La Casa Blanca revivió una política del gobierno de Barack Obama que permite a los niños centroamericanos solicitar la admisión al país desde su nación de origen.
Debido al aumento del flujo migratorio en la frontera, el miércoles 10 de marzo el gobierno estadounidense tomó los pasos para reiniciar un programa que permite que algunos menores de Centroamérica soliciten entrada a Estados Unidos y buscar acomodo para el creciente número de jóvenes migrantes que han sido detenidos después de cruzar la frontera desde México.
Al encontrarse con una presión creciente por la detención prolongada de niños migrantes, Roberta S. Jacobson, asistente especial del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que supervisa asuntos fronterizos, anunció el reinicio de un programa del gobierno de Barack Obama que permitía a los niños centroamericanos solicitar protección de forma remota y evitar el peligroso viaje hacia el norte para reunirse con los padres que ya están en Estados Unidos.
Ese programa y una inversión de 4000 millones de dólares en Centroamérica han sido considerados por el gobierno de Biden como herramientas cruciales para abordar la pobreza, la persecución y la corrupción que durante años han llevado a las familias vulnerables a buscar refugio en Estados Unidos. Pero la estrategia a largo plazo para disuadir la migración no autorizada se enfrenta al desafío inmediato de cómo procesar a miles de niños migrantes en la frontera de Estados Unidos, una situación que ha provocado una reacción veloz de republicanos y demócratas.
Durante su campaña, Biden dijo que restaurar el programa, así como invertir 4000 millones de dólares en la región, eran dos iniciativas que forman parte de su plan para abordar la pobreza y la corrupción que durante años han hecho que las familias vulnerables busquen refugio en Estados Unidos.
Troy Miller, el comisionado interino de Aduanas y Protección Fronteriza, dijo el miércoles que 9457 niños fueron detenidos sin compañía de un padre en la frontera en febrero, frente a más de 5.800 en enero. Las detenciones de menores no acompañados en febrero aumentaron a más del doble en comparación con el mismo periodo en 2020.
Biden ahora enfrenta el desafío de procesar con rapidez a los menores migrantes para que salgan de las cárceles fronterizas y sean llevados a refugios.
El número de niños migrantes bajo custodia en centros de detención fronterizos se triplicó en las últimas dos semanas a más de 3250, según documentos de la agencia federal de inmigración obtenidos por The New York Times el lunes. Más de 1300 de esos jóvenes fueron retenidos durante más tiempo que los tres días permitidos por la ley antes de fueran trasladados a refugios administrados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos.
“Seguimos batallando con la cantidad de personas bajo nuestra custodia, especialmente en una pandemia”, dijo Miller, quien se negó a dar la última cantidad de migrantes en las instalaciones fronterizas.
La mayoría de esos migrantes son rechazados rápidamente debido a la regla de emergencia pandémica de la era Trump, pero Biden se ha distanciado de la administración anterior al permitir que los niños no acompañados ingresen a Estados Unidos.
Según Jen Psaki, secretaria de prensa de la Casa Blanca, Biden fue informado de la situación el miércoles por altos funcionarios gubernamentales que visitaron la frontera el fin de semana pasado.
Zolan Kanno-Youngs es el corresponsal de seguridad nacional, con sede en Washington. Cubre el Departamento de Seguridad Nacional, inmigración, asuntos fronterizos, crimen transnacional y la respuesta del gobierno federal a emergencias nacionales y amenazas a la seguridad. @KannoYoungs