Un cambio reciente en los lineamientos de los CDC destaca un fenómeno poco conocido: en ocasiones, la viruela del mono también puede transmitirse a través de aerosoles, de manera similar al coronavirus.
La semana pasada, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) actualizaron sus lineamientos para los viajeros que desean protegerse contra la viruela del mono. Esta fue una de sus recomendaciones: “Use mascarilla. Usar una mascarilla puede ayudarlo a protegerse de muchas enfermedades, incluida la viruela del mono”.
El lunes por la noche, esa recomendación fue eliminada. “Los CDC eliminaron la recomendación del uso de mascarillas en sus lineamientos de salud para viajeros por la viruela del mono porque causaba confusión”, dijo la agencia en un comunicado publicado el martes.
Sin embargo, el organismo todavía indica que en los países donde se está propagando ese tipo de viruela, “los contactos que comparten el hogar y los trabajadores de la salud” deberían considerar usar mascarillas. Esa directriz también se aplica a “otras personas que pueden estar en contacto cercano con alguien que ha sido confirmado con viruela símica”.
El cambio capta un aspecto poco discutido del brote actual de viruela símica: el virus puede transmitirse por el aire, al menos en distancias cortas. Aunque los expertos han asegurado en diversas entrevistas que la transmisión aérea es solo un pequeño factor en la propagación general, no hay estimaciones sólidas sobre cuánto contribuye.
Desde el 13 de mayo, cuando se reportó el primer caso del brote, más de mil personas en 31 países han sido diagnosticadas con el virus, y al menos otros mil casos están siendo investigados. Hasta el martes, Estados Unidos había registrado 31 casos en 12 estados y el Distrito de Columbia.
En brotes anteriores, la mayoría de los contagios se reportaron en personas que tuvieron contacto cercano con un paciente o animal infectado. Pero, en algunos casos, la transmisión aérea fue la única explicación de las infecciones.
En otras secciones de su sitio web, los CDC todavía instan a los pacientes con viruela del mono a usar una mascarilla quirúrgica, “especialmente aquellos que tienen síntomas respiratorios”. Las autoridades también les recomiendan a las personas que conviven con los contagiados que “consideren usar un cubrebocas quirúrgico” cuando estén en contacto con las personas infectadas con ese tipo de viruela.
Se supone que la viruela del mono se comporta como su prima viral, la viruela. En una revisión de 2012 sobre la transmisión de la viruela, Donald Milton, experto en virus de la Universidad de Maryland, describió varios casos de transmisión aérea.
Fue la única explicación plausible durante un brote de viruela desatado en Nueva York en 1947, escribió, cuando el paciente de un hospital aparentemente infectó a otro que estaba ubicado a una distancia de siete pisos. Luego, en 1970, una sola persona contagió a muchas otras en tres pisos de un hospital localizado en Meschede, Alemania, debido a las corrientes de aire en el edificio.
Y, en 2017, los científicos que estudiaron un brote de viruela del simio en Nigeria observaron casos de transmisión dentro de una prisión y registraron los contagios de dos trabajadores de la salud que no tenían contacto directo con los pacientes.
La semana pasada, la Organización Mundial de la Salud celebró una conferencia científica en la que varios investigadores discutieron acerca de las diversas incógnitas que han surgido sobre la viruela del simio, incluido su principal modo de transmisión.
“Es muy ambiguo como para determinar cuál es la ruta de transmisión verdadera o dominante, y parte de eso puede abordarse en modelos animales”, dijo en la conferencia Nancy Sullivan, investigadora del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas. “Probablemente eso deba ser prioritario en algunas de las investigaciones de laboratorio”.
Pero en sesiones informativas con la prensa y el público en general, los funcionarios sanitarios no han abordado explícitamente la posibilidad de transmisión aérea o el uso de cubrebocas con fines de protección.
Y en las entrevistas, enfatizaron el papel de las grandes gotículas respiratorias que expulsan los pacientes contagiados y llegan a los objetos o las personas. La infección con la viruela del mono requiere un “contacto sostenido muy cercano”, dijo Andrea McCollum, la principal experta en el virus de los CDC.
“Este no es un virus que se transmitió a varios metros”, dijo. “Es por eso que debemos tener mucho cuidado al momento de enfrentar esto”.
Cuando se le preguntó si los funcionarios de salud deberían dar a conocer más ampliamente la posibilidad de transmisión aérea, McCollum dijo: “Es una buena pregunta, y es algo que ciertamente deberíamos considerar para poder avanzar”.
A muchos, el rápido cambio de opinión de los CDC sobre los cubrebocas para los viajeros preocupados por la viruela, les recordó a la época más temprana de la pandemia cuando las autoridades negaban que el coronavirus se transmitía por el aire. En septiembre de 2020, la agencia publicó una guía sobre la transmisión aérea del virus y luego la retiró abruptamente solo unos días después.
No fue sino hasta mayo de 2021 cuando la agencia reconoció que el coronavirus podría “permanecer suspendido en el aire de minutos a horas”.
La mayor parte de la información sobre la viruela del simio se obtuvo de estudios sobre la viruela. Durante las últimas dos décadas, los científicos han estado analizando cómo se propaga la viruela, incluida su presencia en pequeñas gotas llamadas aerosoles, con el fin de prepararse ante la posibilidad de que se use por parte de bioterroristas.
“La mayoría de la gente piensa que la viruela generalmente se transmite a través de gotículas grandes pero, por alguna razón, a veces puede transmitirse a través de aerosoles de partículas pequeñas”, dijo Mark Challberg, virólogo del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.
Milton advirtió que la planificación ante la posible transmisión aérea de la viruela símica era particularmente importante en los hospitales, puesto que las precauciones para evitar la propagación a través de aerosoles no son universales.
A medida que continúa el brote de viruela del simio, muchos pacientes se aíslan en casa porque sus síntomas son leves. Es posible que los miembros de esos hogares deban considerar la posibilidad de transmisión aérea, dijeron los expertos.
Aún quedan muchas preguntas sobre la viruela del mono, entre ellas por qué el brote actual solo ha producido casos relativamente leves. Los científicos no saben si las personas pueden transmitir el virus incluso en ausencia de síntomas, cuánto tiempo ha estado circulando en las comunidades y si puede transmitirse a través del semen o las secreciones vaginales.
Existen pruebas de que una mujer embarazada puede transmitir el virus de la viruela del mono a su feto. En un estudio de observación de 216 pacientes en la República Democrática del Congo, el más grande de su tipo, cuatro de cada cinco mujeres embarazadas tuvieron abortos espontáneos. Los investigadores detectaron el virus y las lesiones virales en los fetos.
© The New York Times 2022