Cuando tenía casi 50 años, Celia Chen comenzó a experimentar algunos síntomas que no tenían explicación, como ansiedad, picos de glucosa en la sangre, acné y un dolor crónico en el hombro, todos los cuales atribuía a su trabajo tan estresante como ejecutiva de mercadotecnia en una empresa emergente, mismo que implicaba viajar en vuelos nocturnos y muchas horas de trabajo.
Después de cambiar de ginecólogo, a los 48 años se enteró de que estos cambios estaban relacionados con su transición a la menopausia, conocida como perimenopausia, y que el estrés que implicaba su trabajo no hacía más que empeorarlos. Chen cuenta que su médico le dijo: “Tu cuerpo te está pidiendo a gritos que te detengas”.
“Estaba hecha polvo”, añadió Chen.
Al final, Chen cambió su estilo de vida y, después de algunos meses, se fue a trabajar como consultora, lo que le permitió poder manejar su tiempo y los niveles de estrés.
Los síntomas que se asocian con la transición a la menopausia, mismos que pueden prevalecer una década, casi siempre son un lastre para la carrera profesional de las mujeres y aparecen en un momento en que tal vez estén a punto de tener funciones ejecutivas más importantes. En un estudio publicado este año por la Clínica Mayo, se reveló que el 15 por ciento de las mujeres perdían el empleo o reducían las horas de trabajo debido a los síntomas de la menopausia y que la pérdida de productividad les cuesta a las mujeres una cantidad aproximada de 1800 millones de dólares cada año. Los investigadores del Reino Unido también descubrieron que quienes reportaron al menos un síntoma perjudicial de la menopausia a la edad de 50 años tenían el 43 por ciento de más probabilidades de haber dejado su empleo antes de los 55 años.
Entonces, de la misma manera en que muchas empresas que buscan atraer y retener a las personas talentosas han ampliado sus paquetes de prestaciones para incluir los tratamientos para la infertilidad, los permisos por paternidad pagados y el cuidado de los niños, algunas están incluyendo la atención específica para la menopausia.
Estas prestaciones pueden incluir el acceso virtual al pequeño grupo de 1000 especialistas certificados del país, a los que puede ser difícil acceder en la localidad y la cobertura para los tratamientos hormonales que por lo general son muy costosos y que tal vez no estén incluidos en algunos planes de seguros médicos.
Para Sanofi, una compañía farmacéutica, añadir los incentivos de la menopausia era una “obviedad”, comentó Nathalie Grenache, vicepresidenta ejecutiva de población y cultura.
“Si realmente nos sentimos apoyadas en el ciclo de vida, ya sea en la maternidad o la menopausia, estaremos más comprometidas”, señaló. “Estoy segura de que la nueva generación es más exigente sobre eso”.
Los proveedores de servicios de apoyo empresarial para la menopausia afirman que ha habido una rápida aceptación. Peppy, una empresa inclusiva respecto al género dedicada a la salud a distancia fundada en 2018 en el Reino Unido, brinda apoyo para la menopausia en el lugar de trabajo y en enero comenzó a ofrecer sus servicios en Estados Unidos; EBay, Nvidia, Wiley and Capgemini son sus clientes. En octubre, el proveedor de prestaciones de atención médica Maven lanzó un producto relacionado con la menopausia, el cual, por medio de una aplicación, les brinda a las trabajadoras acceso a la salud a distancia con especialistas y terapeutas, así como acceso a salas de chat para hablar de sus experiencias y compartir recursos. En un lapso de nueve meses, ya se habían inscrito más de 150 empresas, comentó la directora general y fundadora de Maven, Kate Ryder. Se ha convertido en el producto de “más rápida venta en la historia de los productos de Maven”, añadió.
Más del 40 por ciento de las trabajadoras tienen al menos 45 años, edad en la que las mujeres casi siempre tienen su transición a la menopausia (aunque algunos estudios indican que las mujeres de color tal vez comiencen antes). Ese cambio —que marca el final de los años reproductivos de las mujeres— se caracteriza por una serie de síntomas, los cuales incluyen insomnio, bochornos y confusión mental. Los síntomas pueden ser debilitantes en buena medida debido a que hay pocas opciones eficaces de tratamiento y muy poca investigación sobre por qué y cómo la menopausia cambia el cuerpo.
Pese al alto costo y la experiencia común de la menopausia, en gran parte esta ha sido pasada por alto en el lugar de trabajo. Una encuesta realizada en 2023 por Bank of America reveló que el 58 por ciento de las mujeres no se sentían a gusto al hablar acerca de la menopausia en el trabajo porque parecía algo demasiado personal y porque les preocupaba que sus colegas las juzgaran.
No obstante, eso está cambiando a medida que más mujeres llegan a puestos de alto liderazgo, comentó Max Landry, codirector general de Peppy. “Las mujeres que van a pasar por la menopausia en los siguientes cinco a diez años no van a aceptar esto de la misma manera en que lo hizo la generación de mi madre”, afirmó.
Algunos juristas señalan que quizás las leyes actuales exijan que las empresas hagan ajustes relacionados con la menopausia, lo cual podría ir más allá de las prestaciones de atención médica específicas para la menopausia que incluyan flexibilidad de horarios o espacios para refrescarse. Según Liz Morris, subdirectora del Centro para la Ley de la Vida Laboral, una organización de defensoría e investigación en el Colegio del Derecho de la Universidad de California, estas leyes incluyen la nueva Ley para la Equidad de las Trabajadoras Embarazadas que entró en vigor en junio. Esa ley ordena que los patrones les ofrezcan ajustes a las trabajadoras embarazadas, que están en su recuperación posparto y tengan “padecimientos médicos relacionados”, los cuales, según Morris, podrían incluir el fin de la fertilidad.
Independientemente de que ese argumento aún sin probar se sostenga en los tribunales, las prestaciones empresariales no serán suficientes, señaló Jennifer Weiss-Wolf, directora ejecutiva del Centro de Liderazgo Femenino Birnbaum de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York. Weiss-Wolf explicó que se necesitan más investigaciones que puedan ayudar a evitar los síntomas en primer lugar y leyes que de manera explícita prohíban la discriminación.
Weiss-Wolf comentó que, en el mejor de los casos, las prestaciones empresariales “solo están atendiendo una pequeña parte del problema”.
Celia Chen, quien al principio atribuyó equivocadamente al estrés de su empleo como ejecutiva en mercadotecnia los síntomas que tenía a sus casi 50 años, en su casa de Venice, California, el 6 de diciembre de 2022. (Bethany Mollenkof/The New York Times)
Celia Chen, quien al principio atribuyó equivocadamente al estrés de su empleo como ejecutiva en mercadotecnia los síntomas que tenía a sus casi 50 años, en su casa de Venice, California, el 6 de diciembre de 2022. (Bethany Mollenkof/The New York Times)