Ethereum, la plataforma de criptomonedas más popular, se está preparando para develar una nueva infraestructura tecnológica el próximo mes diseñada para reducir más del 99 por ciento de su consumo de energía.
Esta actualización, conocida como la fusión, es uno de los eventos más esperados en la historia de la criptoindustria. Pero el proceso es complicado y conlleva riesgos importantes.
A continuación, lo que debes saber al respecto.
¿Qué es ‘la fusión’?
En su nivel más básico, la fusión es una actualización del software de Ethereum. Si todo ocurre según lo previsto, se activará alrededor del 15 de septiembre, tras más de ocho años de estudio y debate.
Con este cambio, Ethereum pasaría de su infraestructura tecnológica actual, conocida como “prueba de trabajo”, a una infraestructura de mayor eficiencia energética llamada “prueba de participación”.
Además de reducir el consumo de energía, la actualización pretende brindar beneficios a largo plazo como reducir las elevadas comisiones que se cobran por realizar transacciones en ether, la moneda de base de la plataforma y el segundo activo digital más valioso después del bitcóin.
La fusión marca la culminación de un largo debate que incluye muchos factores técnicos complejos. Vamos a aclararlos.
¿Qué es Ethereum?
Ethereum es una cadena de bloques: un libro de contabilidad visible para todo público y una base de datos compartida que almacena y verifica información y transacciones de una manera segura en términos criptográficos. El ether es la criptomoneda que las personas intercambian por medio de la cadena de bloques de Ethereum.
Ethereum fue fundada en 2013 por Vitalik Buterin, un programador que deseaba crear una infraestructura de criptomonedas que fuera más flexible que la del bitcóin. Concibió un sistema que permitiría que formas complejas de intercambio, como ofrecer y tomar préstamos, sucedieran en un instante.
Con Ethereum, los criptoentusiastas pueden realizar intercambios sencillos —como persona A paga 100 dólares en ether a persona B— así como procesos financieros más sofisticados. Hoy en día, miles de negocios y criptoaplicaciones se han desarrollado con el uso de Ethereum. Y la propiedad de los tókenes no fungibles, las piezas digitales únicas de colección conocidas como NFT, se puede registrar en esta plataforma.
¿Cuál es la infraestructura actual de Ethereum?
Ethereum funciona con un marco operativo llamado “prueba de trabajo” (al igual que bitcóin, la criptomoneda original).
En este sistema, las transacciones con criptomonedas se procesan mediante una red dispersa de computadoras. Cualquiera puede conectar una máquina a esta red y correr un programa que resuelva rompecabezas complicados. Ese proceso de alto consumo energético está diseñado para verificar las criptotransacciones y garantizar que las personas que envían dinero tengan los fondos necesarios para hacerlo. Las computadoras compiten entre sí por el privilegio de verificar estas transacciones, ya que ganan criptomonedas como recompensa. Esta actividad se conoce en la jerga de la industria como “minería”.
A medida que las criptomonedas han ganado popularidad, la minería de prueba de trabajo se ha convertido en una industria importante. Está dominada por empresas que cotizan en bolsa y que han construido almacenes llenos de computadoras para acumular tantas monedas digitales como sea posible.
Los costos energéticos se han disparado. Los investigadores estiman que la minería de bitcóin tal vez genera la misma cantidad de dióxido de carbono al año que países completos. La huella de carbono de Ethereum se compara aproximadamente a la de Finlandia.
Este impacto ambiental ha propiciado un debate en toda la industria y ha ayudado a dar impulso a iniciativas para cambiar la infraestructura que sostiene a Ethereum.
Si Ethereum se actualiza, ¿cómo funcionará la nueva infraestructura?
Buterin planteó la posibilidad de cambiar Ethereum de la prueba de trabajo a un nuevo sistema —la prueba de participación— desde 2014.
En un sistema de prueba de participación, los criptoinversores depositan —o “participan con”— una cierta cantidad de monedas digitales en una red compartida, que les permite participar en un sorteo. Luego, cada vez que ocurre una transacción, se selecciona a un participante del sorteo para que verifique el intercambio y reciba nuevas monedas.
Esto reduce los costos energéticos al eliminar a las computadoras poderosas que compiten para resolver rompecabezas, según afirman los partidarios de la prueba de participación. También arguyen que el sistema es más igualitario que la minería porque su barrera de acceso es más baja, en otras palabras, un “participante” no tiene que ser propietario de una flota de computadoras costosas para contribuir.
© The New York Times 2022
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