La "receta diferida" podría ayudar a reducir el uso de antibióticos

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FILE -- A pharmacists fills
FILE -- A pharmacists fills a prescription in Leland, N.C., on Jan. 6, 2020. Most respiratory illnesses don’t require antibiotics, which can have harmful side effects. (Jeremy M. Lange/The New York Times)

Especial para Infobae de The New York Times.

(Science Times)

¿Hay que tomar antibióticos para una simple infección respiratoria?

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés) recomiendan que el personal de salud recete antibióticos con moderación, por muchas razones. En primer lugar, el uso excesivo de los medicamentos puede provocar que se desarrollen cepas de bacterias resistentes, un problema creciente que está reduciendo la eficacia de todos los antibióticos. Los fármacos también pueden tener efectos secundarios graves, que van desde erupciones cutáneas o diarreas leves hasta reacciones alérgicas menos comunes y graves.

Dado que los antibióticos pueden destruir las bacterias del intestino que por lo general son beneficiosas, su uso tal vez provoque infecciones intestinales que pueden causar la muerte por Clostridioides difficile o C. diff. El uso de antibióticos en la infancia y la niñez se ha relacionado con el desarrollo de enfermedades alérgicas y autoinmunes, probablemente porque alteran el equilibrio normal de los microorganismos del cuerpo. Según una estimación, las reacciones adversas a los antibióticos provocan 143.000 visitas a urgencias al año.

Por todas estas razones, la mayoría de los médicos han tratado de limitar el uso de antibióticos. Para los médicos y sus organizaciones profesionales, la “vigilancia de antibióticos” se ha convertido en la consigna.

En algunos casos, los CDC recomiendan una estrategia llamada “receta diferida”. Con esta estrategia, el médico le da al paciente una receta de antibióticos, con la instrucción de esperar unos días para surtirla, y ver si mejora sin el medicamento. Está demostrado que este procedimiento es seguro y eficaz para la otitis media, una infección común del oído, y para la congestión nasal de la sinusitis.

Actualmente, una nueva revisión de estudios, publicada en The BMJ, sugiere que la receta diferida también puede ser un método seguro y eficaz para tratar la mayoría de las infecciones de las vías respiratorias. Para su análisis, los investigadores combinaron los datos individuales de pacientes en más de 55.000 personas en nueve ensayos controlados aleatorios y cuatro estudios observacionales.

En promedio, no encontraron diferencias en el seguimiento en una escala de gravedad de los síntomas de siete puntos entre los pacientes que recibieron antibióticos de manera inmediata para las infecciones respiratorias y los que recibieron recetas diferidas.

Los que recibieron recetas diferidas presentaron síntomas durante una media de 11,4 días, más o menos lo mismo que los que no recibieron ningún antibiótico en absoluto, en comparación con los 10,9 días de los que recibieron los medicamentos de inmediato. Los pacientes a quienes se les dieron recetas diferidas tuvieron menos probabilidades de volver a visitar al médico y estuvieron más satisfechos con su tratamiento que los que no recibieron ninguna receta.

En los niños menores de 5 años, los síntomas fueron ligeramente más graves durante el seguimiento en los que recibieron una receta diferida en lugar del suministro inmediato de antibióticos.

“De todos modos, muchos de estos síntomas desaparecen a los pocos días”, señaló la autora principal, Beth Stuart, profesora adjunta de la Universidad de Southampton en el Reino Unido. “Así que, en promedio, los antibióticos no proporcionan un gran beneficio”.

“Pero ¿qué pasa con los casos especiales en los que los antibióticos pueden ser útiles? ¿También para ellos es segura la receta diferida? Sí. Es seguro y eficaz enviarlos con una receta diferida e instrucciones sobre los aspectos que deben vigilar”.

No obstante, Jeffrey Linder, profesor de medicina en Northwestern, quien no participó en la investigación, hizo un llamado a ser cautelosos, y señaló que los datos que utilizaron los investigadores no diferenciaban los diagnósticos de manera adecuada.

“La interpretación más probable del hallazgo de que no hay diferencia en la duración de los síntomas entre los pacientes que recibieron antibióticos de inmediato, los que tuvieron receta diferida y aquellos a quienes no se les administraron antibióticos es que la mayoría de estos pacientes no los necesitaban en primer lugar”, comentó.

Linder señaló que los autores tomaron medidas para tener en cuenta las diferencias entre las distintas enfermedades estadísticamente, pero el estudio “mezcla las enfermedades clínicas que deberían ser tratadas con antibióticos (faringitis, otitis media) con las que no deberían serlo (resfriados, bronquitis aguda, faringitis viral)”.

Holly Frost, profesora adjunta de pediatría en Denver Health, quien no participó en el estudio, añadió que, en la vida real, pocos médicos utilizan la receta diferida, incluso en los casos en los que ya está recomendada, y mucho menos para las infecciones respiratorias.

“Casi a todas las personas con infecciones de oído y sinusitis se les recetan antibióticos”, dijo.

Además, es probable que la receta diferida no ayude a reducir el uso de antibióticos, explicó, ya que la mayoría de la gente va directamente a la farmacia con su receta “diferida” de todos modos. En un consultorio que estudió, descubrió que el 93 por ciento de las recetas diferidas se surtían de inmediato.

Tampoco es adecuado sermonear a los pacientes sobre la resistencia a los antibióticos. En cambio, la estrategia debería consistir en decirles: “No te vas a sentir mejor si tomas antibióticos”. Frost no está en contra de la práctica de proporcionar recetas diferidas, sino que la considera una opción entre muchas más.

“Tenemos que explorar cualquier estrategia que tengamos para reducir la prescripción de antibióticos”, concluyó.

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