Especial para Infobae de The New York Times.
Al llegar a un acuerdo con los fiscales estadounidenses, la esposa del narcotraficante probablemente será sentenciada a entre 108 y 135 meses de prisión.
Emma Coronel Aispuro, la esposa del infame narcotraficante mexicano conocido como el Chapo, se declaró culpable el jueves de ayudar a su marido a dirigir su imperio delictuoso global hace casi una década y después de uno de sus arrestos, de apoyarlo para escapar de un penal de máxima seguridad en México.
Coronel, de 31 años, se presentó con un traje verde en la audiencia de una corte federal en Washington y admitió que a partir de 2011 ayudó a su esposo, Joaquín Guzmán Loera, a contrabandear al menos 450 kilogramos de cocaína, 90 kilos de heroína y casi 90 toneladas de marihuana a Estados Unidos.
Coronel también reconoció haber entregado mensajes de Guzmán a un equipo de conspiradores que le ayudaron a escapar del penal del Altiplano, cerca de Toluca, México, en 2015, una huida espectacular que requirió un vagón autopropulsado y un túnel de kilómetro y medio que llegaba hasta la ducha de su celda.
La comparecencia ante la corte, aunque breve, suscita interés en Estados Unidos y en México, en donde Coronel, con doble nacionalidad, sigue siendo un personaje de interés, en parte debido a sus extravagantes hábitos difundidos en las redes sociales. Coronel, presencia constante en el juicio de Guzmán Loera en Brooklyn, hace tres años, a menudo entraba y salía de la corte rodeada de cámaras de televisión, asesores publicitarios y envuelta en perfume costoso.
Según el acuerdo al que llegó con los fiscales federales, Coronel, arrestada en febrero en el Aeropuerto Internacional de Dulles, Washington, fue declarada “participante mínima” en los delitos de la antigua organización de su marido, el Cártel de Sinaloa. Según el acuerdo enfrenta de 108 a 135 meses de prisión cuando sea sentenciada en septiembre, pero su abogado, Jeffrey Lichtman, indicó que tal vez cumpla una sentencia menor.
“Está contenta de poder empezar a poner todo esto detrás suyo y espera reunirse con sus hijos”, dijo Lichtman. “Esperamos una sentencia que no vaya a destruirle la vida”.
A pesar de que los fiscales presentaron evidencia sustancial durante el juicio de Guzmán que implicaba a Coronel, su tercera —o posiblemente cuarta— esposa, en negocios internacionales de drogas, algunos con la participación de su propio padre, durante los últimos dos años ella había permanecido libre al tiempo que funcionarios de la ley estadounidenses la investigaban y, al final, negociaron que se entregara.
Guzmán, quien fue condenado a principios de 2019, ahora cumple cadena perpetua en la llamada Supermax, la prisión federal más segura de Estados Unidos.
A pesar de los insistentes rumores en medios de comunicación, el acuerdo de culpabilidad de nueve páginas de Coronel no incluye disposiciones que exijan su cooperación con las autoridades estadounidenses. Si bien hubo una intensa especulación cuando fue arrestada sobre si revelaría los secretos del cártel a los investigadores, no está claro a quién afectaría su cooperación. Su marido ha estado en custodia de Estados Unidos desde 2017 y muchos de sus socios criminales contra los que ella podría haber testificado ya declararon contra Guzmán Loera en su juicio.
Los funcionarios de la ley indican que los intereses de negocios de Guzmán los manejan cuatro de sus hijos, conocidos como los Chapitos, e hijos de otras mujeres. Cada uno de ellos enfrenta acusaciones federales en Estados Unidos pero siguen libres en México
Zach Montague colaboró con reportería.
Alan Feuer cubre los tribunales y la justicia penal para la sección Metro. Ha escrito sobre mafiosos, cárceles, mala conducta policial, condenas injustas, corrupción gubernamental y el Chapo, el jefe encarcelado del Cártel de Sinaloa. Se unió al Times en 1999. @alanfeuer
Zach Montague colaboró con reportería.