Arthur AI, una empresa de inteligencia artificial de Nueva York, recibió en abril del año pasado un mensaje de una empresa emergente llamada OneOneThree. Yan Fung, director de tecnología en OneOneThree, mencionó que le interesaba comprar la tecnología de Arthur AI y quería una demostración.
Una semana después, Arthur AI sostuvo una reunión por Zoom con Fung para mostrarle su software, según los correos electrónicos y una grabación de video que vio The New York Times. Cuando el colega de Fung se unió a la llamada, el equipo de Arthur AI se dio cuenta de que había algo raro.
Fung comentó que Karina Patel, la “ingeniera principal” de OneOneThree, se iba a conectar. Sin embargo, el nombre que apareció en la llamada de Zoom fue Aparna Dhinakaran. Un empleado de Arthur AI reconoció el nombre: era el de la fundadora de Arize AI, una empresa emergente rival. “Es muy extraño… no sé cómo lograron conseguir el enlace”, afirmó el empleado de Arthur AI.
La nueva asistente se desconectó de inmediato y Fung aseguró que no conocía a Dhinakaran.
Más tarde, a partir de fotos en línea, Arthur AI dedujo que Fung era un empleado de Arize AI llamado Dat Ngo, según comentó una persona con conocimiento de la situación. OneOneThree parecía ser una empresa suya que estaba inactiva.
El mundo de la inteligencia artificial se ha vuelto cada vez más competitivo, conforme las grandes empresas tecnológicas y las empresas emergentes luchan por obtener clientes, talento, financiamiento y publicidad. A medida que se acelera la carrera por la tecnología, las grandes empresas han asaltado las universidades en busca de ingenieros, mientras que algunos de sus mejores talentos se han marchado para fundar sus propias empresas de inteligencia artificial. En meses recientes, los inversionistas de capital de riesgo también se han batido a duelo feroz para invertir en empresas de inteligencia artificial, ofreciendo grandes cantidades en avalúos altísimos.
La competencia entre las empresas emergentes de inteligencia artificial es especialmente intensa. Solo las que consiguen las sociedades adecuadas, los clientes más importantes y generan más expectación tienen la oportunidad de montar la ola de la euforia hacia el éxito.
Cuando la inteligencia artificial despertó interés en el pasado, algunas empresas se excedieron en las promesas respecto a lo que pueden hacer. Un estudio de 2019 que realizó MMC, una empresa de capital de riesgo con sede en Londres, descubrió que el 40 por ciento de las 2830 empresas emergentes europeas que estaban clasificadas como empresas de inteligencia artificial no utilizaba la tecnología de inteligencia artificial para ninguna razón empresarial concreta.
“Sabemos que la gente hará locuras para ganar ventaja”, afirmó Olivier Toubia, profesor de Economía del Comportamiento y Emprendimiento en la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia. Según Toubia, la competencia despiadada en la industria tecnológica, en especial en épocas de inversiones y oportunidades frenéticas, se remonta a la explosión de las puntocoms de finales de la década de 1990.
Muchas firmas vigilan a sus rivales y las empresas emergentes tecnológicas son conocidas por utilizar tácticas agresivas y poco convencionales para crecer lo más rápido posible. No obstante, la mayoría se abstiene de ciertos comportamientos excesivos como utilizar una identidad falsa o el nombre de otra empresa para hacerse pasar por un cliente.
El director ejecutivo de Arthur AI y un vocero de Arize AI se rehusaron a ofrecer comentarios. Dhinakaran y Ngo no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Arize AI y Arthur AI ofrecen software de “observabilidad”, el cual les ayuda a las empresas a supervisar y resolver problemas con modelos de inteligencia artificial. Lo más probable es que los clientes comparen las ofertas y elijan una.
Dhinakaran fundó Arize AI en 2020 en la bahía de San Francisco con Jason Lopatecki, un exejecutivo de TubeMogul, una empresa de tecnología publicitaria. La empresa emergente ha recaudado 61 millones de dólares de inversionistas como Battery Ventures, Foundation Capital, TCV y Trinity Ventures, lo que lleva su valor a 155 millones de dólares, según PitchBook, firma que monitorea las empresas emergentes.
En LinkedIn, Ngo aparece como fundador de OneOneThree Project, empresa que se describía como proveedora de investigación para redes de vehículos autónomos, desde junio de 2020 hasta julio de 2021. Durante ese tiempo, trabajó como científico de datos en la empresa de software Point Predictive y en la consultora fiscal Alliantgroup, según su perfil de LinkedIn. Se incorporó a Arize AI en enero de 2022.
Ngo registró una empresa llamada OneOneThree en Delaware en abril de 2021, un año antes de la reunión de Arthur AI y ocho meses antes de empezar a trabajar en Arize AI, según registros corporativos. OneOneThree no tenía sitio web en el momento de la reunión y enumera a dos exempleados, incluido Ngo, en LinkedIn. El registro de OneOneThree no ha estado activo desde marzo, según un archivo y un representante del secretario de Estado de Delaware.
OneOneThree también apareció en una lista de contactos de clientes de WhyLabs, otra empresa emergente de inteligencia artificial que compite con Arize, lo cual indica que OneOneThree se inscribió para una demostración o asistió a un evento organizado por WhyLabs, según la persona con conocimiento de la situación. En la llamada con Arthur AI, Ngo, quien aparecía como Fung, señaló que OneOneThree había revisado el software de WhyLabs y le habían gustado algunos aspectos, pero que “no profundizaba lo suficiente para mí”.
Antes de esa reunión de Zoom el año pasado entre Arthur AI y OneOneThree, la persona que se hizo llamar Fung explicó que OneOneThree estaba en “modo oculto”, por eso no tenía sitio web, comentó la persona con conocimiento de la situación.
Arthur AI le pidió a Fung que firmara un acuerdo mutuo de confidencialidad, un requisito común entre las empresas tecnológicas para proteger secretos comerciales. Fung le pidió a Arthur AI “postergar el acuerdo de confidencialidad”, según los mensajes que vio el Times. La empresa accedió.
Durante la llamada, Ngo respondió a las preguntas de Arthur AI sobre OneOneThree, según la grabación de video de la reunión. Luego dijo que su colega Patel se iba a conectar.
En ese momento apareció el nombre de Dhinakaran en pantalla, antes de desconectarse con rapidez. La reunión quedó en silencio. Según la grabación, un empleado de Arthur AI le preguntó a Ngo si conocía a Dhinakaran y por qué la fundadora de una empresa emergente competidora querría ver la demostración.
“No, no es alguien que yo conozca”, respondió.
Poco después de la llamada, un empleado de Arthur AI confrontó a Ngo en un mensaje de LinkedIn, según una persona con conocimiento del intercambio. Ngo respondió tratando de reclutar al empleado de Arthur AI para Arize AI, mencionó la persona.
(c) The New York Times
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