Kenny G marcó el comienzo de una reunión con una serenata con saxofón. Paula Abdul fue la jueza de un concurso de talentos al estilo de "American Idol". Los integrantes del elenco de "Hamilton" hicieron una presentación. Lance Bass estuvo ahí conviviendo. Además, cuando Vanilla Ice cantó su éxito de 1990 "Ice Ice Baby", rodeado de luces de bengala de 3 metros, subió al escenario al vocalista de Sugar Ray, Mark McGrath.
Esto fue Cameopalooza 2021, el retiro de una compañía que festejaba el ascenso meteórico de Cameo, una aplicación y sitio web en los que las personas comunes pueden comprar videos personalizados de celebridades no tan famosas por tan solo 1 dólar. Los asistentes se dieron un banquete con torres de mariscos y fuentes de fondue en un restaurante elegante frente al lago en Chicago y continuaron el festejo hasta altas horas de la noche en una suite penthouse en el Hilton, donde Jack Harlow, un rapero famoso en TikTok, ofreció un espectáculo privado.
Trescientos empleados de Cameo bailaron, tomaron videos y disfrutaron de su buena fortuna por ser parte del "Fameo" de Cameo (el nombre que la empresa usaba para denominar el conjunto de sus empleados y su comunidad de celebridades). Estaban a bordo de un cohete impulsado por celebridades no muy famosas y soledad pandémica.
La compañía se preparaba para crecer en todas direcciones: arte cripto, eventos en vivo, mercancía, a nivel internacional: su cofundador y director general, Steven Galanis, ahora de 35 años, era un experto en cruzar la línea entre los negocios y el placer. Galanis, un expromotor de fiestas universitarias, compartía el estilo de vida de las celebridades de Cameo: viajaba en avión privado a fiestas, eventos deportivos y propiedades de lujo en Miami, Los Ángeles y Chicago. Cameo acababa de recaudar 100 millones de dólares con la ambición audaz de ser pionera en la "economía de conexión", ya que había conseguido una valoración de unicornio (de 1000 millones de dólares) tan solo unos años después de su creación.
Ahora, impulsada por el dinero de capitalistas de riesgo como SoftBank, un grupo de inversión que apoyó a muchas de las empresas emergentes más sobrevaluadas de la década pasada, Cameo podría ser mucho más que solo un negocio estrafalario y semirónico de saludos en video.
Una idea toma forma
Según la historia de la compañía, las raíces de Cameo se remontan a una conversación de 2016 entre Galanis, en ese entonces gerente de cuenta en LinkedIn, y su amigo Martin Blencowe, agente de la NFL. Blencowe le pidió a Cassius Marsh, un exapoyador de los Halcones Marinos de Seattle, que grabara un video en el que felicitara a un amigo que acababa de tener un bebé. Conforme Blencowe describía la reacción llena de emoción de su amigo, una idea tomó forma.
Galanis, quien se graduó en 2010 de la Universidad Duke, reclutó a un excompañero e ingeniero de software, Devon Townsend, para que la hiciera realidad. En la primavera de 2017, se lanzó el sitio web http://BookCameo.com con un tuit de Marsh, en el que prometía videos por alrededor de 20 dólares; Tori Spelling y personalidades de nicho de la plataforma Vine, como Evan Breen, se unieron más tarde ese año (Blencowe, de 37 años, y Townsend, de 33, que también son cofundadores, aún trabajan en la compañía).
Para Galanis, Cameo, con sede en su ciudad natal, Chicago, era la empresa que el trío estaba destinado a crear. Él y Blencowe estaban terminando una breve carrera en producción. Townsend había sido una estrella en Vine, una aplicación de videos cortos que duró poco.
Galanis declaró: "Estuvimos en este mundo. No construimos este negocio por accidente".
Para crecer en los primeros días, Cameo empezó a reclutar para su plataforma a cualquiera que tuviera un poco de fama y se quedaba con una tajada del 25 por ciento de los videos que les costaban a los admiradores hasta 3000 dólares. Las personas podían describir cómo querían el mensaje que la celebridad de su elección enviaría: un deseo de cumpleaños, una charla motivacional, una burla de alguien.
Galanis afirmaba que Cameo funcionaba de manera óptima para las personas que eran "más famosas que ricas", y en la década de 2010 había muchas personas así. El viejo sistema de estrellas de películas y programas de cadenas televisivas había sido desplazado por canales de YouTube y momentos virales, así como por el ascenso de la telerrealidad. La nostalgia estaba en un punto muy alto; ser un fanático obsesivo se había convertido en algo de lo que la gente se enorgullecía. Cameo capitalizó todo eso al permitir a los fanáticos conectar directamente con celebridades que no parecían tan encumbradas en un principio.
Brian Baumgartner, mejor conocido como Kevin de "The Office", era la celebridad que más había ganado en la compañía para enero de 2022, según un tablero interno visto por The New York Times, con más de 3 millones de dólares en ventas desde que se integró. Después, estaban Gilbert Gottfried (ya fallecido), Brett Favre, Sonja Morgan de "Las amas de casa reales de Nueva York", Kevin O'Leary de "Negociando con tiburones" y Chris Harrison de "The Bachelor". Cada uno de esos cinco famosos mostraban ventas totales de más de 1 millón de dólares.
Para 2019, impulsada por el boca a boca, Cameo había crecido a cien empleados y había recaudado 50 millones de dólares de las principales firmas de capital de riesgo.
Sumó a inversionistas famosos como Snoop Dogg y Bethenny Frankel de "Las amas de casa reales". Frankel comentó en una entrevista que se rehusó a ofrecer sus servicios en video a menos que pudiera adquirir acciones. También indicó que convertirse en una inversionista facilitaba explicar su participación en la plataforma junto al que su publicista alguna vez llamó "talento cuasifamoso".
El negocio había estado funcionando bien, pero Cameo entró en modo turbo en la pandemia, cuando tanto las celebridades como los clientes estaban aburridos y en busca de conexión. Galanis comparó el crecimiento de 2020 de Cameo (un incremento de más de cuatro veces en ingresos a 100 millones de dólares) con obtener una estrella de invencibilidad al jugar "Mario Kart".
Los empleados estaban maravillados por el aumento enorme en ventas por el Día de las Madres, el primer gran día festivo con regalos de la pandemia, y llegaron las buenas reseñas de la prensa. La revista New York publicó: "Cameo fue hecho para el coronavirus".
Según tres exempleados y un memorando interno, para capturar el momento, la compañía ideó un truco de mercadotecnia costoso en vista de que se aproximaba la venta de su cameo número un millón esa primavera: enviar a una celebridad y a un fanático al espacio en Virgin Galactic, lo que enfatizaba las ambiciones monumentales de Cameo. La empresa quería detonar un "tipo de histeria como la del boleto dorado de Willy Wonka" en torno al acontecimiento, de acuerdo con el memorando.
No obstante, los exempleados relataron que el asesinato de George Floyd a manos de la policía a finales de mayo de 2020 causó protestas generalizadas días antes del anuncio, lo que llevó a Galanis a cancelar el plan.
Galanis señaló en el verano de 2020 que Cameó sería una compañía en la que se podría "trabajar desde cualquier lugar" y se reubicó en Miami. Esto después de una fiebre de contrataciones: se duplicó la cantidad de personal de Cameo a 200 empleados y se reclutó a un costoso equipo de ejecutivos que él pensaba que contribuiría a llevar a la empresa emergente a la bolsa de valores.
Cameo en su momento cumbre
Los inversionistas vociferaron que se le diera más dinero a Cameo, en parte debido a que en la realidad distorsionada de 2021 los inversionistas exigían darle más dinero a cualquier empresa emergente. Criptomonedas, acciones de memes, coleccionables, bienes raíces: todo estaba al alza y había tanto efectivo disponible que los fundadores de las compañías tecnológicas no sabían qué hacer con él.
A los fundadores de Cameo se les había ocurrido una buena idea exactamente en el momento adecuado, algo que se considera un éxito en el mundo normal de los negocios, pero no en el de las empresas emergentes tecnológicas de alto crecimiento. La cascada de efectivo de inversionistas que buscaban mayor riesgo a cambio de mayores retornos impulsó a compañías como Cameo a gastar más, crecer más rápido y tomar mayores riesgos en busca de la gloria de su proyecto ambicioso.
Pocos inversionistas representan con mayor fidelidad ese modelo de auge y colapso que Masayoshi Son, el director ejecutivo del conglomerado japonés SoftBank. Algunas de las apuestas audaces de Son le han redituado de forma generosa, como su inversión en el conglomerado chino Alibaba. Otras tuvieron un final desastroso, como WeWork.
Galanis se reunió con Son por Zoom en febrero de 2021. Galanis mencionó que Son ofreció a Cameo 400 millones de dólares en efectivo (cuatro veces la meta de recaudación de la compañía) y le dijo que destinara 100 de esos millones de dólares a patrocinar los Juegos Olímpicos de Tokio. En vez de eso, Galanis decidió proseguir con el objetivo de Cameo.
Con la nueva valuación de 1000 millones de dólares, el ambiente en Cameo era de euforia. La compañía rentó una mansión en Beverly Hills a la que llamó la "Casa Cameo" por alrededor de 60.000 dólares al mes. Cameo estaba gastando 5 millones de dólares al mes en su nómina, viajes, fiestas en la Casa Cameo y comida cara para llevar para las estrellas.
La empresa destacaba con regularidad a sus inversionistas famosos, como Frankel. En 2021, agregó a Earvin "Magic" Johnson a su consejo de administración.
La expectación se extendió al capital. El mensaje para los empleados, en especial, para las contrataciones nuevas, era que, a diferencia de sus fondos para el retiro, sus pagos podrían hacerlos ricos.
No obstante, el negocio no podía crecer con la suficiente rapidez solo con videomensajes.
Muchas estrellas importantes no querían estar en Cameo. Tenía un tufo penetrante a celebridades poco famosas y no querían estar en una lista que incluyera raperos de TikTok o a la dermatóloga conocida por su programa "Dra. Sandra Lee: Especialista en piel".
No obstante, Cameo estaba hambrienta de cualquier cosa relacionada con las estrellas de ligas mayores. En octubre de 2021, la compañía adquirió Represent, un negocio de Los Ángeles que ayudaba a celebridades e influentes a vender bienes personalizados a sus admiradores. Represent estaba lleno de estrellas.
Sin embargo, las esperanzas de Cameo de hacer negocio con las estrellas de Represent murió rápidamente. Además, había un problema más grande por enfrentar conforme se avecinaba el 2022. La gente ya no estaba gastando tanto en cameos como lo había estado haciendo.
Probando varias estrategias a la vez
Los intentos infructuosos de Cameo por crear productos nuevos y el estrés interno creciente generó un nuevo escrutinio sobre Galanis y su estilo de administración disperso (la compañía afirmó que las responsabilidades diarias de Galanis "tal vez no eran evidentes para todos los empleados", en particular mientras laboraban de manera remota).
Cameo siguió probando varias estrategias a la vez. Quizá de manera inevitable, se interesó en el mundo cripto, con Cameo Pass, un producto nuevo que vendía arte respaldado por criptomonedas, conocido como tókenes no fungibles (NFT, por su sigla en inglés), junto a acceso a fiestas vip.
El criptonegocio de Cameo captó algunos millones de dólares en ingresos antes de que la compañía le pusiera fin, un año después de su lanzamiento. El precio de sus NFT, que inicialmente se vendían a alrededor de 630 dólares, cayeron a un punto muy bajo, hasta los 7,60 dólares. Cameo había ingresado en ese mercado casi en su momento más alto; un colapso en mayo de 2022 arrasó con 300.000 millones en una semana. En julio de 2022, Cameó recortó la valuación interna de sus acciones comunes un 55 por ciento, según una presentación interna vista por el Times.
Galanis intentó recaudar más efectivo este año, según tres personas familiarizadas con la situación, pero los inversionistas se desalentaron por todos los gastos.
En la actualidad, Cameo opera como una sombra de lo que fue. El número de sus empleados se ha reducido de casi 400 a 33, más un puñado de contratistas, tras tres rondas de despidos. Magic Johnson, a quien se le pagaba por su cargo, dejó el consejo de administración de Cameo por no cumplir con sus obligaciones, que incluían hacer videos de Cameo, promover el servicio y asistir a reuniones del consejo, según dos personas familiarizadas con su salida (Cameó señaló que Johnson dejó la empresa en buenos términos, pero el exbasquetbolista no respondió a las solicitudes para hacer comentarios). Cameó abandonó su mansión en Beverly Hills y Represent dejó de adquirir clientes nuevos.
Casi todos los integrantes del equipo estelar de ejecutivos que Galanis formó ya se han ido. Galanis relató: "Tuve que despedir a algunos de mis mejores amigos. No se lo deseo a nadie, pero mi trabajo como director ejecutivo es asegurarme de que este negocio sobreviva y cumpla nuestra misión y visión".
Galanis argumentó que Cameo sigue prosperando y todavía está "totalmente" encaminado a convertirse en la siguiente Disney. Agregó que Cameo tuvo su primer mes con ganancias desde mayo de 2020 en agosto (excluyendo ciertos costos como intereses e impuestos). Los ingresos, que no habían crecido anualmente desde junio de 2021, aumentaron en septiembre. Galanis también mencionó que las huelgas en Hollywood le dieron un empuje a la compañía y que los inversionistas están prestando atención a su recorte de costos.
Galanis aseveró que sus ambiciones para Cameo no han cambiado a lo largo del tiempo y expresó: "Me pusieron en la tierra para construir esta compañía. Lucharé por ella cada día".
Cameo, una empresa emergente que ofrece a los fanáticos una forma de comprar videos personalizados grabados por celebridades, entró en modo turbo por el aburrimiento pandémico y el capital de riesgo. Todo lo que tenía que hacer era crecer por siempre. (Louisa Bertman/The New York Times)
La personalidad de televisión Bethenny Frankel se rehusó a unirse a Cameo a menos que pudiera comprar acciones. (Celeste Sloman/The New York Times)