CBS ha adelantado fragmentos de video de la pareja y desde el Palacio de Buckingham surgen candentes denuncias por parte del personal.
El gran encuentro no se verá hasta el domingo, pero las trifulcas previas llevan días arrasando en ambos lados del Atlántico.
Cuando el príncipe Harry y su esposa, Meghan, presenten su versión de la sensacional ruptura real con Oprah Winfrey sin duda será una de las entrevistas televisivas más esperadas y con más repercusión de los últimos tiempos.
En los anticipos que la CBS ha ido ofreciendo a cuentagotas antes de su programa en horario estelar de dos horas, y en las candentes acusaciones sobre Meghan filtradas a un periódico británico, la familia real británica y la pareja autoexiliada están maniobrando frenéticamente para tratar de dar forma a la narrativa antes de que se emita la entrevista.
¿Fue Meghan víctima de una familia fría y poco acogedora que la aisló cruelmente después de casarse con Harry y que ahora la está difamando? ¿O era una diva de Hollywood que maltrataba a su personal, sumiendo a la Casa de Windsor en la confusión y desencadenando una brecha entre la familia y uno de sus jóvenes príncipes más queridos?
Todo esto tiene como telón de fondo a un patriarca enfermo, el príncipe Felipe; a una reina Isabel II venerada pero envejecida; y a una familia que sale de un año de reclusión durante la pandemia para encontrar aún frescas las heridas de la abrupta partida de Enrique y Meghan hacia una nueva vida en California.
El último disparo en esta batalla de relaciones públicas se lanzó el jueves, cuando la CBS publicó un video promocional de 30 segundos de la entrevista, en la que Winfrey le pregunta a Meghan cómo creía que el Palacio de Buckingham reaccionaría a la conversación sobre su vida después de su matrimonio de cuento de hadas con Enrique en mayo de 2018.
“No sé cómo pueden esperar que, después de todo este tiempo, sigamos simplemente callados si hay un papel activo que ‘la firma’ juega en perpetuar falsedades sobre nosotros”, dijo Meghan, refiriéndose a la familia real por un apodo que a menudo se utiliza para evocar las cualidades menos nobles de la monarquía.
“Si eso conlleva el riesgo de perder cosas”, dijo a Winfrey, “quiero decir, ya se han perdido muchas cosas”.
El video promocional parecía calculado para responder a un explosivo informe publicado por el Times de Londres el martes, según el cual una ex ayudante real de Meghan presentó una queja ante el palacio en octubre de 2018, acusándola de intimidar a su personal, hacer llorar a algunos colaboradores subalternos a y expulsar a dos asistentes personales de la casa real.
Una portavoz de la pareja calificó las acusaciones como un “ataque” al carácter de la ex actriz estadounidense, más doloroso aún porque ella misma “ha sido el blanco del acoso”.
El Palacio de Buckingham, sin embargo, dijo que estaba “muy preocupado” por las acusaciones, que las estudiaría e invitó a antiguos miembros del personal de la pareja a participar en la investigación “para ver qué lecciones pueden extraerse”.
El espectáculo de que la familia real lleve a cabo una investigación de recursos humanos sobre una de sus parientes políticas más famosas dejó a los observadores de la monarquía con la boca abierta. Predijeron que daría lugar a más revelaciones embarazosas, ya que el palacio no actuó en su momento sobre la queja, y otras personas que trabajaron en el palacio podrían tomarlo como una invitación a presentar sus propias acusaciones de maltrato.
“Han abierto una increíble caja de Pandora”, dijo Peter Hunt, antiguo corresponsal real de la BBC. “¿De verdad van a declararla culpable de acoso? ¿Será en forma de investigación #MeToo? Realmente parece que los anarquistas se han apoderado de la institución”.
Hasta cierto punto, las acusaciones cruzadas representan un choque de culturas: las filtraciones de prensa a la antigua usanza a los medios de comunicación británicos —utilizadas durante mucho tiempo por los miembros de la familia real o sus aliados para ajustar cuentas— frente a la maquinaria publicitaria de una cadena de televisión estadounidense y una de las personalidades mediáticas más poderosas del país.
La CBS y la compañía de Winfrey, Harpo Productions, han alimentado las expectativas en torno la entrevista, que se emitirá en Gran Bretaña el lunes por la cadena ITV, con fragmentos que la muestran sentada junto a Harry y Meghan en un ambiente relajado al aire libre, pero que solo ofrecen un vistazo a lo que están hablando.
“¿Se quedaron callados o fueron silenciados?”, pregunta Winfrey en un momento, mientras Meghan la mira pero no dice nada. “Has dicho aquí cosas muy impactantes”, dice en otro momento en el que surge una música dramática.
Harry, que se unirá a Meghan en la segunda mitad de la entrevista, aparece brevemente en un extracto para decir: “Mi mayor preocupación era que la historia se repitiera”. Es una aparente referencia al destino de su madre, la princesa Diana, que murió en un accidente de coche en París en 1997 tras una persecución a gran velocidad en la que participaron fotógrafos.
Esa experiencia dejó a Harry con una animadversión permanente hacia la prensa británica. Tanto él como Meghan han interpuesto demandas contra la prensa sensacionalista y, en una reciente entrevista con el presentador de un programa nocturno de entrevistas, James Corden, Harry citó el implacable intrusismo de la prensa como una de las principales razones por las que la pareja decidió trasladarse a Montecito, California.
Sin embargo, Winfrey promete algo más que una mera recitación de las conocidas quejas de la pareja a la prensa. Ella promete trapos sucios.
“Solo quiero dejar claro a todo el mundo que no hay ningún tema que esté prohibido”, dijo. Su amiga, Gayle King, presentadora de CBS This Morning, comentó esta semana: “He oído de fuentes fiables, que es Oprah la que habla, que es la mejor entrevista que ha hecho”.
George F. Schweitzer, antiguo jefe de marketing de la CBS, dijo que esperaba que la cadena no escatimara en la promoción de la entrevista, dada su combinación de “tres palabras mágicas: ‘Oprah. Harry. Meghan’”.
El momento de la entrevista, después del programa estrella de CBS News, 60 Minutes, aumentaría sus índices de audiencia, dijo, al igual que el tema, que atraerá a los espectadores que anhelan un escape después de un año de vivir con el coronavirus.
Con este tipo de publicidad previa, el Palacio de Buckingham se prepara para una noche difícil. La familia real tiene un largo historial de entrevistas en las que se habla de todo y que han resonado durante años.
En 1994, el príncipe Carlos confesó que había engañado a Diana. Un año después, Diana dijo a un entrevistador: “Éramos tres en este matrimonio”. En 2019, la defensa torpe del príncipe Andrés de su amistad con Jeffrey Epstein, el depredador sexual convicto, ayudó a enviar a Andrés al exilio de la vida pública.
Sin embargo, en esta ocasión la reputación de Meghan se ha visto afectada incluso antes de pronunciar palabra. La perspectiva de la entrevista con Winfrey, que podría consolidar un relato de sufrimiento a manos de la familia real ha alentado a ex miembros de su personal a ofrecer declaraciones al Times de Londres sobre el modo en que fueron tratados al trabajar para la pareja, según dos personas con conocimiento de la situación.
En octubre de 2018, su secretario de comunicación, Jason Knauf, informó al secretario privado del príncipe Guillermo, hermano de Harry, sobre incidentes en los que dijo que la duquesa había manipulado y humillado a integrantes del personal, según el Times de Londres. El secretario privado, Simon Case, es ahora secretario del gabinete, uno de los cargos más poderosos del gobierno británico.
El diario también dijo que al personal también le consternó que a una cena formal en Fiji Meghan llevara un par de aretes que fueron un regalo de bodas del príncipe Mohamed bin Salman de Arabia Saudí, tres semanas después del asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi. Un informe de inteligencia estadounidense difundido esta semana concluyó que el príncipe aprobó el asesinato.
Una vocera de la pareja dijo que Meghan estaba “profundamente comprometida con el apoyo a quienes han pasado sufrimiento y trauma”. No hizo alusión a los aretes.
En su comunicado sobre las denuncias de acoso, el palacio de Buckingham dijo: “La Casa Real ha tenido una política de Dignidad en el trabajo desde hace varios años y no tolera ni tolerará el acoso ni la intimidación en el espacio laboral”.
Resulta muy incómodo que el Palacio de Buckingham se vea arrastrado a una disputa como esta. Eso ha sembrado dudas de que la reina o el príncipe Carlos estén detrás de los esfuerzos por desacreditar a Meghan. Es más probable que estén preocupados por el príncipe Felipe, de 99 años, que se recupera de una intervención cardíaca en un hospital de Londres.
Pero las relaciones entre Guillermo y Harry siguen siendo profundamente tensas, según personas vinculadas al palacio. Observadores de larga data de la familia real dijeron que cuando estallan a cielo abierto disputas como esta, por lo general sugiere que alguien —ya sea altos funcionarios de palacio o un miembro de la familia— no hizo nada para detenerlo.
“Este grifo podría cerrarse”, dijo Hunt. “La parte del Palacio de Buckingham podría cerrarse en un nanosegundo”.
*Mark Landler es el jefe del buró de Londres. En sus 27 años en el Times, ha sido jefe de los burós de Hong Kong y Fráncfort, corresponsal de la Casa Blanca, corresponsal diplomático, corresponsal económico en Europa y reportero de negocios en Nueva York.
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