¿Cuán dañino resulta un segundo (tercer o cuarto) contagio de COVID-19?

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LOS RECONTAGIOS SE ESTÁN VOLVIENDO MÁS COMUNES. LOS EXPERTOS AÚN NO ESTÁN SEGUROS DE CUÁN DAÑINOS SON.

Los médicos y científicos que estudian el COVID-19 coinciden en que, para la mayoría de las personas, contagiarse por segunda (tercera o cuarta) vez es casi inevitable. Cuanto más tiempo permanezca el virus circulando, más frecuentes serán los contagios recurrentes, sobre todo a la luz del repunte del verano y de una nueva variante dominante.

Ninguna infección de COVID-19 está libre de riesgo, pero los investigadores están tratando de desentrañar hasta qué punto pueden ser perjudiciales los contagios recurrentes: si los síntomas tienden a ser más o menos graves de un brote al siguiente y si el riesgo de desarrollar COVID-19 prolongado aumenta después de varias enfermedades.

Marc Sala, codirector del Centro Integral COVID-19 de Northwestern Medicine, afirmó que faltan datos sobre ls consecuencias de esta enfermedad, incluida la proporción de personas con contagios recurrentes que desarrollan complicaciones a largo plazo; sin embargo, a continuación, lo que sabemos hasta ahora.

LO GRAVE DE LOS CONTAGIOS RECURRENTES

Para muchas personas que contraen COVID-19 varias veces, las infecciones posteriores serán tan leves como la primera o más, según muestran los nuevos datos, probablemente debido a la inmunidad parcial de infecciones anteriores, la vacunación y el hecho de que las últimas variantes que circulan suelen causar síntomas menos graves. Hay algunas excepciones, sobre todo entre algunas personas inmunocomprometidas, de edad avanzada o que hayan sufrido infecciones previas especialmente graves. Las personas que tuvieron una primera infección grave tienen más probabilidades de acabar hospitalizadas o de requerir atención médica por una reinfección, señaló Emily Hadley, científica de datos de investigación de RTI International, quien estudia el COVID-19 prolongado.

EL RECONTAGIO Y EL COVID-19 PROLONGADO

Las probabilidades de contraer COVID-19 prolongado por una reinfección son bastante impredecibles; varios expertos entrevistados para este artículo utilizaron la metáfora de la ruleta rusa. Cuanto más leves sean tus síntomas, menos probabilidades tienes de contraer COVID-19 prolongado, señaló Peter Chin-Hong, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de California, campus San Francisco. No obstante, cada vez que te contagias, sea cual sea la gravedad, siempre existe la posibilidad de que desarrolles síntomas más prolongados.

Un artículo publicado en la revista Nature Medicine el otoño pasado demostró que las personas con dos o más contagios por COVID-19 tenían más del triple de probabilidades de desarrollar problemas pulmonares y cardiacos, y más de 1,5 veces más probabilidades de padecer un trastorno neurológico, como niebla mental y accidentes cerebrovasculares, que las que solo se contagiaron una vez. El estudio utilizó datos recolectados en centros de salud del Departamento de Asuntos de Veteranos de Estados Unidos, por lo que los participantes solían ser mayores que la población general y en su inmensa mayoría varones, pero demostró, en términos bastante contundentes, que los contagios múltiples son peores que uno solo, aseveró uno de sus autores, Ziyad Al-Aly, jefe de investigación y desarrollo del Sistema Sanitario de Veteranos de San Luis.

Sala comentó que con frecuencia atiende pacientes que estaban más o menos bien después de su primer par de contagios y que terminan con COVID-19 prolongado a raíz de un tercer o cuarto contagio.

“El hecho de haber tenido la suerte de no presentar síntomas más persistentes no garantiza que no los vayas a tener la próxima vez”, afirmó.

Aun así, no es una conclusión inevitable que la reinfección aumente en definitiva el riesgo de desarrollar COVID-19 prolongado, dijo Fikadu Tafesse, virólogo de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón. “La reinfección es muy controvertida”, señaló. “Literalmente, hay información contradictoria al respecto dependiendo del artículo que leas. Así que no sé qué creer”.

Paul Sax, director clínico del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Brigham and Women's Hospital, afirmó que el riesgo general de desarrollar COVID-19 prolongado sigue siendo bajo y es mucho menor ahora que al principio de la pandemia, cuando las infecciones solían ser más graves.

El recontagio puede empeorar los síntomas en personas que ya tienen COVID-19 prolongado, aseveró Chin-Hong. Otras personas con esta enfermedad quizá no vean un cambio en sus síntomas.

BUENO, ¿Y AHORA QUÉ?

Es fácil tener una sensación de fatalismo ante el recontagio, afirmó Davey Smith, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de California, en San Diego, pero insistió en que puedes reducir el riesgo con medidas de sentido común, como cenar al aire libre cuando el clima es cálido y no salir con los amigos cuando están enfermos.

Aun así, hay muchas cosas que escapan a nuestro control. “Uno quiere evitarlo a toda costa, pero no estoy seguro de querer vivir en una burbuja para intentar no contraerlo”, explicó Chin-Hong.

También señaló que hay maneras de reducir el riesgo de complicaciones a largo plazo por COVID-19: este otoño estará disponible una vacuna actualizada, que ayuda a amortiguar el recontagio y antivirales como Paxlovid reducen el riesgo de desarrollar COVID-19 prolongado.

Chin-Hong asegura que acostumbra andar con un cubrebocas en el bolsillo, pero que no cancelaría un viaje ni evitaría abrazar a un amigo con el que se cruzara por miedo al virus. “Hago todo lo que está en mis manos”, concluyó. “Pero no tengo miedo”.

Los médicos y científicos que estudian el COVID-19 coinciden en que, para la mayoría de las personas, contagiarse por segunda (tercera o cuarta) vez es casi inevitable. Ninguna infección de COVID-19 está libre de riesgo, pero los investigadores están tratando de desentrañar hasta qué punto pueden ser perjudiciales los contagios recurrentes: si los síntomas tienden a ser más o menos graves de un brote al siguiente, y si el riesgo de desarrollar COVID-19 prolongado aumenta después de varias enfermedades. (Matt Chase para The New York Times)

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