El candidato presidencial asesinado el miércoles tenía un largo historial en la vida pública de Ecuador, en gran parte como antagonista al poder.
Líder sindical. Periodista de investigación. Legislador. Candidato presidencial. Y ahora, víctima de asesinato.
Fernando Villavicencio, quien fue derribado a tiros el miércoles en un mitin, tenía un largo historial en la vida pública ecuatoriana, en gran parte como antagonista de quienes ocupaban el poder. Destacó como líder sindical en la empresa petrolera estatal, Petroecuador, y luego tuvo un papel clave para dar a conocer un escándalo de corrupción relacionado con la gestión del expresidente Rafael Correa.
Correa, un socialista electo democráticamente, gobernó el país durante una década, hasta 2017. Un auge de las materias primas le ayudó a sacar a millones de personas de la pobreza, pero su estilo autoritario y las denuncias de corrupción en su contra dividieron profundamente al país.
Y Villavicencio estuvo “permanentemente en contestación al poder” de Correa, según Caroline Ávila, analista política ecuatoriana.
Como periodista, Villavicencio obtuvo documentos sobre un programa de vigilancia gubernamental que envió a WikiLeaks, pero que finalmente publicó por su cuenta. Algunos de sus trabajos le valieron amenazas de muerte y acusaciones que fueron muy criticadas por considerarse que tenían motivaciones políticas. Huyó a Perú en 2017 en busca de asilo político.
Ahí se reunió con una amiga de sus épocas universitarias en la Universidad Central de Ecuador. No tenía dinero para defenderse de las acusaciones que se le imputaban y se había visto obligado a dejar atrás a su esposa y dos hijos pequeños.
Se sentía “acosado y humillado”, relató la amiga, Grace Jaramillo, ahora politóloga en la Universidad de Columbia Británica.
Pero Correa dejó el cargo posteriormente ese año y Villavicencio volvió a casa. Logró una curul en la Asamblea Nacional, donde fungió como asambleísta hasta mayo, cuando la legislatura fue disuelta por el presidente Guillermo Lasso, que enfrentaba un juicio político por acusaciones de malversación de fondos.
La medida de Lasso también dio pie a unas elecciones presidenciales que se llevarán a cabo el 20 de agosto. Para su candidatura presidencial, Villavicencio, de 59 años, se presentó como el candidato anticorrupción. Representaba al Movimiento Construye, una amplia coalición, y también habló de temas de seguridad personal en un país que ha sido consumido por la violencia relacionada con el narcotráfico.
En una contienda con ocho candidatos, Villavicencio aparecía en los sondeos al medio, pero de acuerdo con Jaramillo, tenía esperanza de sus posibilidades. Fue abatido antes de que los votantes pudieran dar su veredicto.
Poco después del asesinato, Correa, el expresidente, acudió a las redes sociales.
“Han asesinado a Fernando Villavicencio”, escribió el expresidente en la plataforma X, antes Twitter. “Ecuador se ha convertido en un Estado fallido”.
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