(Reportajes Especiales - Business)
El edificio es una planta de distribución de DVDs de Netflix. En lo que alguna vez fue un ecosistema bullicioso donde 50 personas procesaban 1,2 millones de DVD por semana y generaba millones de dólares en ingresos, ahora solo quedan seis empleados para revisar los discos metálicos. E incluso eso cesará el 29 de septiembre, cuando Netflix ponga fin oficialmente a la historia de su origen y cese el envío de sus característicos sobres rojos.
“Es triste cuando llegas al final, porque ha sido una gran parte de nuestras vidas durante mucho tiempo”, dijo en una entrevista Hank Breeggemann, director general de la división de DVD de Netflix. “Pero todo sigue su ciclo. Tuvimos un recorrido grandioso de 25 años y cambiamos la industria del entretenimiento, la manera en que las personas ven las películas en casa”.
Cuando Netflix comenzó sus envíos de DVD por correo en 1998 (la primera película enviada fue “Beetlejuice, el superfantasma”), nadie en Hollywood esperaba que la compañía eventualmente le diera un vuelco a toda la industria del entretenimiento. Todo comenzó como una lluvia de ideas entre Reed Hastings y Marc Randolph, empresarios exitosos que buscaban reinventar el negocio de alquiler de DVD, en el que no habría fechas de vencimiento, cargos por pagos atrasados ni límites de alquiler mensual.
Pero la idea hizo mucho más que eso. El negocio del DVD destruyó a competidores como Blockbuster y alteró los hábitos de visualización del público. Una vez que Netflix comenzó su negocio de emisión en continuo y luego empezó la producción de contenido original, transformó a toda la industria del entretenimiento. Tanto es así que la economía de la emisión en continuo, que según actores y escritores es peor para ellos, está en el centro de las huelgas que han paralizado a Hollywood.
Incluso antes de las huelgas, la emisión en continuo había hecho de los DVD algo obsoleto, al menos desde una perspectiva empresarial. En su apogeo, Netflix fue el quinto cliente más grande del Servicio Postal, operando 58 instalaciones de envío y 128 ubicaciones de transporte que permitieron a Netflix atender al 98,5 por ciento de su base de clientes con entregas en un día. En la actualidad hay cinco instalaciones de este tipo: las otras están en Fremont, California; Trenton, Nueva Jersey; Dallas; y Duluth, Georgia, y los ingresos por envíos de DVD totalizaron 60 millones de dólares durante los primeros seis meses de 2023. En comparación, los ingresos por emisión en continuo de Netflix durante el mismo período alcanzaron los 6.500 millones de dólares.
A pesar de la reducción de personal, este servicio todavía recibe y envía unos 50.000 discos a la semana, con títulos populares (“Avatar: El camino del agua” y “Los Fabelman”) como aquellos que son verdaderas rarezas (el thriller policial de Catherine Deneuve de 1998, “Place Vendôme”). Cada uno de los empleados de las instalaciones de Anaheim ha estado en la empresa por más de una década, algunos hasta 18 años. (Cien personas en Netflix todavía trabajan en el sector de DVD, aunque la mayoría pronto dejará la empresa).
Algunos de ellos empezaron justo cuando salieron de la escuela secundaria, entre ellos Edgar Ramos, y pueden manejar las máquinas de clasificación automática patentadas de Netflix y su Máquina Automatizada de Devolución de Alquileres (ARRM), que procesa 3500 unidades de DVD por hora, con la precisión de los ingenieros de relojes suizos.
“Estoy triste”, dijo Ramos mientras clasificaba los sobres en sus contenedores con códigos postales. “Cuando llegue el día, estoy seguro de que todos vamos a llorar. Ojalá pudiéramos traer la emisión en continuo a este lugar, pero es lo que es”.
Mike Calabro, director sénior de operaciones de Netflix, lleva más de 13 años en la empresa. Dijo que los momentos inesperados de frivolidad fueron una gran parte de por qué había permanecido en la empresa, como los dibujos que hacían los usuarios en los sobres o las manchas de Cheetos y café que a menudo marcan las devoluciones, evidencia de un producto que se ha integrado bien a la vida de los clientes.
Pero cuando se le preguntó si alguna vez había conocido en persona a algunos de los clientes más activos, Calabro respondió rápidamente: “¡No!”. De hecho, el aspecto anónimo de las instalaciones, que contrasta de manera notoria con los logotipos gigantes de Netflix que adornan otros inmuebles de la empresa, es intencional. Es evidente que los visitantes no son bienvenidos.
“Si pusiéramos Netflix en la puerta, la gente aparecería con sus discos y diría: ‘Oye, me gustaría devolver esto. ¿Puedes darme mi próximo disco?’”, dijo Calabro.
Las operaciones de DVD de Netflix todavía atienden a casi un millón de clientes, muchos de ellos muy leales.
Bean Porter, de 35 años, vive en St. Charles, Illinois, y que está suscrita a los servicios de emisión en continuo y DVD de Netflix desde 2015, dijo que estaba “devastada” porque el servicio de DVD terminaba. Porter pudo usar su suscripción para ver programas como “Yellowstone” y “El cuento de la criada” en DVD, programas de televisión por episodios creados para otros servicios de emisión en continuo que le habrían obligado a comprar suscripciones adicionales.
Ella y su esposo también ven tres o cuatro películas a la semana y consideran que el catálogo de DVD de Netflix es más amplio y diverso que cualquier otro servicio de suscripción. A menudo organiza comidas en su patio trasero e invita a los vecinos a ver películas en una pantalla al aire libre. Eso es más fácil de hacer con un DVD, dijo, que con la emisión en continuo debido a los problemas de conectividad a internet. Porter también desarrolló una relación con el canal en redes sociales del servicio de DVD de Netflix, publicando videos, interactuando con otros clientes y charlando directamente con los administradores de esas redes sociales que trabajan para la empresa.
“Estoy bastante enojada”, dijo. “Tendré que pasarme a la emisión en continuo y siento que lo que están haciendo me obliga a tener menos opciones”.
Los empleados se muestran más optimistas. Lorraine Segura comenzó en Netflix en 2008 y solía abrir sobres: 650 por hora. Cuando llegó la automatización, ella fue una de los pocos empleados que viajó a las instalaciones en Fremont para aprender a operar las máquinas y transmitir esa capacitación a otros. Ahora dirige el piso con Calabro como gerente sénior de operaciones.
“Aprendí mucho aquí: cómo arreglar las máquinas, cómo establecer metas y alcanzar los objetivos”, dijo antes de dirigir a su equipo en una ronda de ejercicios ergonómicos para prevenir lesiones por estrés repetitivo. “Ahora me siento capacitada para salir al mundo y hacer algo nuevo”.
c.2023 The New York Times Company