Sarah Everard: así recuerdan sus amigos a la mujer cuya muerte inspira un movimiento

Guardar
Crowds gather in London on
Crowds gather in London on Monday, March 15, 2021, to protest violence against women following the murder of Sarah Everard and the harsh actions of the police in breaking up a vigil to her on Saturday night. The killing of Everard, allegedly by a police officer, has energized a national effort to combat pervasive violence against women in Britain. (Mary Turner/The New York Times)

Especial para Infobae de The New York Times.

Su asesinato, presuntamente a manos de un policía, despertó un esfuerzo nacional para combatir la violencia hacia las mujeres en Gran Bretaña. Para las personas más cercanas a ella, la pérdida es muy íntima.

LONDRES — Sarah Everard, como tantos otros, tuvo un año difícil en 2020. Una relación larga se desmoronó y perdió su empleo cuando la empresa para la que trabajaba se fue a pique.

A pesar de todo, se mantuvo positiva y activa: participaba en clases de gimnasia en línea y apoyaba a sus amigos que pasaban por un momento igualmente difícil. Últimamente, dijeron dichas amistades, las cosas habían mejorado y Everard esperaba ansiosamente la vida después de la pandemia.

Estaba saliendo con alguien nuevo y tenía ganas de volver a viajar, de ver a su familia en York, en el norte de Inglaterra, y de reencontrarse con sus seres queridos. Acababa de empezar en otro trabajo.

Así que cuando Everard no volvió a casa el 3 de marzo, un miércoles por la noche, supieron que algo iba mal. Había llamado por teléfono a su nuevo novio cuando volvía caminando de la casa de una amiga, y luego desapareció. Eran las 9:30 p.m.

La semana pasada, cuando se confirmó la muerte de Everard y se acusó a un agente de policía, su nombre se convirtió en un grito de guerra para un amplio movimiento de lucha contra la violencia generalizada y prolongada que afecta a las mujeres en Gran Bretaña, un símbolo de todas las que han sido atacadas, muchos de cuyos casos han pasado desapercibidos.

En medio del revuelo nacional, sus amigos y familiares han tenido que llorar en privado a una mujer, de tan solo 33 años, que ha muerto demasiado pronto. Describen a una persona cálida y empática, siempre dispuesta a escuchar los problemas de un amigo y a ofrecerle apoyo, una mujer que tampoco era plenamente consciente de lo inteligente que era.

“Era un sol y una luz, y te hacía sentir acogida y buena y segura”, dijo Holly Morgan, que conoció a Everard por su trabajo en Londres hace años. “Yo también siento rabia por lo que pasó, pero mi principal rabia es que le haya pasado a ella”.

La noticia de la desaparición de Everard se difundió rápidamente en internet, primero entre amigos y familiares, una red que se extendía desde su ciudad natal, cerca de York, hasta los amigos de sus años universitarios y colegas en Londres. Se preocuparon entre todos por ella y amplificaron las peticiones de información. Muchos se preguntaban desesperadamente cómo podía ocurrirle esto a su Sarah.

“Hoy, más que nunca, echamos de menos a nuestra amiga fuerte y hermosa”, escribió Kayleigh Bryan, una amiga del colegio, en una publicación la semana pasada, en el Día Internacional de la Mujer.

Luego, al conocerse la noticia de que un agente de policía había sido detenido por su muerte, los mensajes se convirtieron en tributos, y su historia pasó de ser un dolor personal a un ajuste de cuentas nacional. Mientras las flores se amontonan en el quiosco de música de Clapham Common, en el sur de Londres, cerca del lugar donde desapareció, y los manifestantes levantan silenciosamente los puños frente a los edificios del gobierno en recuerdo de Everard, las personas más cercanas a ella siguen intentando dar sentido a los acontecimientos.

Para muchos, que su amiga se haya convertido en un símbolo nacional ha complicado su propia y cruda aflicción.

“En el alboroto de lo que la muerte de Sarah está representando” dijo India Rose, una amiga, ella había batallado para encontrar palabras que rindan un tributo apropiado a una mujer que conocía como “abierta, honesta”, e “inquebrantable en su capacidad de escuchar y empatizar”.

“Compartimos mucho, y nunca tuve dudas de su discreción o de la sinceridad de su apoyo y amabilidad”, dijo Rose en Facebook.

Aunque la familia de Everard y muchos de sus amigos han permanecido sumamente reservados en los dolorosos días transcurridos desde su muerte —y para algunos el resplandor de la atención internacional ha amplificado esa pena—, ha surgido el retrato de una mujer ferozmente leal, compasiva y dedicada.

Everard creció en una zona de Heslington, en York, donde su familia aún vive. Su padre, Jeremy, es profesor, y su madre, Sue, trabaja para una organización benéfica. Era la menor de la familia, con dos hermanos más grandes.

En un comunicado emitido a través de la policía, el único comentario público de la familia desde la muerte de Everard, sus padres y hermanos la recordaron como “brillante y hermosa, una hija y hermana maravillosa”, y reflexionaron sobre su naturaleza amable y confiable.

“Siempre ponía a los demás en primer lugar y tenía el más increíble sentido del humor”, dijeron. “Era fuerte y con principios y un brillante ejemplo para todos nosotros”.

Everard asistió a la Escuela Fulford en York, donde el personal recordó lo “encantador que era darle clases”, en un homenaje publicado durante el fin de semana. Steve Lewis, director de la escuela, dijo que su familia y amigos eran una parte valiosa de la comunidad, y la describió como brillante, vibrante y bondadosa.

“Su alegría, inteligencia y espíritu positivo brillaban en la escuela”, dijo en un comunicado.

Tras graduarse en 2005, Everard asistió a la Universidad de Durham, donde estudió geografía. En un comunicado, Stuart Corbridge, el vicerrector, dijo que la comunidad estaba devastada. Everard era una estudiante “popular y animada” que mantuvo un gran grupo de amigos después de su graduación en 2008, dijo.

Rose Woollard, una amiga cercana que la conoció en la Universidad de Durham, habló con la BBC cuando Everard desapareció, describiéndola como una “amiga excepcional, que dejaba todo para estar allí y apoyar a sus amigas, siempre que la necesitaran”.

Everard se mudó a Londres poco después de terminar la universidad y empezó a trabajar en empresas de marketing y relaciones públicas, donde encontró el éxito gracias a su compañerismo y su inteligencia, según dijeron sus amigos y antiguos colegas.

En un comunicado de prensa para un evento deportivo en el que trabajó en 2019, Everard dijo que su organización estaba “decidida a encontrar el mayor número de oportunidades durante el evento para contar las fantásticas historias de las mujeres pioneras del último siglo”.

En la página de Facebook de Everard, las fotos ofrecen atisbos de viajes lejanos y de Londres, la ciudad que consideraba su hogar en los últimos años. En una de las fotos se veían las banderas de oración de los Himalayas, en jirones y azotadas por el viento. En otra, el inconfundible horizonte de Londres, el río Támesis brillando al atardecer. Imágenes de una vida inacabada.

Era una persona introvertida que podía acercarse a los demás gracias a su rara habilidad para escuchar, pero también podía ser decir tonterías y ser irreverente, dijeron sus amigos. Era curiosa, activa y aventurera, pero también humilde y reservada.

“Hay esos momentos en los que es como el amor a primera vista, pero con una amiga”, dijo Morgan sobre cuando conoció a Everard. “Te encuentras con otra mujer y dices: ‘Me caes bien, y aún no te conozco tanto, pero sé que te voy a querer’. Y fue una de esas cosas”.

Everard tenía amigos en todo el mundo de la mercadotecnia en Londres tras una década en el sector, y muchos fueron de los primeros en llamar la atención sobre su desaparición. Una de ellas, Helena Reason, la describió en Facebook como una “profesional del mercadeo inteligente y talentosa” que se llevaba bien incluso con las personas más difíciles con las que se encontraba.

“A veces conoces a una persona con un alma hermosa y eso se refleja”, escribió.

Otro excompañero de trabajo, Peter McCormack, compartió una foto de una noche en una fiesta temática de los años 80 con Everard. “Un desastre en el karaoke, brillante en todo lo demás”, escribió en la publicación en Facebook.

“Nuestros clientes la adoraban, el equipo la adoraba, todo el mundo adoraba a Sarah”, escribió. “En el momento que entró en nuestras vidas, las hizo mejor”.

Morgan dijo que ha sido difícil comprender la conmoción nacional que ha causado la muerte de su amiga, pero el inmediato torrente de amor había sido reconfortante.

“Todo el mundo tiene una Sarah en su vida”, dijo, y describió el magnetismo de las mujeres que son inteligentes, decididas y humildes. “Por eso ha habido una marea continua de dolor y rabia, porque otras personas sienten que la conocían, sin conocerla para nada”.

Megan Specia es editora en la sección Internacional en Londres y se especializa en narrativa digital y noticias de última hora. Trabaja en el Times desde 2016. @meganspecia

This article originally appeared in The New York Times.

Guardar