NUEVA YORK — Las fotos aparecieron por primera vez en un tablero de anuncios de internet a principios de este año, tomadas de manera clandestina mientras Erick Adame, un conocido presentador del clima de la televisón neoyorquina, realizaba actos sexuales desnudo en un sitio de webcam para adultos.
Adame estaba mortificado. Dijo que había dejado esas exhibiciones —las cuales había llegado a considerar como una necesidad compulsiva de comportamiento sexual arriesgado— un mes antes.
Sin embargo, esta primavera, un remitente desconocido envió correos electrónicos y paquetes con más fotos de Adame, de 39 años, a Spectrum NY1, la cadena de televisión en la que hacía el informe meteorológico de la mañana. Luego, las fotos llegaron a la casa de su madre.
La semana pasada, tras la llegada de la última ronda de fotos, NY1 despidió a Adame.
La persona que envió las fotografías parecía estar decidida a avergonzar o perjudicar a Adame. Sin embargo, a raíz de su despido, que hizo público en una publicación en Instagram, surgió una ola de apoyo hacia él en internet. Famosos y políticos salieron en su defensa, como Cynthia Nixon, actriz y excandidata a gobernadora de Nueva York, la asambleísta Yuh-Line Niou y el concejal Erik Bottcher.
Ahora, Adame se encuentra en el centro de un debate sobre si los empleadores deberían vigilar las actividades legales de sus trabajadores fuera de las horas de trabajo en internet, sobre todo en un momento en que la vida sexual de muchas personas se desarrolla cada vez más en internet, y en el que los estadounidenses se han vuelto más abiertos de mente sobre el sexo en general.
Adame y sus partidarios han argumentado que es una víctima, tanto de un empleador mojigato como de la pornografía de venganza, un problema creciente que ha afectado hasta a diez millones de estadounidenses y que fue prohibido en Nueva York en 2019. Adame también describió su comportamiento como la manifestación de un problema de salud mental que lo llevó a actuar para otros hombres y a participar en cibersexo con personas anónimas en línea durante años, y luego a buscar tratamiento psiquiátrico.
Pero el caso de Adame se complica también por otros factores, como su papel de personalidad televisiva, un puesto inusualmente público. Las empresas de radiodifusión suelen exigir a sus empleados que firmen contratos con cláusulas morales, las cuales les otorgan el poder de despedir a los empleados por una amplia gama de comportamientos (desde arrestos hasta tuits ofensivos) que puedan dañar la imagen pública de la corporación.
Patricia Sánchez Abril, profesora de Derecho Mercantil en la Universidad de Miami, aseguró que el caso de Adame no estaba nada claro. Afirmó que su despido subraya la “época borrosa” en la que vivimos, en la que el internet ha ampliado el alcance de la expresión de la gente normal.
“Esto no es una victoria clara para ninguna de las partes”, señaló. “Hay un elemento potencial de salud mental, hay un elemento de victimización, y está el hecho de que hay cosas que se hacen en privado y cosas que se hacen en público, y él acaba de juzgar mal la línea entre las dos”.
Y añadió: “Hay una pregunta real acerca de si, como figura pública, en una posición de confianza, tienes la responsabilidad de mantener ciertas cosas ocultas”.
Dos empleados de Spectrum que supieron de las discusiones que llevaron al despido de Adame relataron que la decisión había sido complicada y que la empresa trabajó con él durante varios meses para evitar este desenlace. Ninguna de las dos personas discutió la cronología de los acontecimientos de Adame.
Cuando se les preguntó qué había cambiado entre marzo y septiembre para justificar su despido, remitieron a un periodista a las redes sociales donde circulaban imágenes de las actuaciones de Adame. En algunas de ellas, Adame al parecer hace referencia a su empleador, pero Adame rechazó abordar el contenido específico de las actuaciones o las imágenes tomadas sin su conocimiento.
Adame dijo que creía que el carácter prolongado y de meses de duración de las filtraciones de fotografías llevó a Spectrum a un punto de ruptura.
Los problemas comenzaron para Adame en diciembre, cuando alguien hizo capturas de pantalla de él durante una de esas sesiones. Las fotos aparecieron en los tableros de anuncios de LPSG, un sitio web que dice prohibir la pornografía vengativa pero en el que los usuarios publican fotos de otras personas desnudas sin su conocimiento o consentimiento.
Enviaron esas imágenes a su empleador en marzo, pero en los meses siguientes Adame señaló que se dio cuenta de que quien tomó las fotos lo había estado grabando en secreto durante algún tiempo. A finales del verano, se enviaron varios lotes de fotografías a su empleador y a su madre.
El lunes, Adame presentó un procedimiento judicial en virtud de las disposiciones de la Ley de Derechos Civiles de Nueva York que cubre la pornografía vengativa, con el fin de obligar a la empresa matriz de LPSG a proporcionarle información de identificación sobre las personas que publicaron sus fotos, para que pueda presentar una denuncia penal o una demanda.
Adame pidió a Spectrum que le diera la dirección de correo electrónico de la que recibió las imágenes, pero dijo que aún no se la han dado. Un abogado de la empresa matriz de LPSG, Lawrence G. Walters, aseguró que la empresa cumpliría con la citación enviada por Adame “siempre y cuando sea aprobada por el tribunal”.
Walters afirmó que su cliente, con sede en Europa, había “asistido a Adame en varias ocasiones con sus peticiones de eliminar los chismes publicados por los usuarios sobre el incidente y los enlaces al contenido”.
Adame señaló que le dijo a su empleador que las fotografías fueron tomadas sin su consentimiento, que estaba en tratamiento por su comportamiento compulsivo y que dejó de usar sitios de cámaras web en diciembre de 2021. Spectrum aceptó su explicación, dijo, pero le aclaró que podría verse obligado a tomar medidas si surgían nuevas fotos o si seguía utilizando sitios de webcam.
En junio, su empleador le dijo que había recibido más fotografías. Esas fotos eran diferentes a las que le enviaron en marzo, y Spectrum se preguntó si había vuelto a utilizar sitios de webcam.
Adame insistió en que había dejado atrás su uso compulsivo de la webcam y que las fotos eran antiguas, relató. Pero cuando llegó el tercer lote en septiembre, Adame fue despedido.
En los días siguientes, se creó un nuevo hilo dedicado a él en el tablón de anuncios de LPSG. Pero esta vez, los mensajes de personas que expresaban su simpatía por Adame superaban a los de los usuarios que pedían que les enviaran sus fotos filtradas.
“Por favor, sean respetuosos con Erick”, escribió el moderador del foro. “La única persona que merece sufrir es el horrible humano que le hizo esto a Erick”.
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