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La decisión de la corte de poner fin a la discriminación positiva en las universidades podría alterar la forma en la que los estudiantes solicitan ingresar a ellas.
Es posible que los estudiantes cambien los temas de sus ensayos personales para las universidades. Y que ya no se torturen más por dar exámenes como el SAT y el ACT.
¿En cuanto a los hijos de exalumnos? La presión se inclina a poner fin a su ventaja en la competencia de admisiones.
Se espera de manera generalizada que el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos del jueves que puso fin a las admisiones basadas en la raza conduzca a una caída dramática en el número de estudiantes negros e hispanos en universidades selectivas.
Pero la decisión de la corte podría tener otras consecuencias inesperadas, ya que las universidades tratan de cumplir con la ley pero también admitir una clase diversa de estudiantes.
El ensayo personal se vuelve más importante
La Corte Suprema destacó que los estudiantes podían resaltar sus antecedentes raciales o étnicos en el ensayo universitario.
“Nada en esta decisión debe interpretarse como una prohibición a las universidades de considerar lo que exponga un solicitante sobre cómo la raza afectó su vida, ya sea por discriminación, inspiración o de otra manera”, escribió el presidente de la Corte Suprema, John G. Roberts Jr.
Pero el juez Roberts también advirtió que el ensayo no podía usarse como una forma subrepticia de dejar entrever la raza.
Eso significa que los ensayos universitarios pueden cambiar fundamentalmente en tono, forma y en los temas que se elijan.
“Ahora los estudiantes escriben sobre su entrenamiento de fútbol; escriben sobre la muerte de su abuela”, dijo Shannon Gundy, oficial de admisiones de la Universidad de Maryland, en una presentación reciente patrocinada por el American Council on Education.
Gundy agregó: “Ellos no escriben sobre sus pruebas y tribulaciones. No escriben sobre los desafíos que han tenido que experimentar”.
Menos escuelas requerirán pruebas estandarizadas, como el SAT y el ACT
En parte por la pandemia de coronavirus, alrededor de 1900 colegios y universidades eliminaron las pruebas estandarizadas como requisitos de admisión, al menos temporalmente, y pasaron a admisiones sin pruebas o con exámenes opcionales.
Ahora, algunas universidades pueden eliminar esos requisitos de forma permanente, en respuesta a los críticos que dicen que las pruebas favorecen a los estudiantes de familias más ricas.
Eliminar los puntajes de las pruebas también podría proteger a las escuelas de demandas. Students for Fair Admissions, el demandante en los casos de la Corte Suprema, se basó en gran medida en estos resultados en su caso contra Harvard.
Los datos publicados por el College Board, que administra el SAT, revelan que los estudiantes cuyas familias se encuentran en el nivel económico más alto obtienen 100 puntos más que los que se encuentran en el nivel más bajo. Las disparidades raciales en los puntajes de las pruebas son aún más marcadas. En 2022, los estudiantes blancos obtuvieron un promedio de 1098 mientras que los estudiantes negros obtuvieron un promedio de 926.
Las oficinas de admisiones podrían ir aún más lejos, como el sistema de la Universidad de California, que se ha vuelto “ciego ante las pruebas”, lo que significa que no analizará los puntajes de estos exámenes, incluso si los estudiantes los envían con su solicitud.
Las preferencias por los ricos podrían terminar
La mayoría de las universidades se ha resistido durante mucho tiempo a eliminar una práctica de admisión muy criticada: dar un empujón a los hijos de exalumnos, donantes y profesores.
Pero eso puede ser más difícil ahora. En su opinión, el juez Neil M. Gorsuch criticó a Harvard por no eliminar esa preferencia.
Y el presidente Biden prometió el jueves que el Departamento de Educación analizaría “prácticas como las admisiones heredadas y otros sistemas que amplían el privilegio en lugar de la oportunidad”.
Biden no es el primer ocupante de la Oficina Oval que cuestiona las admisiones heredadas. El presidente George W. Bush, quien siguió a su padre y su abuelo a Yale, dijo en 2004 que pensaba que deberían eliminarse.
Las escuelas generalmente quieren mantener estas preferencias, diciendo que construyen una comunidad y ayudan en la recaudación de fondos. Solo un puñado de universidades selectivas las ha eliminado, incluido el Instituto de Tecnología de California, la Universidad Johns Hopkins y el Amherst College.
Una nueva medida del mérito: los índices de adversidad
Tras el fallo, el presidente Biden también pidió “un nuevo estándar” para juzgar a los solicitantes. Además de los puntajes de las pruebas y las calificaciones, sugirió que las escuelas midan la “adversidad que ha superado un estudiante”.
“El joven que enfrentó desafíos más difíciles ha demostrado más coraje, más determinación, y eso debería ser un factor”, dijo Biden.
Algunas escuelas ya están teniendo en cuenta los antecedentes de un estudiante en su proceso de admisión. La facultad de medicina de la Universidad de California, Davis, evalúa a los solicitantes en función de un índice de desventaja socioeconómica (SED, por sus siglas en inglés).
Las universidades profundizarán en el reclutamiento
Las universidades selectivas están acostumbradas a que los solicitantes acudan a ellas. Ahora, muchas más saldrán en busca de posibles estudiantes.
La Universidad de Virginia, por ejemplo, anunció un plan este mes para enfocarse en 40 escuelas secundarias en ocho regiones del estado que tenían poco historial de envío de solicitantes.
Un análisis realizado por la universidad encontró que solo el seis por ciento de los estudiantes en las escuelas más desfavorecidas del estado aplicaron.
Un programa de la Universidad de California podría servir como modelo. El programa ha brindado apoyo académico y asesoramiento sobre sus procesos de admisión a miles de estudiantes de secundaria en comunidades de bajos ingresos.
Stephanie Saul es una reportera sobre temas de educación a nivel nacional con sede en Nueva York.