El plástico de usar y tirar que viene con nuestra comida para llevar y envuelve nuestra ropa de la lavandería se considera uno de los mayores peligros medioambientales del mundo. Contamina cuando se produce, mediante la extracción de combustibles fósiles, y, en cuanto se utiliza, vuelve a contaminar. Se descarta y puede acabar obstruyendo los pasos de agua y asfixiando a los animales, o a veces se quema y lanza humos peligrosos al aire.
Un informe detallado publicado el martes arroja nueva luz sobre quién fabrica todo este plástico de un solo uso —130 millones de toneladas al año según el último recuento— y quién gana dinero con él. Un grupo sorprendentemente pequeño de fabricantes e inversores gigantes está en el centro de la industria mundial.
El informe procede de investigadores dirigidos por Minderoo, una organización sin fines de lucro con sede en Australia que aboga por unos océanos más limpios, junto con académicos de la Universidad de Oxford y el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo. Ha sido revisado por la empresa de contabilidad KPMG.A continuación, cuatro conclusiones:
<u><b>¿Quién fabrica todo este plástico?</b></u>
Durante años, los ecologistas han presionado a los consumidores para que reduzcan su consumo de plástico y han obligado a las empresas a utilizar menos plástico en sus envases.
Pero este informe revela quién produce los polímeros, los productos petroquímicos que constituyen los componentes del plástico de un solo uso.
Según el informe, la mitad del plástico de un solo uso del mundo es fabricado por 20 grandes empresas. Dos empresas estadounidenses, Exxon Mobil y Dow, encabezan el grupo, seguidas por Sinopec, un gigante petroquímico de propiedad china, e Indorama Ventures, con sede en Bangkok.
El plástico de un solo uso ha sido un muy buen negocio, y se prevé que continúe así. Solo en los próximos cinco años, se prevé que la capacidad de producción crezca un 30 por ciento.
El Consejo Estadounidense de Química, que representa a la industria del plástico, calificó el informe de “engañoso”, y afirmó que no toma en cuenta las investigaciones del sector que demuestran que la sustitución de los envases de plástico por otros materiales podría aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero. El grupo también señaló que la Fundación Minderoo está financiada por la participación de su fundador en una empresa que extrae mineral de hierro. La industria minera es a menudo criticada por su costo medioambiental.
La Asociación de la Industria del Plástico dijo que el informe Minderoo no consideraba los aspectos positivos del plástico, como su importancia para prolongar la vida útil de los alimentos, y las inversiones de la industria en la mejora de la recolección de residuos plásticos en todo el mundo.
<u><b>¿Quién invierte en su fabricación?</b></u>
Algunos de los nombres más conocidos de las finanzas, incluidas las empresas que controlan los fondos de inversión y las cuentas de ahorro para la jubilación, como Vanguard y BlackRock, según el análisis. Y los mayores bancos del mundo, como Barclays y JPMorgan Chase, financian la producción.
Los gobiernos también son grandes interesados en esta industria. Alrededor del 40 por ciento de los mayores fabricantes de plástico de un solo uso son en parte propiedad de gobiernos, entre ellos los de China y Arabia Saudí.
<u><b>¿Quién lo usa?</b></u>
Hay una enorme disparidad entre los países más ricos y los más pobres.
El estadounidense promedio utiliza y tira cada año 110 libras, es decir, unos 50 kilogramos, de plástico de un solo uso. Solo los australianos igualan actualmente las escalas de residuos de los estadounidenses.
El ciudadano chino promedio utiliza solo un tercio de lo que usa un estadounidense. El habitante indio promedio utiliza menos de una doceava parte, según el informe de Minderoo.
<u><b>¿Qué se está haciendo?</b></u>
En un comunicado, Exxon Mobil afirma que “comparte la preocupación de la sociedad por los residuos de plástico y está de acuerdo en que hay que atenderla”, y añade que la empresa está en proceso de aumentar la eficacia del reciclaje y que apoya las mejoras en la recuperación de los residuos de plástico.
Muchas de las soluciones propuestas desde hace tiempo para el problema del plástico no funcionan.
En Estados Unidos solo se recicla el ocho por ciento del plástico, y los esfuerzos por persuadir a los consumidores de que utilicen menos plástico no han tenido éxito.
Los gobiernos estatales y municipales han conseguido prohibir algunos artículos, como las bolsas de plástico del supermercado, los vasos de espuma y las pajillas o popotes para beber. Pero los esfuerzos centrados en reducir la producción de plástico de un solo uso han sido limitados hasta ahora.
Un gran reto es que la economía favorece la producción de plástico. Es mucho más barato fabricar una botella de soda con plástico recién producido que con plástico reciclado.
Esto llevó a la Unión Europea a promulgar una directiva que obliga a las marcas de consumo a utilizar al menos un 30 por ciento de contenido reciclado en las botellas de plástico para 2025. Pero aún está por ver si otros gobiernos tomarán medidas para obligar a un cambio hacia la llamada economía circular que conduzca a una menor producción de plástico.
Michael Corkery es reportero de negocios y cubre la industria minorista y su impacto en los consumidores, los trabajadores y la economía. Se unió al Times en 2014 y anteriormente fue reportero en el Wall Street Journal y el Providence Journal. @ mcorkery5
Somini Sengupta cubre temas climáticos internacionales. También ha cubierto Medio Oriente, África Occidental y el sur de Asia para el Times y en 2003 recibió el premio George Polk por su trabajo en el Congo, Liberia y otras zonas de conflicto. @SominiSengupta • Facebook
(c) The New York Times
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