Por temor a la polémica que genera el aborto, las representantes republicanas optan por promover los métodos anticonceptivos

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Mariannette Miller-Meeks, representante republicana de un distrito competitivo en Iowa, apenas abrió su foro a preguntas del público y de inmediato se vio presionada a defender su oposición al derecho al aborto.

“Una de las principales funciones del gobierno federal es proteger la vida”, le dijo Miller-Meeks, quien ganó las elecciones en 2020 por solo seis votos, a una multitud dispersa este mes en Iowa City, una parte más joven y progresista de su distrito donde rara vez hace labores de campaña.

Luego, Miller-Meeks rápidamente cambió de tema a un terreno político más seguro, y les contó a los electores que también había promovido una legislación destinada a ampliar el acceso a los métodos anticonceptivos.

“La mejor manera de prevenir el aborto es prevenir el embarazo”, declaró.

Es una estrategia cada vez más común entre los republicanos vulnerables en la Cámara de Representantes —sobre todo quienes operan en distritos electorales competitivos— que están tratando de reconciliar la firme postura antiaborto de su partido con las opiniones de los votantes en sus distritos, en particular los independientes y las mujeres.

Si bien muchos de estos legisladores republicanos han votado para limitar el acceso al aborto en la Cámara Baja este año —en defensa de una postura que algunos republicanos admiten que afectó a su partido en las elecciones de medio mandato del año pasado— Miller-Meeks y otros dedicaron parte del receso de verano del Congreso a proclamar su apoyo al acceso a la anticoncepción, un tema ampliamente popular en todo el país y en ambos partidos.

Dar la apariencia de promover el acceso a los métodos anticonceptivos se ha vuelto fundamental para los candidatos republicanos de todos los niveles que consideran que la oposición de su partido al derecho al aborto ha alejado a las mujeres, sobre todo tras la decisión de la Corte Suprema el año pasado de anular el fallo de Roe contra Wade y las prohibiciones extremas al aborto que le siguieron en estados liderados por republicanos.

“¿No podemos todos coincidir en que debe haber disponibilidad de métodos anticonceptivos?”, planteó la semana pasada Nikki Haley, la única representante republicana en las elecciones primarias a la candidatura presidencial, en el primer debate de las primarias, con la intención de mitigar los ataques de los demócratas en materia de salud reproductiva.

Según una encuesta reciente del Centro de Investigaciones Pew, en estados donde el aborto está prohibido en este momento, el 43 por ciento de los votantes dice que el acceso al aborto debería facilitarse, un incremento del 31 por ciento en 2019.

Defender el acceso a los anticonceptivos en estos estados es “una estrategia política inteligente y una buena política pública”, comentó Nicole McCleskey, una encuestadora republicana. “Los republicanos han dicho desde hace tiempo que necesitamos encontrar alternativas al aborto. Esta es una de ellas. Hay muchos republicanos con extensos antecedentes de promover la planificación familiar. Es un esfuerzo significativo para conectar con las electoras”.

Justo antes del receso de verano de los legisladores, Miller-Meeks se sumó a un grupo de republicanas en el Congreso que presentaron la Ley de Anticonceptivos Orales de 2023, un proyecto de ley que expusieron como una manera de ampliar el acceso a los métodos anticonceptivos y que ella describió como “un paso importante para la atención médica”.

Los defensores del derecho al aborto arguyen que esta legislación, en esencia, no tiene relevancia y solo es un intento por parte de los legisladores republicanos para engañar a los votantes sobre sus posturas en cuanto a la salud de la mujer. Pero para las mujeres republicanas que la respaldan, la propuesta de ley ofrece una solución elegante para desviar la conversación del tema divisorio del aborto.

En el grupo de Miller-Meeks a favor del proyecto de ley estuvo la representante republicana de Virginia Jen Kiggans, una candidata de suma importancia para los demócratas en las elecciones del próximo año. Kiggans, una enfermera certificada, votó con su partido en julio para redactar el proyecto de ley anual de política de defensa que revertiría una política del Pentágono cuyo objetivo era preservar el acceso al aborto para el personal militar sin importar dónde estuviera apostado, y ha dedicado todas las semanas desde entonces a enfatizar su apoyo a la ampliación del acceso a los métodos anticonceptivos.

Además de ser promotora del proyecto de ley para el acceso a la anticoncepción, Kiggans respaldó una enmienda a la medida de defensa de la representante demócrata de Texas Veronica Escobar que eliminaría los copagos de los anticonceptivos para el personal militar y sus familias.

La propuesta de ley sobre anticonceptivos que se presentó en julio, respaldada por al menos ocho republicanas y, notoriamente, sin resistencia por parte del grupo antiaborto Susan B. Anthony Pro-Life America, le solicitaría a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) que emita lineamientos para las empresas que quieren vender anticonceptivos orales sin receta. Pero no está claro qué efectos prácticos tendría esto.

Solo dos compañías farmacéuticas están trabajando activamente para ofrecer píldoras anticonceptivas sin receta. Una de ellas, Opill, ya contaba con la aprobación para la comercialización sin receta antes de que se presentara el proyecto de ley. La otra, Cadence Health, lleva años de ventaja en el proceso de solicitud con la FDA y no necesita los lineamientos que el proyecto de ley le pediría emitir a la agencia.

Los grupos que abogan por el derecho al aborto desestimaron la propuesta de ley como un truco para disfrazar la intención republicana de reprimir tanto el aborto como el acceso a los anticonceptivos.

“La legislación no es un intento genuino para ampliar la anticoncepción”, sostuvo Karen Stone, vicepresidenta de políticas públicas en el Planned Parenthood Action Fund. “Están posando para guardar las apariencias ante los votantes, pero no apoyan leyes existentes que de verdad ayudarían a la gente a tener acceso a métodos anticonceptivos sin receta”.

Miller-Meeks, que es médica, defendió el proyecto de ley, pues es una versión de la iniciativa de ley que ha estado promoviendo desde que sirvió en el Senado de Iowa.

“Adoptar un enfoque de mercado estimulará la inversión en el espacio de los anticonceptivos sin receta, sin controles de precio ni mandatos, lo cual aumentará el acceso a estos productos sin la intervención excesiva del gobierno”, señaló. “Como congresista provida, creo que prevenir los embarazos no deseados es crucial para proteger la santidad de la vida”.

Miller-Meeks, junto con las otras promotoras del proyecto de ley, entre ellas la representante de Oklahoma Stephanie Bice, se han opuesto a las iniciativas lideradas por los demócratas para salvaguardar el acceso a los métodos anticonceptivos. El año pasado, votaron con la gran mayoría de los republicanos en la Cámara de Representantes para bloquear una ley que garantizaría el acceso a los anticonceptivos en todo el país, un derecho que se vio amenazado nuevamente a partir de que la Corte Suprema anuló el caso Roe contra Wade. Los grupos antiaborto motivaron a los legisladores a oponerse a la medida, ya que afirmaban que su definición de anticonceptivos podía interpretarse para incluir píldoras que inducen el aborto. Solo ocho republicanos votaron con los demócratas a favor del proyecto de ley, y la mayoría ya no está en el Congreso.

Píldoras anticonceptivas en una encimera de cocina en una casa de Filadelfia, el 16 de noviembre de 2021. (Hannah Yoon/The New York Times).

La representante republicana de Iowa Mariannette Miller-Meeks habla con reporteros en el Capitolio en Washington, el 26 de abril de 2023. (Kenny Holston/The New York Times).

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