Especial para Infobae de The New York Times.
A mediados de la década del 2010, estaba de moda comprar cocteles embotellados, que en años más recientes se han visto eclipsados por gaseosas con alcohol, esos refrescos con sabor a frutas perfectos para la playa o las parrilladas. Ahora quizá sea el momento de que las bebidas de marihuana pasen a ser los protagonistas.
Como el uso recreativo de la marihuana se está volviendo legal en varios estados, los mocteles, aguas carbonatadas y los vinos sin alcohol con cannabis están llegando al mercado y a veces se venden como una alternativa más saludable para sentir un subidón. Estas bebidas no son aquellas que contienen pequeñas dosis de CBD (un compuesto que se encuentra en la marihuana y el cáñamo y que no produce un subidón) y que han estado de moda durante la última década. Las bebidas de marihuana están hechas con THC, la sustancia embriagadora del cannabis, y los clientes parecen estar dispuestos a probarlas.
Pero los médicos e investigadores del cannabis dijeron que las bebidas de marihuana conllevan ciertos riesgos, y una larga lista de preguntas.
Según BDSA, una firma de investigación de mercado en Colorado que se especializa en el cannabis legal, las ventas en dólares de bebidas de marihuana aumentaron alrededor del 65 por ciento de 2020 a 2021 en los 12 estados que monitorean. En California, el estado con el mayor mercado de bebidas de marihuana, el número de bebidas de cannabis casi se duplicó de 2020 a 2021, al llegar a 747 productos distintos, según Headset, una empresa que recopila y analiza datos sobre el cannabis.
Pabst, conocida por su cerveza Blue Ribbon, ahora vende un agua carbonatada con sabor a limón llamada “High Seltzer”; es una bebida enlatada de cannabis que promete “una vibra diferente”. La empresa de bebidas de cannabis Cann dice que sus cocteles carbonatados son “tónicos sociales”, también vende lo que llama “roadies”, una mezcla de cocteles con infusión de cannabis en paquetes de papel de aluminio listos para llevar. Rebel Coast, un fabricante de vino con sede en California, fabrica latas de vino espumoso sin alcohol con una infusión de 10 miligramos de THC.
Las bebidas con infusión de cannabis se presentan a menudo como una alternativa más saludable al alcohol: “No hay días pesados ni remordimientos después de beber”, reza un eslogan en el sitio de Cann. Este tipo de bebidas tienen una connotación de salud, según Emily Moquin, analista de alimentos y bebidas de Morning Consult. Se venden como bebidas “que no producen resacas” y sin las muchas calorías del alcohol; afirman que te ayudarán a sentirte “concentrado”, equilibrado y relajado. Una empresa de bebidas de cannabis incluso sugiere que se combinen sus bebidas con un día de spa.
Pero a los expertos les preocupa que los productos como las bebidas de marihuana se estén volviendo tan populares que la investigación sobre los efectos que tienen estas sobre la salud no pueda seguirle el ritmo, lo que deja grandes interrogantes sobre la mejor manera de consumirlas y los efectos que pueden tener sobre el cerebro y el cuerpo.
A ver, ¿ahora la marihuana se bebe?
Hace apenas unos años, la idea de que el cannabis se pudiera beber parecía descabellada, afirma James MacKillop, director del Centro Michael G. DeGroote de Investigación del Cannabis Medicinal de la Universidad McMaster.
Muchos de los intentos anteriores de preparar bebidas de cannabis no tuvieron éxito o no fueron satisfactorios porque el THC es hidrofóbico, es decir si se introduce en el agua, solo se forma una sustancia viscosa en las paredes del vaso. Pero en los últimos años, la tecnología de nanoemulsión, capaz de mezclar suavemente los cannabinoides en un refresco o un cóctel, se ha hecho mucho más accesible.
¿Cuáles son los riesgos de una bebida con infusión de cannabis?
Es fácil consumir demasiado THC sin quererlo.
Según Headset, más de la mitad de las unidades de bebidas de cannabis vendidas en Estados Unidos en 2021 contenían 100 miligramos de THC, una cantidad que podría intoxicar o perjudicar significativamente a la persona promedio.
A modo de comparación, la mayoría de los comestibles se toman en dosis de 5 o 10 miligramos, y muchas bebidas de cannabis populares solo contienen esa cantidad. Pero los consumidores ocasionales podrían no saber cómo interpretar las cifras que figuran en sus etiquetas.
“Si le dices a alguien que esto es una cerveza al 8 por ciento, te dicen que es una cerveza fuerte”, dijo MacKillop. “Si le dices a alguien que esto es una bebida de 20 miligramos frente a una de 5 miligramos, mucha gente no tiene ni idea de lo que le estás diciendo”.
Eso es muy cierto en el caso de las personas que se inician en el consumo de cannabis, atraídas por la perspectiva de una alternativa al alcohol, o que toman una bebida con THC sin advertirlo. “Tal vez estas cosas están en un mostrador y en una fiesta, y alguien dice: ‘Oo, sandía’, y se la bebe. Eso podría causar problemas si no se lo esperan”, comentó Ryan Vandrey, un profesor de psiquiatría y ciencias del comportamiento en Johns Hopkins Medicine que estudia el cannabis.
Y las personas que beben alcohol y bebidas de cannabis en la misma sesión, en el transcurso de una fiesta, podrían acabar “bastante alterados”, afirmó MacKillop, pudiendo incluso desmayarse.
La marihuana puede ser adictiva.
La marihuana también tiene un potencial adictivo, aunque los estudios han demostrado que hay menos personas dependientes de la marihuana que del alcohol. Alrededor del 10 por ciento de los consumidores de cannabis se vuelven adictos, mientras que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés) han calculado que 1 de cada 3 adultos se clasifica como “bebedor excesivo” y 1 de cada 30 es dependiente del alcohol.
Cuanto más rápido hace efecto una droga, mayor es su potencial para el abuso y la adicción, dijo MacKillop, lo que plantea la preocupación por las bebidas con infusión de cannabis, ya que podrían tener un efecto más rápido que otros productos de marihuana.
Los doctores no tienen suficiente información sobre estas bebidas.
Como las bebidas de marihuana son tan nuevas, son “una clase muy poco estudiada de productos de cannabis”, señaló MacKillop.
Todavía no hay estudios sólidos sobre cómo los productos de cannabis bebestibles afectan al cuerpo a largo plazo, añadió Vandrey, y no está claro cómo los efectos conocidos sobre la salud —positivos o negativos— de la marihuana se traducen en una forma de bebida.
“La industria del cannabis ha evolucionado mucho más rápido que los datos”, dijo. “Este es otro gran ejemplo de ello”.