La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) de Estados Unidos ha autorizado una prueba de sangre capaz de identificar a las mujeres embarazadas en peligro inminente de desarrollar una forma grave de hipertensión llamada preeclampsia, que es la causa principal de discapacidad y muerte entre las mujeres gestantes.
Este trastorno afecta de manera desproporcionada a las mujeres negras de Estados Unidos y tal vez haya contribuido a la reciente muerte de Tori Bowie, una estrella del atletismo que ganó medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 2016. Dos de sus compañeras de equipo, también negras (Allyson Felix y Tianna Bartoletta), igualmente desarrollaron preeclampsia en sus embarazos.
Es posible que esta nueva prueba nos ofrezca una advertencia previa e identifique cuáles de las muchas mujeres embarazadas que tienen síntomas de preeclampsia desarrollarán este padecimiento potencialmente mortal en las siguientes dos semanas.
“Es innovador y revolucionario”, dijo acerca de la prueba Doug Woelkers, profesor de Medicina Materno Fetal en la Universidad de California, campus San Diego. “Es el primer avance en el diagnóstico de la preeclampsia desde la primera década del siglo XX, cuando se definió inicialmente la enfermedad”.
Sin embargo, debido a que no existe un tratamiento eficaz para la preeclampsia, la cual casi siempre disminuye después del nacimiento, no se sabe hasta qué grado esta prueba mejorará los resultados y salvará vidas.
“Excepto la salida del bebé, lo cual es casi el último recurso, no contamos con ningún tratamiento que revierta o cure la preeclampsia”, señaló Woelkers.
La nueva prueba de sangre, elaborada por Thermo Fisher Scientific, ya ha estado disponible en Europa durante varios años. Está pensada para las mujeres embarazadas que están hospitalizadas debido a un trastorno de la presión arterial en las semanas 23 a 35 de gestación.
La prueba es capaz de determinar, con un 96 por ciento de precisión, quién no desarrollará preeclampsia dentro de las dos semanas siguientes y puede ser dada de alta con seguridad. Por otra parte, dos terceras partes de las mujeres que tienen un resultado positivo desarrollarán una preeclampsia grave en ese tiempo y tal vez sea necesario sacar a su bebé antes de término.
Distinguir entre los dos grupos de mujeres es un reto que desde hace mucho tiempo ha frustrado a los médicos.
“Las señales de advertencia de la preeclampsia no son muy concretas”, explicó Sarosh Rana, profesora de Ginecología y Obstetricia en la Universidad de Chicago que ha analizado esta prueba. “Muchas mujeres presentan edema y dolor de cabeza”. (Edema significa inflamación).
“Pero en realidad no sabemos cuáles de esas pacientes tienen un mayor riesgo de tener resultados en verdad adversos”, comentó Rana.
La preeclampsia afecta a aproximadamente uno de cada 25 embarazos y su incidencia en Estados Unidos ha ido en aumento en los últimos años. El problema casi siempre comienza más o menos a la mitad del embarazo, aunque puede presentarse después del nacimiento y puede dar origen a una enfermedad llamada eclampsia, misma que puede provocar convulsiones e incluso la muerte.
En Estados Unidos, las tasas de preeclampsia son mucho más elevadas entre las mujeres negras, las cuales tienen tres veces más probabilidades que las mujeres blancas de sufrir algún daño renal o morir como consecuencia de la enfermedad. Del mismo modo, las mujeres negras tienen mayores probabilidades de perder a su bebé.
La prueba de sangre mide la proporción de dos proteínas que son producidas por la placenta. Un estudio publicado en el mes de noviembre en la revista New England Journal of Medicine realizó el seguimiento, de 2019 a 2021, de 1014 mujeres embarazadas hospitalizadas con un trastorno de hipertensión de embarazo en dieciocho centros médicos de Estados Unidos. Solo menos de una tercera parte eran negras y el dieciséis por ciento eran latinas.
Los investigadores descubrieron que había un gran desequilibrio de las dos proteínas en la sangre de las mujeres que desarrollaron preeclampsia grave. Quienes tenían las proporciones más amplias tuvieron una probabilidad del 65 por ciento de desarrollar preeclampsia grave y dar a luz dentro de las dos semanas siguientes, ya fuera de manera espontánea o mediante inducción.
“Si los niveles se encuentran entre los más elevados, la paciente da a luz en unos cuantos días”, señaló Ravi Thadhani, uno de los autores del estudio.
Las mujeres que presentan síntomas de preeclampsia, pero cuyo resultado de la prueba es negativo, pueden regresar con tranquilidad a su casa, pero quizás les tengan que repetir la prueba cada dos semanas, explicó Rana.
La preeclampsia se desarrolla de manera acelerada y, sin la prueba de sangre, las señales de advertencia pueden ser confusas.
“Es factible que una mujer se sienta bien y esté completamente sana con un funcionamiento normal de riñón e hígado, que estos órganos fallen en un lapso de 24 a 48 horas y ella presente inflamación cerebral y convulsiones”, puntualizó Thadhani. “Esa es la parte aterradora de la enfermedad”.
La preeclampsia, la cual se presenta en aproximadamente uno de cada 25 embarazos, afecta de manera desproporcionada a las mujeres negras en Estados Unidos. (Alice Proujansky/The New York Times)