Por primera vez, la encefalopatía traumática crónica, o CTE, una enfermedad cerebral degenerativa, se diagnosticó en una atleta profesional, informaron los investigadores.
Se descubrió que Heather Anderson, una jugadora de fútbol australiano que murió el año pasado, tenía CTE, de acuerdo como lo explican los investigadores en un artículo publicado en Acta Neuropathologica, una revista científica arbitrada.
“A medida que crece la participación de mujeres en los deportes profesionales de contacto, parece probable que se identifiquen más casos de CTE en atletas femeninas”, se explica en el informe. “Dada la mayor susceptibilidad de las mujeres a las conmociones cerebrales, existe una necesidad urgente de reconocer los riesgos e instituir estrategias y políticas para minimizar las lesiones cerebrales traumáticas en los deportes de contacto femeniles, que cada vez son más populares”.
Anderson comenzó a jugar fútbol australiano cuando tenía 5 años y llegó a competir en la liga femenina más importante de ese deporte con el equipo de los Crows de Adelaida. Una lesión en el hombro la llevó a retirarse a los 23 años en 2017. A los 28 años, se suicidó, según dijo su familia. Anderson tuvo una conmoción cerebral confirmada en su carrera y su familia sospecha que hasta cuatro más, pero estas no se diagnosticaron formalmente.
“Fue una sorpresa, pero no una sorpresa”, dijo su padre, Brian, sobre el diagnóstico en el programa televisivo “7.30” transmitido por Corporación de Radiodifusión Australiana. “Y creo que ahora que se ha publicado este informe, estoy tratando de pensar en cómo podría resultar para las deportistas de todo el mundo”.
A la larga, la CTE puede dar paso a depresión, pérdida de memoria y cambios en la personalidad, incluido el comportamiento agresivo. La enfermedad empeora cuanto más tiempo compite un atleta en deportes de contacto. La CTE solo se puede diagnosticar póstumamente; la familia de Anderson donó su cerebro al Australian Sports Brain Bank para investigación.
Los investigadores encontraron tres lesiones en el cerebro de Anderson que indicaron la presencia de CTE en etapa temprana, lo que se esperaría dada su corta edad.
La gran mayoría de los casos de CTE se han presentado en hombres, especialmente en aquellos que participaron en deportes de contacto durante muchos años, incluidos los jugadores de fútbol americano Junior Seau, Ken Stabler, Frank Gifford, Mike Webster y Andre Waters. así como boxeadores y jugadores de fútbol australiano y rugby. Se descubrió que Aaron Hernandez, el jugador de la NFL que fue condenado por asesinato en 2015 y que se suicidó a los 27 años, tenía un daño grave causado por CTE similar al de un jugador de 60 años.
Previamente, solo se habían encontrado un puñado de casos en mujeres y ninguno antes en una atleta profesional, según los investigadores.
Los deportes de contacto para mujeres, en particular el rugby, están en auge en muchas regiones. En 2017, comenzó una liga femenina de fútbol australiano de primer nivel; Anderson jugó en la primera gran final de esa liga.