Hay un nuevo libro sobre Sam Bankman-Fried. Esto es lo que dice

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“Going Infinite”, la nueva obra del autor de “Moneyball”, ofrece un relato tras bastidores del ascenso y la caída del fundador de FTX.

El martes, el mismo día en que comenzó el juicio de Sam Bankman-Fried por fraude federal, el escritor de éxitos editoriales Michael Lewis publicó un libro muy esperado sobre FTX, la fallida empresa de criptomonedas de Bankman-Fried.

Lewis, autor de The Blind Side, La gran apuesta y Moneyball, pasó meses entrevistando a Bankman-Fried y otros altos ejecutivos de FTX, y tuvo acceso a la sede de la empresa en las Bahamas para el libro Going Infinite.

El volumen ofrece detalles inéditos sobre el imperio de Bankman-Fried, desde su fundación en la zona de la bahía de San Francisco hasta su épico colapso en las Bahamas el año pasado. A continuación, comentamos algunas conclusiones del libro.

¿Bankman-Fried es culpable?

Lewis no ofrece un “sí” o un “no” como respuesta. Describe a Bankman-Fried como un personaje delirante y, a menudo, insensible en su trato con los compañeros de trabajo, un joven empresario que “creía que los adultos eran irrelevantes” y dejaba que otros arreglaran sus desastres.

Pero Lewis también se muestra escéptico acerca de los abogados y ejecutivos que fueron contratados para gestionar la quiebra de FTX y que se han convertido en algunos de los críticos públicos más feroces de Bankman-Fried. Hacia el final del libro, Lewis escribe que las explicaciones de Bankman-Fried sobre el colapso de FTX, por inverosímiles que parezcan, “siguen siendo muy difíciles de refutar”.

Los inicios en Alameda

Bankman-Fried creó su primera empresa, el fondo de cobertura Alameda Research, junto a Tara Mac Aulay, una matemática australiana que se movía en los mismos círculos filantrópicos. En un momento dado, Bankman-Fried “reveló su interés romántico por ella”, antes de desviar la atención hacia sus habilidades bursátiles, escribe Lewis. Mac Aulay renunció a Alameda durante un éxodo de personal a inicios de 2018 que llegó a ser conocido como “el cisma”. El fondo estaba perdiendo dinero: en un momento dado, cuatro millones de dólares en criptodivisas simplemente desaparecieron de sus cuentas.

Según el libro, Mac Aulay llegó a considerar a Bankman-Fried como alguien “deshonesto y manipulador”, y otras figuras de alto rango en Alameda lo acusaron de mala gestión. (Las criptomonedas perdidas acabaron apareciendo en una bolsa en Corea del Sur).

“Hice que la gente se odiara un poco más y confiara un poco menos”, escribió más tarde Bankman-Fried sobre la separación. “Limité de manera grave mi propia capacidad futura de hacer el bien”.

Ambiciones políticas

Cuando FTX prosperaba, Bankman-Fried se convirtió en un prolífico donante político, contribuyendo con más de cinco millones de dólares a la campaña de Joe Biden para las elecciones presidenciales de 2020. También mantuvo reuniones con el senador Mitch McConnell, líder de la minoría, y el gobernador Ron DeSantis de Florida. Y según el libro, Bankman-Fried exploró “la legalidad de pagarle al propio Donald Trump para que no se postulara a las elecciones presidenciales”. Algunos asesores de Bankman-Fried le informaron que el precio de Trump era 5000 millones de dólares, escribe Lewis.

La relación con Caroline Ellison

Uno de los socios comerciales más cercanos de Bankman-Fried era también su novia intermitente, Caroline Ellison. Tras la implosión de FTX, Ellison se declaró culpable de fraude y aceptó cooperar con los fiscales federales que han acusado a Bankman-Fried de robar fondos de clientes para financiar donaciones políticas y otros gastos suntuarios.

Lewis cita numerosos mensajes que Bankman-Fried y Ellison intercambiaron sobre su relación. En uno de ellos, Ellison describía cosas que Bankman-Fried había hecho y que le molestaban, entre ellas “decirme que se sentía conflictuado por tener relaciones sexuales conmigo, luego tenerlas, luego ignorarme durante unos meses”.

En un memorándum dirigido a Ellison, Bankman-Fried exponía los pros y contras de seguir manteniendo una relación sentimental con ella. Entre los pros estaba que ella era inteligente, admirable y buena gente, y que él disfrutaba teniendo relaciones sexuales con ella. Entre los contras estaba la incómoda dinámica de poder en la relación, así como la posibilidad de publicidad negativa si su vida sentimental se hacía pública.

“En muchos sentidos no tengo alma”, escribió. “Mis sentimientos son falsos, mis reacciones faciales son falsas. No siento felicidad. ¿Qué sentido tiene salir con alguien a quien físicamente no puedes hacer feliz?”.

Pánico en las Bahamas

Lewis pasó un tiempo con Bankman-Fried en la sede de FTX en las Bahamas pocas horas después de que la empresa se declarara en quiebra en noviembre. Describe un mensaje de pánico que Bankman-Fried recibió de Nishad Singh, un alto ejecutivo de FTX que más tarde se declaró culpable de fraude

“¿Puedes hacer que la gente te culpe a ti, o a ti y a Gary”, escribió Singh, refiriéndose a Gary Wang, otro ejecutivo que se ha declarado culpable.

Más tarde, según el libro, Singh preguntó en persona a Bankman-Fried: “¿Cómo nos aseguramos todos de decir que los otros son inocentes?”. (Una nota a pie de página dice que ese relato de la conversación procede de Bankman-Fried).

Otras anécdotas

El libro está lleno de otros detalles pintorescos que revelan la personalidad de Bankman-Fried y cómo administró su imperio empresarial.

Cuando trabajaba en la agencia de gestión de fondos de alta frecuencia Jane Street Capital, a algunos ejecutivos “les molestaba la indiferencia de Sam hacia los sentimientos de los demás”, escribe Lewis. Citaron un incidente en el que Bankman-Fried humilló públicamente a otro operador en un complejo juego de apuestas muy popular en las oficinas de Jane Street. Bankman-Fried pagó 10 millones de dólares al cómico Larry David para que apareciera en un anuncio de FTX en el Super Bowl, ahora tristemente célebre. La empresa también intentó, y no consiguió, patrocinar los estadios de dos equipos de la Liga Nacional de Fútbol Americano, los Jefes de Kansas City y los Santos de Nueva Orleans. A los arquitectos que diseñaron una nueva sede de FTX en las Bahamas se les pidió que estructuraran un lado del edificio de modo que evocara el “pelo rebelde” de Bankman-Fried. Bankman-Fried no pudo nombrar a dos de las personas de la junta directiva de FTX, compuesta por tres personas. “El principal requisito de trabajo es que no les importe firmar un documento en DocuSign a las 3:00 a. m.”, dijo. “Firmar en DocuSign es el trabajo principal”. David Yaffe-Bellany escribe sobre el sector de las criptomonedas desde San Francisco. Puedes escribirle a davidyb@nytimes.com. Más de David Yaffe-Bellany Sam Bankman-Fried, fundador de FTX, saliendo del tribunal federal de Manhattan en diciembre. (Brittainy Newman/The New York Times) Michael Lewis pasó meses entrevistando a altos ejecutivos de FTX para Going Infinite. (Jutharat Pinyodoonyachet/The New York Times)

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