El impacto de Brittney Griner es evidente mientras los fanáticos de la WNBA esperan noticias de Rusia

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Especial para Infobae de The New York Times.

Cuando Brittney Griner está en la cancha de baloncesto, todos lo saben. Con una estatura de 2 metros y 6 centímetros, Griner es más alta que la mayoría de las jugadoras. Atrapa rebotes sobre los brazos extendidos de sus oponentes y sus compañeras de equipo saben bien cual es la forma más segura de anotar: pasándole la pelota.

Desde que las Mercury de Phoenix la seleccionaron en el primer lugar del draft en 2013, Griner se ha convertido en una de las jugadoras más dominantes de la historia: siete veces convocada al Juego de las Estrellas, campeona de la WNBA y dos veces ganadora de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos.

Pero en la actualidad, Griner, de 31 años, ha quedado enredada en un dilema geopolítico. En lugar de estarse preparando para la temporada de la WNBA que comienza en menos de dos meses, se cree que está detenida en Rusia por lo que funcionarios de aduanas describieron como cargos por drogas. Hay muy poca información sobre su caso o su bienestar mientras se desarrolla una guerra en Ucrania.

“Con todos los problemas con Rusia y sus ataques a Ucrania, ¿se ha convertido Brittney en una ficha de negociación política?”, se preguntó Debbie Jackson, entrenadora de baloncesto de Griner en la secundaria. “¿Es esto parte de la política? Para mí casi nada de esto tiene sentido, me resulta difícil creer que esto esté realmente sucediendo”.

Griner estaba en Rusia jugando en una liga de baloncesto profesional, una práctica común de las jugadoras de la WNBA entre temporadas, ya que en las ligas extranjeras pueden ganar salarios mucho mayores de lo que le pagan sus equipos estadounidenses. Se desconoce la fecha y las circunstancias de la aparente detención de Griner. La WNBA dijo que para el sábado 5 de marzo, ya todas sus jugadoras, excepto Griner, habían salido del país.

Al parecer Griner enfrenta hasta 10 años de prisión si es declarada culpable de los cargos de drogas, según acusaciones de que tenía en su equipaje cartuchos de vapeo que contenían aceite de hachís. Las autoridades rusas, que dijeron el sábado 5 de marzo que habían detenido a una atleta estadounidense por estos cargos de drogas, no nombraron a Griner, pero la agencia de noticias rusa Tass sí lo hizo.

El lunes 7 de marzo, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que había visto informes sobre Griner, pero que la ley federal de privacidad impedía que el gobierno de Estados Unidos discutiera sobre la detención de una persona sin su consentimiento por escrito. Los funcionarios estadounidenses han acusado repetidas veces a Rusia de detener a ciudadanos estadounidenses con pretextos.

Los representantes de Griner se han negado a comentar sobre el estado del caso más allá de declarar que estaban trabajando para traerla de regreso a Estados Unidos. La incertidumbre ha causado una oleada de apoyo entre los fanáticos y simpatizantes de Griner, quien es considerada una jugadora innovadora conocida por su indetenible bombardeo de volcadas y su posición como una de las atletas homosexuales más destacadas.

Una congresista en Houston, la ciudad natal de Griner, ha exigido su liberación. Las jugadoras de la WNBA han publicado mensajes de “Free Brittney” (“Liberen a Brittney”) en Twitter.

“No hay palabras para expresar este dolor”, escribió el lunes la esposa de Brittney, Cherelle Griner, en una publicación de Instagram dirigida a Brittney. “Me duele, nos duele. Esperamos el día para amarte como familia”.

‘Sin duda era una fuerza’

Las Mercury reclutaron a Griner en 2013, con la esperanza de que su llegada rejuveneciera a la franquicia. El cambio fue inmediato, con Griner jugando junto a Diana Taurasi, la máxima anotadora de la historia de la WNBA. Las Mercury llegaron a los playoffs durante la temporada de novata de Griner y ganaron el campeonato durante su segunda temporada. La temporada pasada, fue clave para que las Mercury llegaran a las finales de la WNBA, donde perdieron antes las Sky de Chicago.

“En cuanto a talento, sin duda era una fuerza y sigue siendo una fuerza”, dijo Pamela Wheeler, exdirectora del sindicato de jugadoras de la WNBA. “Creo que todos esperaban que Griner guiara a la liga, lo cual hizo, hacia una nueva era”.

Mientras elevaba su juego a nivel nacional, Griner también se forjó un nombre en el baloncesto internacional. Ganó dos medallas de oro olímpicas con la selección nacional femenina de Estados Unidos en 2016 y 2021 y comenzó a jugar para equipos en Rusia y China durante los recesos de temporada de la WNBA.

‘Por el dinero’ y ‘por amor al juego’

Se presume que casi la mitad de las 144 jugadoras de la WNBA estaban jugando para equipos internacionales durante el receso de temporada, incluidas más de una docena en Rusia y Ucrania. Griner ha jugado para el equipo ruso UMMC Ekaterinburg durante varios años.

“Aunque varias jugadoras también lo hacen por el dinero”, dijo Wheeler, la exdirectora del sindicato de jugadoras, “también lo hacen por amor al juego, para poder seguir jugando y mantenerse en forma”.

El salario base máximo para las jugadoras de la WNBA es de alrededor de 228.000 dólares, pero se sabe que los equipos internacionales pueden llegar a pagar varios cientos de miles de dólares e incluso más de un millón de dólares. En la temporada 2022, Griner tiene previsto ganar un salario justo por debajo del máximo de la WNBA. Con el salario mínimo de la WNBA en alrededor de 60.000 dólares, muchas jugadoras obtienen la mayor parte de sus ingresos jugando en el extranjero.

Cuando Rusia invadió a Ucrania el 24 de febrero, las jugadoras de la WNBA que estaban en ambos países huyeron.

‘Griner rechaza los roles de género’

Jugar en Estados Unidos puede tener sus propios problemas. En sus memorias “In My Skin” (“En mi piel”), Griner escribió sobre su paso por la Universidad Baylor, una universidad bautista que tenía una política oficial contra la homosexualidad en aquel momento. En el libro, Griner cuenta como Kim Mulkey, su entrenadora, le advirtió que “mantuviera sus asuntos a puerta cerrada” y le dijo que cubriera sus tatuajes y eliminara las publicaciones de las redes sociales relacionados con su novia o asuntos de la comunidad LGBT.

Pero la Griner que entró a la WNBA exhibió una determinación para demostrar que se sentía cómoda siendo ella misma. Habló sobre ser homosexual, usó trajes de vestir y corbatines, mostró sus tatuajes y modeló ropa de hombre para Nike como la primera atleta abiertamente gay patrocinada por la marca.

“Se mostró como alguien que simplemente era ella misma”, dijo Amira Rose Davis, profesora asistente en la Universidad Estatal de Pensilvania que se especializa en raza, deportes y género. “Cuando Griner firma con Nike, cuando rechaza los roles de género o cuando sale en portadas, está elevando el poder de los atletas para escribir sus propias narrativas sobre ellos mismos”, agregó.

En mayo de 2015, Griner se casó con la ala-pívot de las Shock de Tulsa, Glory Johnson, solo unas semanas después de que fueran arrestadas por pelear en su casa en Phoenix. La WNBA suspendió a ambas por siete juegos, y poco tiempo después terminaron su relación.

En 2019, Griner se casó con Cherelle, quien también asistió a la Universidad Baylor. En una publicación de Instagram el sábado 5 de marzo, Cherelle agradeció a quienes habían mostrado su apoyo y pidió privacidad “mientras continuamos trabajando para regresar a mi esposa a casa sana y salva”.

’Me cuesta creerlo’

Poco se ha dicho públicamente sobre la situación de Griner en Rusia. La agente de Griner, Lindsay Kagawa Colas, se negó a proporcionar detalles. Ni siquiera confirmó si Griner había sido detenida.

Colas dijo a través de un comunicado que estaba “al tanto de la situación” en Rusia y que había estado en contacto con Griner y su “representación legal” allí. “Mientras trabajamos para traerla a casa, su salud mental y física siguen siendo nuestras preocupaciones principales”, dijo Colas.

Jackson, la exentrenadora de Griner en la secundaria, tiene dudas sobre los cargos.

“Me cuesta creer que Brittney, o cualquier atleta profesional que conozca las leyes de ese país, las normas y diferencias culturales y lo completamente diferente que es el sistema político, haya considerado siquiera poner en su equipaje de mano una sustancia prohibida en ese país”, dijo.

La familia y amigos de Griner solo quieren que regrese a casa. Johnson, su exesposa, publicó un mensaje de apoyo en Instagram.

Cherelle Griner dijo en Instagram que este ha sido “uno de los peores momentos de mi vida”.

“Mi corazón, nuestros corazones, se saltan latidos con cada día que pasa”, dijo.

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