Los diamantes rosas surgieron gracias a uno de los rompimientos más antiguos de la Tierra

Reportajes Especiales - Lifestyle

Guardar

(Trilobites)

Los diamantes rosas llevan la moda de Barbie a otro nivel, aunque el color rosado tiene su costo. Estas gemas son de los diamantes más raros y valiosos, pero están lejos de la perfección.

“En realidad, son diamantes dañados”, dijo Hugo Olierook, geocientífico de la Universidad Curtin en Perth, Australia.

El color se debe a la deformación de la retícula cristalina de la gema bajo una presión intensa. Si bien todos los diamantes se forman por efecto de la presión, una fuerza aún mayor hace que los diamantes que antes eran transparentes adquieran color. Si se aprieta un poco más, el diamante se vuelve rosa y si se aprieta con fuerza, se vuelve café.

Más del 90 por ciento de todas las piedras rosas encontradas hasta ahora proceden de la mina de Argyle, en Australia occidental, que fue uno de los yacimientos de diamantes más productivos del mundo hasta que cesó su actividad en noviembre de 2020. Muchos de los diamantes de Argyle tienen un tono café chocolate o leonado. Pero de cada mil gemas, un par salían de color rosa, más raro y valioso.

Ahora Olierook y sus colegas tienen una nueva estimación de cuándo y cómo llegaron estas gemas a la superficie terrestre. En un estudio publicado el martes en la revista Nature Communications, informan que hace unos 1300 millones de años, las piedras de color rubicundo y café fueron empujadas a través de los bordes continentales relativamente delgados durante la desaparición de Nuna, uno de los primeros supercontinentes de la Tierra. De confirmarse, esta investigación insinúa la posibilidad de que antiguas uniones continentales escondan más de estas gemas coloridas.

Los diamantes que brotaron en Argyle se formaron a gran profundidad, cerca de las raíces continentales estables. Cuando las masas continentales se unieron para formar Nuna, las colisiones cerca del borde noroccidental de Australia proporcionaron la presión necesaria para teñir las gemas antes incoloras.

A finales de la década de 1980, un equipo dirigido por Robert Pidgeon, actualmente profesor emérito de Curtin, descubrió que las rocas volcánicas de Argyle, salpicadas de diamantes, entraron en erupción hace unos 1200 millones de años. Durante ese periodo, hubo pocos detonantes tectónicos obvios de erupciones explosivas que pudieran sacar a los diamantes de Argyle de las profundidades.

“En ese momento, Australia flotaba feliz entre los océanos”, expresó Olierook.

Pero Pidgeon llevaba tiempo cuestionando sus propias conclusiones. La erupción que generó el diamante de Argyle atravesó un antiguo lago, lo que alteró las rocas y quizá afectó la precisión de la datación estimada. En una conversación informal, Pidgeon le mencionó su preocupación a otro autor del estudio, Denis Fougerouse de la Universidad Curtin, quien reunió a un equipo para analizar la cuestión.

Los investigadores elaboraron una nueva estimación de la edad de las rocas de Argyle utilizando un rayo láser más fino que un cabello. Su análisis sugiere que la erupción se produjo hace aproximadamente 1300 millones de años, unos 100 millones de años antes de la estimación de Pidgeon.

Según Olierook, esta nueva fecha coincide con el momento en que Nuna empezó a fragmentarse, estrechándose a lo largo de las suturas geológicas donde habían chocado los continentes anteriores. Este proceso probablemente contribuyó a que el magma diamantífero saliera a la superficie cerca de lo que hoy es el noroeste de Australia.

La relación entre la ruptura de los continentes y los yacimientos de diamantes no es una idea nueva; sin embargo, los detalles son objeto de debate. Un estudio de modelización reciente sugiere que la ruptura de los supercontinentes quizá haya desencadenado corrientes de agitación en el manto terrestre que provocaron erupciones con abundancia de diamantes capaces de perforar la corteza de la Tierra.

Es probable que estas corrientes se desplacen hacia el interior con el tiempo, lo que podría explicar por qué la mayoría de las erupciones diamantíferas atraviesan el interior grueso de los continentes. Sin embargo, los diamantes de Argyle, que erupcionaron cerca del borde continental, podrían representar una fase temprana de este proceso antes de que las erupciones penetraran en el continente.

El nuevo estudio es un paso importante para lograr descifrar la “tormenta perfecta de condiciones” que contribuyó a crear las coloridas gemas de Argyle, según Thomas Gernon, geólogo de la Universidad de Southampton, en Inglaterra, que ha estudiado cómo se forman los diamantes a partir de la escisión de los supercontinentes.

Aun así, quedan algunos interrogantes. “Esta es la última parte de la historia”, dijo Steve Shirey, geoquímico isotópico de Carnegie Science en Washington D. C., que no formó parte del equipo del estudio. Por ejemplo, se pregunta por qué se acumuló tanto carbono como para generar la abundancia de diamantes de Argyle en primera instancia.

David Phillips, geoquímico de la Universidad de Melbourne, señala que el nuevo rango de edad de Argyle podría reducirse aún más. “Es posible que las conclusiones de este estudio sean correctas, pero, en mi opinión, esto sigue siendo una incógnita”, afirmó.

Gernon subraya que comprender un sistema tan antiguo no es tarea sencilla. Y una cosa es segura: “La naturaleza siempre nos da sorpresas”, concluyó.

En una imagen sin fecha de Murray Rayner, la mina de diamantes de Argyle, en la región de Kimberley, Australia occidental, de donde procede más del 90 por ciento de los diamantes rosas. (Murray Rayner vía The New York Times).

En una imagen sin fecha de Murray Rayner, diamantes rosas encontrados en la mina de Argyle, en Australia. (Murray Rayner vía The New York Times).

Guardar