MARTES, 15 de agosto de 2023 (HealthDay News) -- Millones de estadunidenses son adictos a las drogas o al alcohol, y millones más tienen dificultades con un familiar o un amigo adicto, encuentra una nueva encuesta.
Dos tercios de los encuestados dijeron que ellos o un familiar han sido adictos al alcohol o a las drogas, que han estado sin hogar debido a una adicción, o que han sufrido una sobredosis o muerto por el uso de drogas. Además, un 19 por ciento afirman que ellos mismos han sido adictos a las drogas o al alcohol, que han sufrido una sobredosis de drogas o que han estado sin hogar debido a una adicción.
"Es bastante sorprendente pensar que, cuando hablamos de la adicción y de los problemas con las drogas y el alcohol, en general hablamos como si fueran incidentes aislados", señaló Ashley Kirzinger, directora de metodología de las encuestas de la KFF (que antes se conocía como Kaiser Family Foundation).
"Pienso que lo que estamos viendo es que esto no es aislado", apuntó. "Está afectando casi a una mayoría de las familias estadounidenses, y cuando les preguntamos sobre el impacto que ha tenido en ellas, una gran parte afirman que los problemas de adicción han tenido un impacto en su salud mental y en la situación financiera de su familia. Pensar que es un problema tan generalizado en EE. UU. es bastante sorprendente".
Está afectando a todo el mundo, independientemente de dónde vivan, y de sus ingresos familiares, anotó. "No se trata de la persona típica con problemas de adicción. Parece que está afectando a las familias, sin importar su raza y etnia, sin importar sus ingresos, sin importar dónde viven", lamentó Kirzinger.
Se ha observado adicción en un 42 por ciento de las personas en áreas rurales, y en un 33 por ciento de los adultos blancos, añadió. Pero muchas personas no reciben ayuda. Apenas un 46 por ciento de las que tienen una adicción en sus familias dicen que esa persona recibió tratamiento. Entre los adultos blancos, un 51 por ciento recibieron tratamiento, en comparación con apenas un 35 por ciento de los adultos negros e hispanos.
Las familias afectadas por la adicción dicen que ha dañado las relaciones familiares (un 76 por ciento) y la salud mental (un 70 por ciento), al mismo tiempo que afecta a las finanzas familiares (un 57 por ciento).
A muchas familias también les preocupa que su ser querido adicto sufra una sobredosis o consuma fentanilo, una droga peligrosa y potente, de forma accidental.
Un punto positivo, dijo Kirzinger, es que más personas encuestadas dijeron que su médico había hablado con ellas sobre los peligros de los opioides recetados (un 57 por ciento), lo que incluye el peligro de adicción. Los médicos (un 60 por ciento) también eran más propensos a ofrecer fármacos alternativos para gestionar el dolor, apuntó.
Kirzinger también anotó que tanto los demócratas como los republicanos respaldan a los centros para el tratamiento de la adicción en su comunidad (un 90 por ciento), o hacer que el medicamento Narcan (naloxona), que puede revertir una sobredosis de opioides, esté disponible de forma gratuita en bares, clínicas de salud y estaciones de bomberos.
La encuesta, de más de 1,300 adultos de EE. UU., se realizó del 11 al 19 de julio, en línea o por teléfono.
"Estos hallazgos no son sorprendentes", afirmó Robyn Oster, asociada sénior de investigación en derecho y políticas de salud de Partnership to End Addiction. "Se han predicho más de 110,000 muertes por sobredosis en 2022, y más de 46 millones de personas reportaron que tenían un trastorno de consumo de sustancias en 2021, así que es inevitable que tantas personas tengan familiares afectados y que estén preocupadas sobre la salud mental y las crisis de adicción. El estigma generalizado y la falta de inversión han, predeciblemente, conducido a una falta de acceso a unos servicios necesarios".
Oster comentó que los analgésicos recetados son un factor en la epidemia de opioides.
"Un estudio de 2013 encontró que cuatro de cada cinco personas que usan heroína primero abusaron de un opioide recetado, y esto fue un importante factor contribuyente a cómo comenzó esta crisis de sobredosis", lamentó. "A medida que se hizo más difícil obtener estas recetas, debido a una emisión más estricta de recetas, el costo u otros factores, las personas cambiaron a la heroína y a otras drogas ilícitas y, ahora cada vez más, al fentanilo".
Pero casi la mitad de las personas que abusaron de un analgésico recetado lo obtuvieron de un amigo o pariente, ya fuera que se lo regalaran, lo compraran para ellos o lo tomaran sin pedírselo, anotó Oster.
"Algunas personas comienzan a usar sustancias para automedicarse o en un ambiente social", advirtió. "Ante un suministro de drogas cada vez más peligroso, el uso de sustancias puede ser peligroso incluso antes de que alguien se vuelva adicto".
Oster indicó que, dado el tamaño de la crisis, no hay suficientes recursos para respaldar a las personas afectadas por la adicción.
"Sabemos, tanto a partir de esta encuesta como de otras fuentes de datos nacionales, que muy pocas personas con una adicción reciben alguna atención, e incluso menos reciben una atención de calidad, lo que incluye a los medicamentos para el tratamiento de la adicción", explicó.
Hay muchos tratamientos y estrategias de reducción del daño disponibles, pero no están tan disponibles ni accesibles como deberían estar, observó Oster.
"Históricamente, estos servicios han recibido muy poca inversión, y se han separado del sistema de atención de la salud", dijo. "Con frecuencia, la adicción se ha abordado de manera punitiva en lugar de a través del método de salud pública que se necesita".
Además de una carencia de servicios para la adicción, pueden ser prohibitivamente caros, porque muchas aseguradoras no cubren los servicios para la adicción ni reembolsan a los proveedores de la misma forma que otros servicios de salud, advirtió Oster.
"Con frecuencia, no se provee atención en las cárceles y prisiones, donde la mayoría de las personas sufren de un trastorno de la salud mental o de consumo de sustancias", anotó.
Y se necesita más respaldo para las familias, enfatizó Oster.
"Con frecuencia, los servicios de respaldo para las familias impactadas por la adicción escasean y reciben pocos fondos, a pesar del gran volumen de familias afectadas y el impacto demostrado en la salud mental, las relaciones y las finanzas", añadió. "Debemos ampliar el acceso a un tratamiento de calidad, a la reducción de daños y a los servicios de recuperación, y hacer que sean más asequibles".
Más información
Aprenda más sobre la adicción a las drogas y el alcohol en la Asociación Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association).
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
FUENTES: Ashley Kirzinger, PhD, director, survey methodology, KFF; Robyn Oster, senior research associate, health law and policy, Partnership to End Addiction; KFF poll, Aug. 15, 2023