(The Upshot)
En la actualidad, un mayor porcentaje de mujeres estadounidenses tiene un trabajo remunerado que en cualquier otro momento de la historia. De acuerdo con un análisis reciente, este aumento ha sido encabezado por un grupo insólito: las madres de niños menores de 5 años.
Pese a que las madres pertenecientes a este grupo siempre han trabajado menos que las demás mujeres, sus avances desde la pandemia han tenido gran importancia. El presente análisis, del Proyecto Hamilton en la Institución Brookings y que está basado en los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales, identifica una razón primordial: la posibilidad recién descubierta de algunas madres, sobre todo las casadas que cuentan con algún título universitario, de trabajar a distancia.
"Lo que ocurre con las mujeres casadas y con alta escolaridad que tienen hijos pequeños es algo inaudito", señaló Lauren Bauer, investigadora de Brookings y autora, junto con Sara Yu Wang, de este análisis. "Son mujeres que se perciben como trabajadoras. Iban en la senda ascendente antes de la pandemia, se recuperaron y siguieron adelante".
Hace dos años, cuando sus hijos tenían 6 meses y 11 años, Julia Keintz aceptó un empleo para dirigir los análisis en Zillow. Según ella, una de las razones por las que quería el empleo era que, desde la pandemia, Zillow les ha permitido a sus empleados vivir donde quieran y trabajar en horarios flexibles.
Keintsz vive en las afueras de San Francisco, donde Zillow tiene una oficina, pero casi nunca asiste a ella. Cuando su hijo más pequeño era bebé, logró evitar estar llevando suministros de extracción de leche materna al trabajo. Como no tiene que trasladarse, ahorra 90 minutos al día y puede darle a su hijo mayor un refrigerio después de la escuela y, luego, llevarlo a hacer deportes y a los preparativos para su bar mitzvá.
Keintsz comentó que, en sus empleos anteriores, sentía que tenía que resolver cómo compaginar su trabajo y la maternidad por sí misma y que tal vez habría tenido que renunciar si no lograba hacerlo. "Siempre se sentía como un secreto, como si yo fuera una excepción", señaló Keintz. "Zillow es la primera empresa en la que he trabajado donde se habla de la flexibilidad".
El porcentaje de mujeres trabajadoras en Estados Unidos aumentó rápidamente con el movimiento feminista a partir de la década de 1970. Para quienes tenían de 25 a 54 años, superó el 77 por ciento en la década de 1990, cuando los cambios en la asistencia social y el crédito fiscal sobre la renta hicieron que más mujeres trabajaran. Pero, luego, se estancó, aunque siguió aumentando en países homólogos. Los economistas han atribuido esto a la falta de políticas favorables para la familia en Estados Unidos, como permisos con goce de sueldo y guarderías subsidiadas. Además, los empleadores esperan cada vez más una disponibilidad continua de los empleados, lo cual implica un reto cuando hay niños en casa.
La participación en la fuerza de trabajo de todos los adultos en edad de laboral, entre ellos las madres, aumentó a fines de 2019, justo antes de la pandemia, cuando una combinación de un desempleo muy bajo y algunas políticas estatales y locales facilitaron la vía para encontrar empleo.
En la actualidad, el 77,7 por ciento de las mujeres entre 25 y 54 años están empleadas, un nuevo nivel máximo y es una prueba de que los cierres de las escuelas y las guarderías por la pandemia no lograron borrar décadas de logros con respecto al empleo de las mujeres. Ahora, tenemos un mayor porcentaje de mujeres trabajadoras con hijos en edad preescolar y escolar que poco antes de la pandemia.
Hay varios factores que han contribuido a que más mujeres ingresen a la fuerza laboral en los últimos meses. Hubo ampliaciones temporales a nivel federal de permisos con goce de sueldo y subsidios a las guarderías durante la pandemia, y algunos estados y ciudades han hecho permanentes algunas prestaciones parecidas. Tal vez hayan contribuido un mercado laboral ajustado al hacer más atractivos los empleos, al igual que la inflación, al hacer que fuera más necesario un mayor ingreso. Además, los cambios culturales que comenzaron antes de la pandemia han continuado: las mujeres están alcanzando una mayor escolaridad, tienen hijos más tarde en su vida y están invirtiendo más tiempo e identidad en una carrera profesional.
Sin embargo, según los investigadores, un cambio que ha tenido mucha influencia para los padres ha sido el trabajo a distancia para las personas que realizan trabajo de oficina y más flexibilidad con respecto a cuándo y dónde se lleva a cabo el trabajo. Estos cambios impulsados por la pandemia también están beneficiando a otros grupos como a las personas con discapacidad, quienes también están trabajando como nunca antes.
Este análisis no incluyó a los padres, pero otros datos sugieren que quienes pueden trabajar desde casa también pasan más tiempo que antes de la pandemia en tareas relacionadas con la paternidad y valoran la flexibilidad más de lo que solían hacerlo.
"Aquí entra en acción 'la nueva normalidad en el trabajo'", señaló Claudia Goldin, una economista de Harvard que ganó el Premio Nobel este mes por su investigación acerca del empleo en el caso de las mujeres. Goldin ha descubierto que algunas mujeres que habrían dejado de trabajar cuando sus hijos eran pequeños no lo hicieron: "Es el gran aspecto positivo de la pandemia".
El análisis del Proyecto Hamilton muestra que las mamás de bebés y niños que comienzan a caminar, un grupo de edad que requiere mucha atención directa, son las más beneficiadas del trabajo a distancia. De las madres de niños menores de 5 años con estudios universitarios, el 80,3 por ciento están trabajando, a diferencia del 77,4 por ciento a fines de 2019. Casi la mitad de ellas comentaron en encuestas federales que trabajaban desde casa al menos una vez a la semana, un porcentaje mucho mayor que cualquier otro grupo.
Es más probable que las mujeres con menos escolaridad y que no están casadas o son latinas tengan un trabajo que no se pueda realizar a distancia, como vendedoras o asistentes para la atención médica. Pese a que, en su mayoría, este grupo ya ha regresado al trabajo, siguen trabajando por debajo del ritmo de lo que lo hacían antes de la pandemia: de las madres de hijos pequeños y con escolaridad de bachillerato o menos, el 54,4 por ciento están trabajando, en comparación con el 56,1 por ciento a fines de 2019.
También es menos probable que estas mujeres tengan empleadores que ofrezcan otros tipos de prestaciones que beneficien a la familia o cónyuges que cuenten con horarios flexibles. De acuerdo con los investigadores, serían necesarias políticas gubernamentales que lleguen a todas las trabajadoras.
"Se requiere atención especial para las mujeres que no pueden trabajar a distancia", comentó Misty Heggeness, una economista de la Universidad de Kansas. "Si algo bueno puede surgir de nuestro conocimiento y entendimiento de eso es cómo podemos generar mejores políticas sociales y mejores apoyos sociales y estructurales".
Becca Cosani, una consultora de seguros de gastos médicos que cuenta con un empleo a distancia, en su casa con su hija Emilia de 3 años, en Missouri City, Texas, el 26 de octubre de 2023. (Callaghan O'Hare/The New York Times)
Becca Cosani recoge a su hija, Isabel, de un año, en el preescolar cerca de su casa, en Missouri City, Texas, el 26 de octubre de 2023. (Callaghan O'Hare/The New York Times)