Por 995 dólares, Love Cloud ofrece un vuelo de 45 minutos en un avión privado para que tú y tu pareja puedan tener sexo.
Por supuesto, no tienen que acostarse. Puedes pagar 1195 dólares para casarte entre las nubes. Por otros 100 dólares, puedes reservar el avión para una comida romántica de un solo tiempo; por 1595 dólares, puede ser de tres tiempos. Con cualquier paquete, por 300 dólares adicionales, puedes obtener una botella de champán y transporte en limusina a la pista.
Sin embargo, según Andy Johnson, piloto de 40 años y fundador de Love Cloud, su vuelo Mile High Club (”Club de la Milla de Altura”, nombre popular para quienes se atrevieron a tener sexo en un vuelo), planeado únicamente para tener relaciones sexuales y por el que recibes una tarjeta conmemorativa de membresía firmada por el piloto, sigue siendo la oferta más popular del negocio.
“Llegas con una sonrisa en el rostro y te vas con una sonrisa aún más grande en el rostro”, afirmó Johnson, un padre que habla rápido originario de Virginia y residente de Summerlin, en el extremo oeste de Las Vegas.
Explicó con mucha pasión y buen humor su negocio, cuyos servicios salen del Aeropuerto North Las Vegas. Llamó a sus dos aviones Cessna 414 “alfombras mágicas” y relató con alegría los fetiches y excentricidades de sus clientes más memorables, entre ellos una pareja que llegó vestida de piloto y asistente de vuelo. En su mayoría, las reservaciones de Love Cloud son para parejas, pero ha prestado servicios a grupos de tres o cuatro personas por un cargo adicional de 200 dólares por persona.
Los que compren el paquete Mile High Club encontrarán un avión engalanado con un colchón de dos plazas en el suelo y varias almohadas, todas forradas de satén rojo. Una cortina separa a los pasajeros del piloto, quien lleva puestos audífonos con cancelación de ruido y permanece en la cabina de mando durante todo el vuelo. Sí, el avión se limpia y la ropa de cama se lava después de cada viaje.
Los clientes que adquieren el vuelo de la cena romántica no encontrarán un colchón, sino una mesa, sillas y un pequeño bar. Pero salvo por la botella opcional de champán, no se sirve alcohol en los vuelos de Love Cloud.
“Ayudamos a evitar divorcios, te lo aseguro”, comentó Johnson. Eso podría sonar como una exageración, pero algunos clientes afirmaron que la experiencia fue buena para su relación.
Chris Gutierrez Lopez, un agente de servicio al cliente de 30 años que vive en Rohnert Park, California, sorprendió a su pareja desde hace 10 años, Diego Fuentes, con una cena en las alturas de Love Cloud en noviembre, después de que pasaron por una temporada difícil.
“Estaba en un mal momento con mi pareja, así que tenía que asegurarme de que esto fuera más para él que para mí”, relató Lopez. “Por eso elegí el paquete romántico en lugar del sexual”. Una vez a bordo, les sirvieron a ambos una cena de tres tiempos de Mezzo Bistro, un restaurante de Las Vegas que sirve las cenas de todos los vuelos de este tipo que ofrece la empresa.
Su plan fue un éxito. “Cuando finalmente subimos al avión, tenía una sonrisa de oreja a oreja”, narró Lopez, quien añadió que, si reservan otro vuelo, tiene un plan distinto. “La próxima vez, será el vuelo de sexo en las alturas”, confesó.
El vuelo sexual también fue un regalo para Katherin Nguyen, una técnica en radiología de 28 años de Houston, quien contó que su esposo, Brandon Nguyen, le dio la sorpresa en enero, cuando visitaron Las Vegas por su cumpleaños.
“Siempre había querido hacer eso, pero pensé que solo sucedía en las películas”, admitió. “No creí que existiera un servicio como este”.
Brian Álvarez, un antropólogo cuya empresa Psionic Artworks ofrece una variedad de servicios que incluyen recorridos culturales en Las Vegas, señaló que Love Cloud sigue un patrón histórico de su ciudad natal.
“Siempre hemos estado a la vanguardia del emprendimiento en el mundo del entretenimiento”, explicó Álvarez. Considera que Love Cloud, que combina elementos de atracciones como los recorridos en helicóptero, las capillas para bodas y las suites de luna de miel en los hoteles, es parte de un linaje de novedades locales, como las máquinas tragamonedas submarinas y una bailarina con el pecho desnudo que solía presentarse vestida de oso polar sobre un iceberg sintético.
Johnson, que también trabaja como piloto comercial para Mesa Airlines, lleva la aviación en las venas. “Aprendí a volar un avión antes de aprender a conducir un auto”, relató. Su padre fue aviador naval y trabajó como piloto. A los 20 años, Johnson ya era instructor de vuelo, y a los 24 ya estaba al frente de Tidewater, una escuela de pilotos y compañía de alquiler de aviones en Virginia Beach, Virginia.
Según registros judiciales, en 2009, la Administración Federal de Aviación suspendió temporalmente la licencia de piloto de Johnson tras descubrir certificaciones de aviación incorrectas relacionadas con Tidewater en 2007 y 2008. En 2011, su licencia fue revocada por pilotear durante su suspensión.
En 2012, después de un pequeño accidente aéreo ocurrido durante su periodo de revocación, Johnson se declaró culpable de un cargo de conducción imprudente de una aeronave y cumplió una sentencia de 20 días en prisión federal. Terminó por declararse en quiebra y regresar a vivir con sus padres.
“Fue un golpe muy duro sin duda”, dijo Johnson sobre aquella época. “Todos cometemos errores. Así es la vida, no hay más”.
En 2014, se mudó de la casa de sus padres en Virginia a un motel en la ciudad de North Las Vegas. “Quería reconstruir mi vida y empezar de cero”, indicó. “Eso es lo que Las Vegas me ha brindado”.
A pocos meses de su llegada, ya había puesto en marcha Love Cloud. “¿Qué mejor ciudad para vivir una segunda oportunidad que Las Vegas?”, reflexionó. Johnson contrató a otros pilotos para que cubrieran los servicios de Love Cloud hasta que rehabilitaron su licencia en junio de 2018. Su negocio y sus aviones cumplen con todas las normas.
Tony Blake, de 52 años, el socio de Johnson, que también es piloto, conocía el pasado de Johnson cuando se unió de tiempo completo a la empresa el año pasado. “Le fue muy mal, pero henos aquí 10 años después”, comentó Blake. “Realmente ha logrado superar todo eso y es un mejor hombre por haberlo vivido”.
Blake se concentra más en el futuro que en el pasado. Adelantó que están trabajando para ampliar los servicios de Love Cloud a Los Ángeles. Johnson y Blake también piensan que su negocio podría ser una excelente premisa para un reality show, parecido a “Bajo cubierta”, de Bravo.
“¿Sabes? Esto tiene que verse para creerse”, dijo Johnson. “Tenemos muy buen material”.
© The New York Times 2022