El año pasado, después de vivir una ruptura, Connie Li, ingeniera informática, volvió a las aplicaciones de citas dispuesta a adentrarse de nuevo en ese mundo. Pero muchos de los hombres que se ponían en contacto con ella parecían querer algo casual, así que probó algo nuevo.
Inspirada por las largas biografías de citas parecidas a currículums que había visto en internet, redactó su propio perfil. En un archivo más largo que este artículo creado en Notion, la aplicación para tomar notas, Li, de 33 años, se describía como monógama, bajita y propensa a usar conjuntos coloridos. Añadió que sin duda fue un gato en una vida anterior, “solo uno de esos raritos de tiendita a los que les gusta la gente”.
Compartió el documento en las redes sociales, lo que sus creadores han dado en llamar “documento de ligue”, y las respuestas empezaron a llegar.
“Hay algo un poco tonto en los ‘documentos de ligue’ que me recuerda a los primeros días de internet”, comentó Li, refiriéndose a la manera en que la gente solía conocerse en AIM, el ya desaparecido servicio de mensajería instantánea de la compañía America Online, también conocida como AOL. “Sigo usando las aplicaciones, aunque en los últimos meses me he retirado en gran medida, pues no parecen funcionarme a la hora de conseguir parejas serias”.
Li, que acaba de mudarse de Nueva York a San Francisco, forma parte de un pequeño pero creciente grupo de personas que utilizan documentos compartibles en línea —generalmente Google Docs— para encontrar el amor. Los “documentos de ligue” son a la vez una tendencia emergente y una reliquia de una época pasada, más parecidos a los anuncios personales de los periódicos que a cualquier biografía publicada en una aplicación basada en algoritmos.
Desde que escribió su perfil el otoño pasado, Li ha tenido unas quince primeras citas con hombres que se pusieron en contacto con ella después de leerlo.
La popularidad de los “documentos de ligue” entre algunos urbanitas se produce en medio de señales de agotamiento de las aplicaciones de citas y de cada vez más solicitudes de servicio a casamenteros profesionales, así como a TikTok, Instagram u otras redes sociales para encontrar pareja. Según un informe de Morgan Stanley, las principales aplicaciones de citas registraron un descenso en el número de usuarios el año pasado.
En comparación con el número de personas que utilizan aplicaciones de citas —alrededor de un tercio de los adultos en Estados Unidos han utilizado alguna vez una, según una encuesta del Centro de Investigaciones Pew realizada el año pasado—, el número de creadores de “documentos de ligue” es pequeño y se limita sobre todo a personas que trabajan en el sector tecnológico y viven en las principales ciudades de Estados Unidos.
Es difícil saber exactamente cuántos “documentos de ligue” existen, dado que algunas personas no publican sus perfiles, sino que los envían a alguien si están interesadas. Una base de datos compilada por un creador de “documentos de ligue” incluía más de cien “documentos de ligue” de personas de ciudades como Londres, Chicago, Toronto, Dayton (Ohio) y Denver. Otra incluye perfiles de Seattle, Ottawa, São Paulo (Brasil) y Los Ángeles.
Los “documentos de ligue” no siguen una estructura fija, pero suelen ser documentos de texto sin formato que incluyen edad, sexo, orientación sexual, aficiones e intereses, así como algunos de los mejores y peores atributos del autor. Algunos parecen páginas web refinadas, con un diseño limpio, fotografías y pistas de música incrustadas. Otros parecen más bien currículos ampliados.
José Luis Ricón, que trabaja en una empresa de biotecnología en Silicon Valley, aseguró que decidió hacer un “documento de ligue” después de una serie de citas mediocres con mujeres que había conocido en aplicaciones de citas. En el último año, Ricón, un madrileño de 30 años, ha tenido citas con cuatro de las seis mujeres que se pusieron en contacto con él tras leer su biografía. “Aunque sea la primera vez que sales con alguien, ya hay mucho terreno compartido”, afirmó, pues otros creadores de “documentos de ligue” estaban en su extensa red social.
Cerca de la mitad de las personas que han utilizado aplicaciones de citas han tenido experiencias positivas, según la encuesta de Pew, en la que participaron 6034 personas en Estados Unidos. Pero la insatisfacción pudiera estar aumentado. El año pasado, el 46 por ciento de los usuarios dijeron que sus experiencias en general habían sido negativas, ligeramente por encima del 42 por ciento en 2019, según la encuesta.
Las mujeres eran más propensas a tener experiencias negativas que los hombres. Alrededor de dos tercios de las mujeres menores de 50 años en aplicaciones de citas dijeron que habían recibido amenazas físicas, experimentado contacto continuo no deseado de un ligue, les habían dicho algo ofensivo o les habían enviado mensajes o imágenes sexuales no solicitados.
Estas experiencias han llevado a algunas personas a buscar maneras alternativas de encontrar el amor. Aunque los “documentos de ligue” aún no están muy extendidos, son un posible antídoto contra ese agotamiento, señaló Jessica Engle, terapeuta y asesora de citas afincada en la zona de la Bahía de San Francisco.
Engle describió los “documentos de ligue” como un híbrido entre los antiguos sitios de citas (que, a diferencia de las aplicaciones de citas, permiten a las personas escribir perfiles más largos) y la búsqueda tradicional de pareja, que tiende a producirse orgánicamente dentro del círculo social de una persona. “Las limitaciones pueden ser que hay menos gente que se dedique a este modo de conocer gente, por lo que habrá menos coincidencias”, explicó.
Los “documentos de ligue” no son para todo el mundo, dijo Steve Krouse, de 29 años, que creó el año pasado una base de datos centralizada de “documentos de ligue” tras verlos publicados en diferentes sitios web. “Tienes que formar parte de una extraña cultura de internet, de código abierto”, agregó. A la hora de elaborar su propio “documento de ligue”, Krouse, que vive en el barrio neoyorquino de Brooklyn, escribió que le daba vergüenza bailar en público y que no le gustaba viajar, para que las personas que consideraran esas preferencias como poco interesantes supieran que no debían ponerse en contacto con él.
Reconocía que una descripción en línea no es suficiente. Aun así, dijo que le parecía más eficaz que otros métodos para encontrar pareja.
“Nunca en mi vida he ido a un bar a conocer a un desconocido”, dijo. “No puedo ni imaginármelo”.
Connie Li en su casa de San Francisco, el 29 de julio de 2023. (Michaela Vatcheva/The New York Times)
Steve Krouse, que creó una base de datos centralizada de “documentos de ligue” tras verlos publicados en diferentes sitios web, en Nueva York, el 30 de julio de 2023. (Jackie Molloy/The New York Times)