden State Warriors, por ejemplo, viajaron a Los Ángeles, hogar de los Lakers y los Clippers, siete veces la temporada pasada. Eso significa muchas comidas y tiempo para establecer vínculos.

"Viajamos tanto por todo el país que salir a restaurantes siempre ha sido la mejor manera de juntar a todos", dijo Karl-Anthony Towns, centro de los Timberwolves de Minnesota, que ha participado en el Juego de Estrellas de la NBA en tres ocasiones.

Independientemente de con qué compañeros de equipo o entrenadores elijan cenar, los jugadores prestan atención a la comida, al servicio y al entorno: las recomendaciones de boca en boca entre ellos son una parte importante de la cultura de los restaurantes de la NBA.

"Somos una hermandad, así que sin duda recibirás críticas honestas de tus 449 hermanos", comentó Towns, de 27 años.

Rudy Gobert, jugador de los Timberwolves, seguido le da consejos a Towns sobre restaurantes menos conocidos con poca fanfarria en Yelp, Tripadvisor u otros sitios web de recomendación. A Olynyk le gusta mostrarles a sus compañeros de equipo más jóvenes los mejores restaurantes en diferentes ciudades (y pagar la cuenta), tal como lo hizo con él su excompañero de equipo Rajon Rondo, que invitó a Olynyk a Strega Italiano en Boston cuando Olynyk era un novato de los Celtics.

"Es algo así como un rito de iniciación", narró Olynyk, originario de Toronto.

Kevin Love, un alero veterano del Heat de Miami, creció en Portland, Oregón, una ciudad conocida por su escena gastronómica creativa. A medida que avanzó su carrera en el baloncesto, que incluyó cinco participaciones en el Juego de Estrellas y un anillo de campeonato con los Cavaliers de Cleveland, su conocimiento gastronómico mejoró y su red de compañeros amantes de la comida se expandió.

"Mi amor por la comida, además del vino, me ha llevado a varios círculos en los que restauranteros, chefs y personas que tienen intereses similares se han convertido en muy buenos amigos", comentó Love, de 35 años, que es socio (junto con su excompañero de equipo Channing Frye) de Chosen Family Wines, una marca de vino con sede en Willamette Valley, Oregón. "Es un mundo divertido para estar".

Love ha aprovechado sus conexiones en la industria de los restaurantes para organizar cenas para el equipo, algo crucial para desarrollar la camaradería en el grupo. Antes de que el Heat visite la ciudad de Nueva York, Love llamará a los restaurantes de la zona y diseñará experiencias gastronómicas únicas para sus compañeros de equipo.

"Voy a llevar a estos muchachos y les mostraré excelente comida y quizá les presente una cocina diferente", dijo Love.

Love todavía considera a Portland uno de sus destinos gastronómicos favoritos y destaca a Kann y RingSide Steakhouse (Love recomienda encarecidamente los aros de cebolla) como los predilectos de su ciudad natal. En la ciudad de Nueva York, donde vivió fuera de temporada antes de mudarse hace poco a Long Island, Love tiene entre sus favoritos a Carbone, Sadelle's, Hometown Bar-B-Que, Fini Pizza y Misi (Sean Feeney, el dueño del restaurante, es un buen amigo de él), y Eleven Madison Park (Daniel Humm, el chef y propietario, también es un amigo).

"Es una de las cocinas más increíblemente hermosas que he visto en mi vida", afirmó Love sobre Eleven Madison Park.

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