En menos de tres años, la NASA podría estar probando un cohete nuclear en el espacio.
La agencia espacial y la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA, por su sigla en inglés) anunciaron el miércoles que Lockheed Martin había sido seleccionado para diseñar, construir y probar un sistema de propulsión que algún día podría acelerar a los astronautas en un viaje a Marte.
BWX Technologies, con sede en Lynchburg, Virginia, construirá el reactor de fisión nuclear en el corazón del motor.
El programa de 499 millones de dólares se llama DRACO, sigla en inglés de cohete de demostración para operaciones ágiles cis lunares.
Un número que lo resume: 3 a 4 meses para llegar a Marte
¿Qué pasaría si una nave espacial pudiera llegar a Marte en la mitad del tiempo que tarda actualmente?
Aproximadamente cada 26 meses, Marte y la Tierra están lo suficientemente cerca como para un viaje más corto entre ambos mundos. Pero, incluso en ese momento, es un viaje bastante largo, que dura de siete a nueve meses. La mayor parte del tiempo, la nave espacial solo se mueve por el espacio.
Pero si la nave espacial pudiera continuar acelerando durante la primera mitad del viaje y, luego, comenzar a reducir la velocidad de nuevo, el tiempo de viaje podría reducirse de forma drástica. Los motores de cohetes actuales, que por lo general se apoyan en la combustión de elementos como el hidrógeno o el metano con oxígeno, no son lo suficientemente eficientes para lograr eso; no hay suficiente espacio en la nave espacial para transportar tanto propulsor.
Pero las reacciones nucleares, que generan energía a partir de la división de los átomos de uranio, son mucho más eficientes.
El motor del DRACO consistiría en un reactor nuclear que calentaría hidrógeno desde una helada temperatura de -250 grados Celsius hasta una temperatura de 2426 grados Celsius, donde el gas caliente saldría disparado desde una boquilla para generar el impulso. Una mayor eficiencia de combustible podría acelerar los viajes a Marte y reducir la cantidad de tiempo que los astronautas pasan expuestos al entorno peligroso del espacio profundo.
La propulsión nuclear también podría tener usos más cerca de casa, razón por la cual DARPA está invirtiendo en el proyecto. La tecnología podría permitir maniobras rápidas de satélites militares en órbita alrededor de la Tierra.
Antecedentes: Volver al futuro
La propulsión nuclear para el espacio no es una idea nueva. En las décadas de 1950 y 1960, el Proyecto Orión –financiado por la NASA, la Fuerza Aérea y DARPA– contempló el uso de explosiones de bombas atómicas para acelerar naves espaciales.
Al mismo tiempo, la NASA y otras agencias también emprendieron el Proyecto Rover y el Proyecto NERVA, esfuerzos que tenían como objetivo desarrollar motores termonucleares similares en concepto a los que busca en la actualidad el programa DRACO. Se construyó y probó una serie de 23 reactores, pero nunca se lanzó ninguno al espacio. Hasta el final de este programa en 1973, la NASA había contemplado el uso de reactores nucleares para impulsar sondas espaciales a Júpiter, Saturno y más allá, así como para proporcionar energía en una base lunar.
“Las capacidades técnicas, incluidos los primeros protocolos de seguridad, siguen siendo viables hoy”, afirmó Tabitha Dodson, coordinadora del proyecto DRACO, en una conferencia de prensa el miércoles.
Una diferencia clave entre NERVA y DRACO es que NERVA usó uranio apto para armas en sus reactores, mientras que DRACO usará una forma de uranio menos enriquecida.
Se tiene previsto que el reactor no se encienda hasta que llegue al espacio, parte de las precauciones para minimizar la posibilidad de un accidente radiactivo en la Tierra.
“DRACO ya realizó todos nuestros análisis preliminares en el espectro de posibilidades de accidentes y reveló que estamos en la parte más baja de probabilidad y la diminuta cantidad de liberación”, afirmó Dodson.
Lo que sigue: un vuelo de prueba en órbita
Se tiene previsto que el desarrollo de DRACO culmine con un vuelo de prueba del motor termonuclear. Kirk Shireman, vicepresidente de Lockheed Martin, afirmó que el lanzamiento estaba programado actualmente para finales de 2025 o principios de 2026.
Lo más probable es que la nave espacial de demostración orbite a una altitud de entre 700 y 1995 kilómetros, aseveró Dodson. Eso es lo suficientemente alto como para garantizar que permanezca en órbita durante más de 300 años, es decir, el tiempo suficiente para que los elementos radiactivos en el combustible del reactor se descompongan a niveles seguros, explicó.
© The New York Times 2023